El Primer Libro de Moisés
Génesis
Creación de los cielos y de la tierra
1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra. 2 Y la tierra estaba sin orden y vacía. Había tinieblas sobre la faz del océano, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
3 Entonces dijo Dios: "Sea la luz", y fue la luz. 4 Dios vio que la luz era buena, y separó Dios la luz de las tinieblas. 5 Dios llamó a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y fue la mañana del primer día.
6 Entonces dijo Dios: "Haya una bóveda en medio de las aguas, para que separe las aguas de las aguas." 7 E hizo Dios la bóveda, y separó las aguas que están debajo de la bóveda, de las aguas que están sobre la bóveda. Y fue así. 8 Dios llamó a la bóveda Cielos. Y fue la tarde y fue la mañana del segundo día.
9 Entonces dijo Dios: "Reúnanse las aguas que están debajo del cielo en un solo lugar, de modo que aparezca la parte seca." Y fue así. 10 Llamó Dios a la parte seca Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares; y vio Dios que esto era bueno. 11 Después dijo Dios: "Produzca la tierra hierba, plantas que den semilla y árboles frutales que den fruto, según su especie, cuya semilla esté en él, sobre la tierra." Y fue así. 12 La tierra produjo hierba, plantas que dan semilla según su especie, árboles frutales cuya semilla está en su fruto, según su especie. Y vio Dios que esto era bueno. 13 Y fue la tarde y fue la mañana del tercer día.
14 Entonces dijo Dios: "Haya lumbreras en la bóveda del cielo para distinguir el día de la noche, para servir de señales, para las estaciones y para los días y los años. 15 Así sirvan de lumbreras para que alumbren la tierra desde la bóveda del cielo." Y fue así. 16 E hizo Dios las dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para dominar en el día, y la lumbrera menor para dominar en la noche. Hizo también las estrellas. 17 Dios las puso en la bóveda del cielo para alumbrar sobre la tierra, 18 para dominar en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que esto era bueno. 19 Y fue la tarde y fue la mañana del cuarto día.
20 Entonces dijo Dios: "Produzcan las aguas innumerables seres vivientes, y haya aves que vuelen sobre la tierra, en la bóveda del cielo." 21 Y creó Dios los grandes animales acuáticos, todos los seres vivientes que se desplazan y que las aguas produjeron, según su especie, y toda ave alada según su especie. Vio Dios que esto era bueno, 22 y los bendijo Dios diciendo: "Sed fecundos y multiplicaos. Llenad las aguas de los mares; y multiplíquense las aves en la tierra." 23 Y fue la tarde y fue la mañana del quinto día.
24 Entonces dijo Dios: "Produzca la tierra seres vivientes según su especie: ganado, reptiles y animales de la tierra, según su especie." Y fue así. 25 Hizo Dios los animales de la tierra según su especie, el ganado según su especie y los reptiles de la tierra según su especie. Y vio Dios que esto era bueno.
26 Entonces dijo Dios: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza, y tenga dominio sobre los peces del mar, las aves del cielo, el ganado, y en toda la tierra, y sobre todo animal que se desplaza sobre la tierra." 27 Creó, pues, Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó. 28 Dios los bendijo y les dijo: "Sed fecundos y multiplicaos. Llenad la tierra; sojuzgadla y tened dominio sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se desplazan sobre la tierra." 29 Dios dijo además: "He aquí que os he dado toda planta que da semilla que está sobre la superficie de toda la tierra, y todo árbol cuyo fruto lleva semilla; ellos os servirán de alimento. 30 Y a todo animal de la tierra, a toda ave del cielo, y a todo animal que se desplaza sobre la tierra, en que hay vida, toda planta les servirá de alimento." Y fue así. 31 Dios vio todo lo que había hecho, y he aquí que era muy bueno. Y fue la tarde y fue la mañana del sexto día.
2 Así fueron terminados los cielos y la tierra y todos sus ocupantes. 2 El séptimo día Dios había terminado la obra que hizo, y reposó en el séptimo día de toda la obra que había hecho. 3 Por eso Dios bendijo y santificó el séptimo día, porque en él reposó de toda su obra de creación que Dios había hecho. 4 Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra, cuando fueron creados.
El hombre en el jardín de Edén
Cuando Jehovah Dios hizo la tierra y los cielos, 5 aún no había en la tierra ningún arbusto del campo, ni había germinado ninguna planta del campo, porque Jehovah Dios no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para cultivarla. 6 Pero subía de la tierra un vapor que regaba toda la superficie de la tierra.
7 Entonces Jehovah Dios formó al hombre del polvo de la tierra. Sopló en su nariz aliento de vida, y el hombre llegó a ser un ser viviente.
8 Y plantó Jehovah Dios un jardín en Edén, en el oriente, y puso allí al hombre que había formado. 9 Jehovah Dios hizo brotar de la tierra toda clase de árboles atractivos a la vista y buenos para comer; también en medio del jardín, el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.
10 Un río salía de Edén para regar el jardín, y de allí se dividía en cuatro brazos. 11 El nombre del primero era Pisón. Este rodeaba toda la tierra de Havila, donde hay oro. 12 Y el oro de aquella tierra es bueno. También hay allí ámbar y ónice. 13 El nombre del segundo río era Guijón. Este rodeaba toda la tierra de Etiopía. 14 El nombre del tercer río era Tigris, que corre al oriente de Asiria. Y el cuarto río era el Eufrates.
15 Tomó, pues, Jehovah Dios al hombre y lo puso en el jardín de Edén, para que lo cultivase y lo guardase. 16 Y Jehovah Dios mandó al hombre diciendo: "Puedes comer de todos los árboles del jardín; 17 pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que comas de él, ciertamente morirás."
Creación de la mujer
18 Dijo además Jehovah Dios: "No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea." 19 Jehovah Dios, pues, formó de la tierra todos los animales del campo y todas las aves del cielo, y los trajo al hombre para ver cómo los llamaría. Lo que el hombre llamó a los animales, ése es su nombre. 20 El hombre puso nombres a todo el ganado, a las aves del cielo y a todos los animales del campo. Pero para Adán no halló ayuda que le fuera idónea.
21 Entonces Jehovah Dios hizo que sobre el hombre cayera un sueño profundo; y mientras dormía, tomó una de sus costillas y cerró la carne en su lugar. 22 Y de la costilla que Jehovah Dios tomó del hombre, hizo una mujer y la trajo al hombre. 23 Entonces dijo el hombre: "Ahora, ésta es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada Mujer, porque fue tomada del hombre." 24 Por tanto, el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. 25 Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, y no se avergonzaban.
Desobediencia de la primera pareja
3 Entonces la serpiente, que era el más astuto de todos los animales del campo que Jehovah Dios había hecho, dijo a la mujer:
-¿De veras Dios os ha dicho: "No comáis de ningún árbol del jardín"?
2 La mujer respondió a la serpiente:
-Podemos comer del fruto de los árboles del jardín. 3 Pero del fruto del árbol que está en medio del jardín ha dicho Dios: "No comáis de él, ni lo toquéis, no sea que muráis."
4 Entonces la serpiente dijo a la mujer:
-Ciertamente no moriréis. 5 Es que Dios sabe que el día que comáis de él, vuestros ojos serán abiertos, y seréis como Dios, conociendo el bien y el mal.
6 Entonces la mujer vio que el árbol era bueno para comer, que era atractivo a la vista y que era árbol codiciable para alcanzar sabiduría. Tomó, pues, de su fruto y comió. Y también dio a su marido que estaba con ella, y él comió. 7 Y fueron abiertos los ojos de ambos, y se dieron cuenta de que estaban desnudos. Entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron ceñidores.
8 Cuando oyeron la voz de Jehovah Dios que se paseaba en el jardín en el fresco del día, el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehovah Dios entre los árboles del jardín. 9 Pero Jehovah Dios llamó al hombre y le preguntó:
-¿Dónde estás tú?
10 El respondió:
-Oí tu voz en el jardín y tuve miedo, porque estaba desnudo. Por eso me escondí.
11 Le preguntó Dios:
-¿Quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol del que te mandé que no comieses?
12 El hombre respondió:
-La mujer que me diste por compañera, ella me dio del árbol, y yo comí.
13 Entonces Jehovah Dios dijo a la mujer:
-¿Por qué has hecho esto?
La mujer dijo:
-La serpiente me engañó, y comí.
14 Entonces Jehovah Dios dijo a la serpiente:
-Porque hiciste esto, serás maldita entre todos los animales domésticos y entre todos los animales del campo. Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás polvo todos los días de tu vida. 15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y su descendencia; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el talón.
16 A la mujer dijo:
-Aumentaré mucho tu sufrimiento en el embarazo; con dolor darás a luz a los hijos. Tu deseo te llevará a tu marido, y él se enseñoreará de ti.
17 Y al hombre dijo:
-Porque obedeciste la voz de tu mujer y comiste del árbol del que te mandé diciendo: "No comas de él", sea maldita la tierra por tu causa. Con dolor comerás de ella todos los días de tu vida; 18 espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. 19 Con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste tomado. Porque polvo eres y al polvo volverás.
20 El hombre llamó el nombre de su mujer Eva, porque ella sería la madre de todos los vivientes.
21 Luego Jehovah Dios hizo vestidos de piel para Adán y para su mujer, y los vistió. 22 Y Jehovah Dios dijo:
-He aquí que el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros, conociendo el bien y el mal. Ahora pues, que no extienda su mano, tome también del árbol de la vida, y coma y viva para siempre.
23 Y Jehovah Dios lo arrojó del jardín de Edén, para que labrase la tierra de la que fue tomado. 24 Expulsó, pues, al hombre y puso querubines al oriente del jardín de Edén, y una espada incandescente que se movía en toda dirección, para guardar el camino al árbol de la vida.
Historia de Caín y Abel
4 El hombre conoció a Eva su mujer, la cual concibió y dio a luz a Caín. Entonces ella dijo: "¡He adquirido un varón de parte de Jehovah!" 2 Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín labrador de la tierra.
3 Aconteció después de un tiempo que Caín trajo, del fruto de la tierra, una ofrenda a Jehovah. 4 Abel también trajo una ofrenda de los primerizos de sus ovejas, lo mejor de ellas. Y Jehovah miró con agrado a Abel y su ofrenda, 5 pero no miró con agrado a Caín ni su ofrenda. Por eso Caín se enfureció mucho, y decayó su semblante. 6 Entonces Jehovah dijo a Caín:
-¿Por qué te has enfurecido? ¿Por qué ha decaído tu semblante? 7 Si haces lo bueno, ¿no serás enaltecido? Pero si no haces lo bueno, el pecado está a la puerta y te seducirá; pero tú debes enseñorearte de él.
8 Caín habló con su hermano Abel. Y sucedió que estando juntos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel y lo mató. 9 Entonces Jehovah preguntó a Caín:
-¿Dónde está tu hermano Abel?
Y respondió:
-No sé. ¿Soy yo acaso el guarda de mi hermano?
10 Le preguntó:
-¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra. 11 Ahora pues, maldito seas tú, lejos de la tierra que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano. 12 Cuando trabajes la tierra, ella no te volverá a dar su fuerza. Y serás errante y fugitivo en la tierra.
13 Caín dijo a Jehovah:
-¡Grande es mi castigo para ser soportado! 14 He aquí que me echas hoy de la faz de la tierra, y me esconderé de tu presencia. Seré errante y fugitivo en la tierra, y sucederá que cualquiera que me halle me matará.
15 Jehovah le respondió:
-No será así. Cualquiera que mate a Caín será castigado siete veces.
Entonces Jehovah puso una señal sobre Caín, para que no lo matase cualquiera que lo hallase. 16 Así partió Caín de delante de Jehovah, y habitó en la tierra de Nod, al oriente de Edén.
Descendientes de Caín
17 Caín conoció a su mujer, y ella concibió y dio a luz a Enoc. Caín edificó una ciudad a la cual llamó según el nombre de su hijo Enoc. 18 A Enoc le nació Irad. E Irad engendró a Mejuyael. Mejuyael engendró a Metusael. Y Metusael engendró a Lamec.
19 Lamec tomó para sí dos mujeres. El nombre de la una fue Ada; y el nombre de la otra, Zila. 20 Ada dio a luz a Jabal, quien llegó a ser el padre de los que habitan en tiendas y crían ganado. 21 El nombre de su hermano fue Jubal, quien llegó a ser padre de todos los que tocan el arpa y la flauta. 22 Zila también dio a luz a Tubal-caín, maestro de todos los que trabajan el bronce y el hierro. Y la hermana de Tubal-caín fue Naama. 23 Entonces Lamec dijo a sus mujeres:
"Ada y Zila, oíd mi voz.
Oh mujeres de Lamec, escuchad mi dicho:
Yo maté a un hombre, porque me hirió;
maté a un muchacho, porque me golpeó.
24 Si Caín ha de ser vengado siete veces,
Lamec lo será setenta y siete veces."
Descendientes de Set
25 Adán conoció de nuevo a su mujer, y ella dio a luz un hijo y llamó su nombre Set, diciendo: "Porque Dios me ha sustituido otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín." 26 A Set también le nació un hijo, y llamó su nombre Enós. Entonces se comenzó a invocar el nombre de Jehovah.
5 Este es el libro de los descendientes de Adán:
Cuando Dios creó al hombre, lo hizo a semejanza de Dios. 2 Hombre y mujer los creó, y los bendijo. Y el día que fueron creados, llamó el nombre de ellos Hombre.
3 Cuando Adán tenía 130 años, engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set. 4 Los años que vivió Adán después de engendrar a Set fueron 800, y engendró hijos e hijas. 5 Todos los años que vivió Adán fueron 930, y murió.
6 Cuando Set tenía 105 años, engendró a Enós. 7 Set vivió después de engendrar a Enós 807 años, y engendró hijos e hijas. 8 Todos los años de Set fueron 912, y murió.
9 Cuando Enós tenía 90 años, engendró a Cainán. 10 Enós vivió después de engendrar a Cainán 815 años, y engendró hijos e hijas. 11 Todos los años de Enós fueron 905, y murió.
12 Cuando Cainán tenía 70 años, engendró a Mahalaleel. 13 Cainán vivió después de engendrar a Mahalaleel 840 años, y engendró hijos e hijas. 14 Todos los años de Cainán fueron 910, y murió.
15 Cuando Mahalaleel tenía 65 años, engendró a Jared. 16 Mahalaleel vivió después de engendrar a Jared 830 años, y engendró hijos e hijas. 17 Todos los años de Mahalaleel fueron 895, y murió.
18 Cuando Jared tenía 162 años, engendró a Enoc. 19 Jared vivió después de engendrar a Enoc 800 años, y engendró hijos e hijas. 20 Todos los años de Jared fueron 962, y murió.
21 Cuando Enoc tenía 65 años, engendró a Matusalén. 22 Enoc caminó con Dios 300 años después de engendrar a Matusalén, y engendró hijos e hijas. 23 Todos los años de Enoc fueron 365 años. 24 Caminó, pues, Enoc con Dios y desapareció, porque Dios lo llevó consigo.
25 Cuando Matusalén tenía 187 años, engendró a Lamec. 26 Matusalén vivió después de engendrar a Lamec 782 años, y engendró hijos e hijas. 27 Todos los años de Matusalén fueron 969, y murió.
28 Cuando Lamec tenía 182 años, engendró un hijo, 29 y llamó su nombre Noé diciendo: "Este nos aliviará de nuestras obras y de la penosa labor de nuestras manos, a causa de la tierra que Jehovah maldijo." 30 Lamec vivió después de engendrar a Noé 595 años, y engendró hijos e hijas. 31 Todos los años de Lamec fueron 777, y murió.
32 Cuando Noé tenía 500 años, engendró a Sem, a Cam y a Jafet.
Corrupción de la humanidad
6 Aconteció que cuando los hombres comenzaron a multiplicarse sobre la faz de la tierra, les nacieron hijas. 2 Y viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran bellas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas. 3 Entonces Jehovah dijo: "No contenderá para siempre mi espíritu con el hombre, por cuanto él es carne, y su vida será de 120 años."
4 En aquellos días había gigantes en la tierra, y aun después, cuando se unieron los hijos de Dios con las hijas de los hombres y les nacieron hijos. Ellos eran los héroes que desde la antigüedad fueron hombres de renombre.
5 Jehovah vio que la maldad del hombre era mucha en la tierra, y que toda tendencia de los pensamientos de su corazón era de continuo sólo al mal. 6 Entonces Jehovah lamentó haber hecho al hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. 7 Y dijo Jehovah: "Arrasaré de la faz de la tierra los seres que he creado, desde el hombre hasta el ganado, los reptiles y las aves del cielo; porque lamento haberlos hecho." 8 Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehovah.
Preparativos para el arca
9 Esta es la historia de Noé: Noé era un hombre justo y cabal en su generación; Noé caminaba con Dios. 10 Noé engendró tres hijos: Sem, Cam y Jafet. 11 La tierra estaba corrompida delante de Dios; estaba llena de violencia. 12 Dios miró la tierra, y he aquí que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra.
13 Entonces Dios dijo a Noé: "He decidido el final de toda carne, porque la tierra está llena de violencia por culpa de ellos. He aquí que los destruiré junto con la tierra. 14 Hazte un arca de madera de árbol conífero. Haz compartimentos al arca, y cúbrela con brea por dentro y por fuera. 15 Hazla de esta manera: de 300 codos de largo, 50 codos de ancho y 30 codos de alto. 16 Hazle una claraboya y termínala a un codo de la parte alta. La puerta del arca estará a uno de sus lados. Construye también un piso bajo, uno intermedio y uno superior. 17 Porque he aquí, yo voy a traer un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en la cual hay aliento de vida debajo del cielo. Todo lo que hay en la tierra morirá. 18 Pero estableceré mi pacto contigo. Entraréis en el arca tú, tus hijos, tu mujer y las mujeres de tus hijos contigo. 19 De todo ser viviente, de toda carne, meterás en el arca dos de cada especie, para que sobrevivan contigo. Serán macho y hembra: 20 de las aves según su especie; del ganado según su especie; de todo animal que se desplaza en la tierra, según su especie. Dos de cada especie vendrán a ti para sobrevivir. 21 Toma contigo toda clase de alimentos para comer, y almacénalos para que te sirvan de comida a ti y a ellos."
22 Y Noé hizo conforme a todo lo que Dios le mandó; así lo hizo.
7 Entonces Jehovah dijo a Noé: "Entra en el arca tú, y toda tu familia, porque he visto que tú eres justo delante de mí en esta generación. 2 De todo animal limpio toma contigo siete parejas, el macho y su hembra; pero de los animales que no son limpios sólo una pareja, el macho y su hembra. 3 De las aves del cielo toma también siete parejas, macho y hembra, para preservar la especie sobre la faz de la tierra. 4 Porque después de siete días yo haré llover sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches, y arrasaré de la faz de la tierra todo ser viviente que he hecho."
5 Y Noé hizo conforme a todo lo que Jehovah le mandó.
El diluvio
6 Noé tenía 600 años cuando vino el diluvio de aguas sobre la tierra. 7 Noé entró en el arca, y con él sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos, por causa de las aguas del diluvio.
8 De los animales limpios y de los animales no limpios, de las aves y de todo lo que se desplaza sobre la tierra, 9 de dos en dos entraron en el arca con Noé, macho y hembra, como Dios había mandado a Noé. 10 Y sucedió que a los siete días vinieron sobre la tierra las aguas del diluvio.
11 El día 17 del mes segundo del año 600 de la vida de Noé, en este día fueron rotas todas las fuentes del gran océano y fueron abiertas las ventanas de los cielos. 12 Y hubo lluvia sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches. 13 En este mismo día entraron en el arca Noé, sus hijos Sem, Cam y Jafet, la mujer de Noé y las tres mujeres de sus hijos con ellos. 14 Entraron ellos y todos los animales según su especie, todos los animales domésticos según su especie, todos los animales que se desplazan sobre la tierra según su especie, todas las aves según su especie, y todo pájaro, todo lo que tiene alas. 15 Y vinieron al arca, a Noé, de dos en dos, de todos los seres que respiran. 16 Vinieron macho y hembra de todo animal, como Dios le había mandado. Y Jehovah le cerró la puerta.
17 El diluvio duró cuarenta días sobre la tierra. Las aguas crecieron y levantaron el arca, y se elevó sobre la tierra. 18 Las aguas crecieron y se incrementaron tanto sobre la tierra que el arca flotaba sobre la superficie de las aguas. 19 Las aguas subieron tanto sobre la tierra que las montañas más altas debajo de todos los cielos fueron cubiertas. 20 Las montañas fueron cubiertas, y las aguas crecieron quince codos por encima. 21 Y murió todo ser que se desplaza sobre la tierra, tanto las aves como el ganado, las fieras, los animales que se desplazan sobre la tierra y todos los hombres. 22 Murió todo cuanto tenía aliento de vida en sus narices, todo lo que había en la tierra seca. 23 Así fue arrasado de la faz de la tierra todo ser viviente. Fueron arrasados de la tierra desde el hombre hasta el ganado, los reptiles y las aves del cielo. Sólo quedaron Noé y los que estaban con él en el arca. 24 Y las aguas prevalecieron sobre la tierra durante 150 días.
Restauración de la tierra
8 Dios se acordó de Noé y de todos los animales y todo el ganado que estaban con él en el arca, e hizo soplar un viento sobre la tierra, y las aguas disminuyeron. 2 Fueron cerradas las fuentes del océano y las ventanas de los cielos, y se detuvo la lluvia de los cielos. 3 Las aguas decrecían gradualmente sobre la tierra, y después de 150 días las aguas habían menguado.
4 El día 17 del mes séptimo se asentó el arca sobre los montes de Ararat, 5 y las aguas siguieron decreciendo hasta el mes décimo. El primer día del mes décimo se hicieron visibles las cumbres de las montañas. 6 Y sucedió que cuarenta días después Noé abrió la ventana del arca que había hecho, 7 y envió un cuervo que iba y venía hasta que las aguas se secaron sobre la tierra. 8 También envió una paloma para ver si las aguas habían disminuido sobre la superficie de la tierra. 9 La paloma no halló donde asentar la planta de su pie y volvió a él, al arca, porque las aguas todavía cubrían la superficie de toda la tierra. Entonces él extendió su mano, la tomó y la hizo entrar consigo en el arca.
10 Esperó aún otros siete días y volvió a enviar la paloma fuera del arca. 11 La paloma volvió a él al atardecer, y he aquí que traía una hoja verde de olivo en el pico. Así entendió Noé que las aguas habían disminuido sobre la tierra. 12 Esperó aún otros siete días y envió la paloma, la cual no volvió más a él.
13 Y sucedió que el primer día del mes primero del año 601 de Noé se secaron las aguas sobre la tierra. Noé quitó la cubierta del arca y miró, y he aquí que la superficie de la tierra estaba seca.
14 El día 27 del mes segundo quedó seca la tierra. 15 Entonces dijo Dios a Noé: 16 "Sal del arca tú, tu mujer, tus hijos y las mujeres de tus hijos contigo. 17 Saca todos los animales de toda clase que están contigo: las aves, el ganado y los reptiles que se desplazan sobre la tierra. Que se esparzan por la tierra, que sean fecundos y que se multipliquen sobre la tierra."
18 Entonces salieron del arca Noé, sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos con él, 19 y todos los animales, todos los reptiles, todas las aves y todo lo que se desplaza sobre la tierra, según sus familias.
Pacto de Dios con Noé
20 Entonces edificó Noé un altar a Jehovah, y tomando de todo cuadrúpedo limpio y de toda ave limpia, ofreció holocaustos sobre el altar.
21 Jehovah percibió el grato olor, y dijo Jehovah en su corazón: "No volveré jamás a maldecir la tierra por causa del hombre, porque el instinto del corazón del hombre es malo desde su juventud. Tampoco volveré a destruir todo ser viviente, como he hecho. 22 Mientras exista la tierra, no cesarán la siembra y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, el día y la noche."
9 Entonces Dios bendijo a Noé y a sus hijos, y les dijo: "Sed fecundos, multiplicaos y llenad la tierra. 2 El temor y el miedo de vosotros estará en todos los animales de la tierra, en todas las aves del cielo, en todo lo que se desplaza en la tierra y en todos los peces del mar. En vuestras manos son entregados. 3 Todo lo que se desplaza y vive os servirá de alimento. Del mismo modo que las plantas, os lo doy todo. 4 Pero no comeréis carne con su vida, es decir, su sangre. 5 Porque ciertamente por vuestra propia sangre pediré cuentas. Pediré cuentas a todo animal y al hombre. Yo pediré cuentas a cada uno por la vida del hombre. 6 El que derrame sangre de hombre, su sangre será derramada por hombre; porque a imagen de Dios él hizo al hombre. 7 Sed vosotros fecundos y multiplicaos. Reproducíos en la tierra y multiplicaos en ella."
8 Entonces Dios habló a Noé y a sus hijos con él, diciendo: 9 "He aquí que yo establezco mi pacto con vosotros, con vuestros descendientes después de vosotros 10 y con todo ser viviente que está con vosotros: aves, ganado y todos los animales de la tierra que están con vosotros; todos los que salieron del arca, todos los animales de la tierra. 11 Yo establezco mi pacto con vosotros: Ninguna carne volverá a ser exterminada jamás por las aguas del diluvio, ni habrá otra vez diluvio para destruir la tierra."
12 Y dijo Dios: "Esta será la señal del pacto que establezco entre yo y vosotros, y todo ser viviente que está con vosotros, por generaciones, para siempre: 13 Yo pongo mi arco en las nubes como señal del pacto que hago entre yo y la tierra. 14 Y sucederá que cuando yo haga aparecer nubes sobre la tierra, entonces el arco se dejará ver en las nubes. 15 Me acordaré de mi pacto que existe entre yo y vosotros, y todo ser viviente de toda clase, y las aguas no serán más un diluvio para destruir toda carne. 16 Cuando el arco aparezca en las nubes, yo lo veré para acordarme del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente de toda clase que está sobre la tierra."
17 Entonces Dios dijo a Noé: "Esta será la señal del pacto que establezco entre yo y toda carne que está sobre la tierra."
Profecías de Noé acerca de sus hijos
18 Los hijos de Noé que salieron del arca fueron: Sem, Cam y Jafet. Cam fue el padre de Canaán. 19 Estos tres fueron los hijos de Noé, y a partir de ellos fue poblada toda la tierra.
20 Entonces Noé comenzó a cultivar la tierra y plantó una viña. 21 Y bebiendo el vino, se embriagó y quedó desnudo en medio de su tienda. 22 Cam, el padre de Canaán, vio la desnudez de su padre y lo contó a sus dos hermanos que estaban fuera. 23 Entonces Sem y Jafet tomaron un manto, lo pusieron sobre sus propios hombros, y yendo hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre. Como tenían vuelta la cara, ellos no vieron la desnudez de su padre.
24 Cuando Noé se despertó de su embriaguez y se enteró de lo que le había hecho su hijo menor, 25 dijo: "Maldito sea Canaán. Sea el siervo de los siervos de sus hermanos."
26 Dijo además: "Bendito sea Jehovah, el Dios de Sem, y sea Canaán su siervo. 27 Engrandezca Dios a Jafet y habite en las tiendas de Sem, y sea Canaán su siervo."
28 Noé vivió después del diluvio 350 años. 29 Todos los años de Noé fueron 950, y murió.
Las naciones después del diluvio
10 Estos son los descendientes de los hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet, a quienes les nacieron hijos después del diluvio:
2 Los hijos de Jafet fueron: Gomer, Magog, Madai, Javán, Tubal, Mesec y Tiras. 3 Los hijos de Gomer fueron: Asquenaz, Rifat y Togarma. 4 Los hijos de Javán fueron: Elisa, Tarsis, Quitim y Rodanim. 5 A partir de éstos fueron pobladas las costas de las naciones, según sus territorios, cada una según su idioma, conforme a sus familias en sus naciones.
6 Los hijos de Cam fueron: Cus, Mizraim, Fut y Canaán. 7 Los hijos de Cus fueron: Seba, Havila, Sabta, Raama y Sabteca. Los hijos de Raama fueron Seba y Dedán. 8 Cus engendró a Nimrod, quien comenzó a ser poderoso en la tierra. 9 El fue un vigoroso cazador delante de Jehovah, por lo cual se suele decir: "Como Nimrod, el vigoroso cazador delante de Jehovah." 10 Al principio, su reino abarcaba Babel, Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar. 11 De aquella tierra salió para Asiria y edificó Nínive, Ciudad Rejobot, Cálaj 12 y Resén, entre Nínive y Cálaj. Esta es una gran ciudad. 13 Mizraim engendró a los ludeos, a los anameos, a los lehabitas, a los naftujitas, 14 a los patruseos, a los caslujitas (de los cuales salieron los filisteos) y a los caftoreos. 15 Canaán engendró a Sidón su primogénito y a Het, 16 al jebuseo, al amorreo, al gergeseo, 17 al heveo, al araqueo, al sineo, 18 al arvadeo, al zemareo y al hamateo. Después se dispersaron los clanes de los cananeos. 19 La frontera de los cananeos abarcaba desde Sidón hasta Gaza en dirección de Gerar; seguía en dirección de Sodoma, Gomorra, Adma y Zeboím, y continuaba hasta Lasa. 20 Tales son los hijos de Cam, según sus familias, según sus idiomas, en sus territorios y en sus naciones.
21 También le nacieron hijos a Sem, padre de todos los hijos de Heber y hermano mayor de Jafet. 22 Los hijos de Sem fueron: Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram. 23 Los hijos de Aram fueron: Uz, Hul, Geter y Mas. 24 Arfaxad engendró a Sélaj, y Sélaj engendró a Heber. 25 A Heber le nacieron dos hijos: El nombre del primero fue Peleg, porque en sus días fue dividida la tierra. El nombre de su hermano fue Joctán. 26 Joctán engendró a Almodad, a Selef, a Hazar-mávet, a Jéraj, 27 a Adoram, a Uzal, a Dicla, 28 a Obal, a Abimael, a Seba, 29 a Ofir, a Havila y a Jobab. Todos éstos fueron hijos de Joctán. 30 El área que habitaron abarcó desde Mesa hasta las inmediaciones de Sefar, en la región montañosa al oriente. 31 Estos fueron los hijos de Sem según sus familias, según sus idiomas, en sus territorios y en sus naciones.
32 Estas fueron las familias de los hijos de Noé, según sus descendientes y sus naciones. De éstos proceden las naciones de la tierra, después del diluvio.
La torre de Babel
11 Toda la tierra tenía un solo idioma y las mismas palabras. 2 Pero aconteció que al emigrar del oriente, encontraron una llanura en la tierra de Sinar y se establecieron allí. 3 Entonces se dijeron unos a otros: "Venid, hagamos adobes y quemémoslos con fuego." Así empezaron a usar ladrillo en lugar de piedra, y brea en lugar de mortero. 4 Y dijeron: "Venid, edifiquémonos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue al cielo. Hagámonos un nombre, no sea que nos dispersemos sobre la faz de toda la tierra."
5 Jehovah descendió para ver la ciudad y la torre que edificaban los hombres. 6 Entonces dijo Jehovah: "He aquí que este pueblo está unido, y todos hablan el mismo idioma. Esto es lo que han comenzado a hacer, y ahora nada les impedirá hacer lo que se proponen. 7 Vamos, pues, descendamos y confundamos allí su lenguaje, para que nadie entienda lo que dice su compañero."
8 Así los dispersó Jehovah de allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad. 9 Por tanto, el nombre de dicha ciudad fue Babel, porque Jehovah confundió allí el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los dispersó sobre la faz de toda la tierra.
Antepasados de Abram
10 Estos son los descendientes de Sem:
Cuando Sem tenía 100 años, engendró a Arfaxad, dos años después del diluvio. 11 Sem vivió después que engendró a Arfaxad 500 años, y engendró hijos e hijas.
12 Cuando Arfaxad tenía 35 años, engendró a Sélaj. 13 Arfaxad vivió después que engendró a Sélaj 403 años, y engendró hijos e hijas.
14 Cuando Sélaj tenía 30 años, engendró a Heber. 15 Sélaj vivió después que engendró a Heber 403 años, y engendró hijos e hijas.
16 Cuando Heber tenía 34 años, engendró a Peleg. 17 Heber vivió después que engendró a Peleg 430 años, y engendró hijos e hijas.
18 Cuando Peleg tenía 30 años, engendró a Reu. 19 Peleg vivió después que engendró a Reu 209 años, y engendró hijos e hijas.
20 Cuando Reu tenía 32 años, engendró a Serug. 21 Reu vivió después que engendró a Serug 207 años, y engendró hijos e hijas.
22 Cuando Serug tenía 30 años, engendró a Nacor. 23 Serug vivió después que engendró a Nacor 200 años, y engendró hijos e hijas.
24 Cuando Nacor tenía 29 años, engendró a Taré. 25 Nacor vivió después que engendró a Taré 119 años, y engendró hijos e hijas.
26 Cuando Taré tenía 70 años, engendró a Abram, a Nacor y a Harán. 27 Estos son los descendientes de Taré: Taré engendró a Abram, a Nacor y a Harán; y Harán engendró a Lot. 28 Harán murió antes que su padre Taré, en el lugar donde había nacido, en Ur de los caldeos.
29 Abram y Nacor tomaron mujeres para sí. El nombre de la mujer de Abram fue Sarai; y el nombre de la mujer de Nacor fue Milca, hija de Harán, padre de Milca y de Isca. 30 Y Sarai era estéril y no tenía hijos.
31 Taré tomó a su hijo Abram, a su nieto Lot hijo de Harán, a Sarai su nuera, mujer de su hijo Abram, y partió con ellos de Ur de los caldeos para ir a la tierra de Canaán. Y fueron hasta Harán y se establecieron allí. 32 Taré vivió 205 años, y murió Taré en Harán.
Abram va a Canaán
12 Entonces Jehovah dijo a Abram: "Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2 Yo haré de ti una gran nación. Te bendeciré y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3 Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra."
4 Abram se fue, como Jehovah le había dicho, y Lot fue con él. Abram tenía 75 años cuando salió de Harán. 5 Abram tomó a Sarai su mujer, a Lot su sobrino y todos los bienes que habían acumulado y a las personas que habían adquirido en Harán; y partieron hacia la tierra de Canaán. Después llegaron a la tierra de Canaán, 6 y Abram atravesó aquella tierra hasta la encina de Moré, en las inmediaciones de Siquem. Los cananeos estaban entonces en la tierra. 7 Y se apareció Jehovah a Abram y le dijo: "A tu descendencia daré esta tierra." Y él edificó allí un altar a Jehovah, quien se le había aparecido. 8 Después se trasladó a la región montañosa al oriente de Betel y extendió allí su tienda, entre Betel al oeste y Hai al este. Allí edificó un altar a Jehovah e invocó el nombre de Jehovah. 9 Después partió de allí y se dirigió progresivamente hacia el Néguev.
Problemas de Abram con el faraón
10 Hubo hambre en la tierra, y Abram descendió a Egipto para residir allí, pues el hambre era grande en la tierra. 11 Y aconteció que cuando estaba por llegar a Egipto, dijo a Sarai su mujer: "He aquí, reconozco que tú eres una mujer bella. 12 Y puede suceder que al verte, los egipcios digan: ’Es su mujer’, y me maten a mí, y a ti te conserven la vida. 13 Di, por favor, que eres mi hermana, para que me vaya bien por tu causa y mi vida sea conservada por causa de ti."
14 Y aconteció que cuando Abram entró en Egipto, los egipcios vieron que la mujer era muy bella. 15 También la vieron los ministros del faraón, y la alabaron ante él. Y la mujer fue llevada al palacio del faraón, 16 quien favoreció a Abram por causa de ella. Este obtuvo ovejas, vacas, asnos, siervos, siervas, asnas y camellos.
17 Entonces Jehovah afligió al faraón y a su familia con grandes plagas por causa de Sarai, mujer de Abram. 18 Y el faraón llamó a Abram y le dijo: "¿Por qué me has hecho esto? ¿Por qué no me declaraste que era tu mujer? 19 ¿Por qué dijiste: ’Es mi hermana’, poniéndome en ocasión de tomarla para mí por mujer? Ahora pues, aquí está tu mujer. Tómala y vete."
20 Entonces el faraón dio órdenes a sus hombres con respecto a Abram. Y éstos lo enviaron a él con su mujer y con todo lo que tenía.
Abram y Lot se separan
13 Abram subió de Egipto hacia el Néguev, él con su mujer y con todo lo que tenía; y Lot iba con él. 2 Abram era muy rico en ganado, en plata y en oro. 3 Volvió a sus viajes desde el Néguev hacia Betel, hasta el lugar donde su tienda había estado al comienzo, entre Betel y Hai, 4 el lugar del altar que había hecho allí anteriormente. Y Abram invocó allí el nombre de Jehovah.
5 También Lot, que iba con Abram, tenía ovejas, vacas y tiendas. 6 Pero la tierra no bastaba para que habitasen juntos. Sus posesiones eran muchas, y no podían habitar juntos. 7 Entonces surgió una contienda entre los pastores del ganado de Abram y los pastores del ganado de Lot. En aquel entonces los cananeos y los ferezeos habitaban en la tierra.
8 Entonces Abram dijo a Lot: "Por favor, no haya contiendas entre tú y yo, ni entre mis pastores y tus pastores, porque somos parientes. 9 ¿No está delante de ti toda la tierra? Por favor, sepárate de mí. Si tú vas a la izquierda, yo iré a la derecha; y si tú vas a la derecha, yo iré a la izquierda."
10 Lot alzó los ojos y vio toda la llanura del Jordán, la cual era toda tierra de regadío, como un jardín de Jehovah, como la tierra de Egipto, como la entrada de Zoar, antes de que Jehovah destruyera Sodoma y Gomorra. 11 Lot eligió para sí toda la llanura del Jordán, y partió Lot hacia el oriente. Así se separaron el uno del otro.
12 Abram habitó en la tierra de Canaán, y Lot habitó en las ciudades de la llanura y fue instalando sus tiendas hasta Sodoma. 13 Los hombres de Sodoma eran malos y muy pecadores contra Jehovah.
Dios promete a Abram darle Canaán
14 Jehovah dijo a Abram, después que Lot se había separado de él: "Alza tus ojos y mira desde el lugar donde estás, hacia el norte, el sur, el este y el oeste. 15 Porque toda la tierra que ves te la daré a ti y a tu descendencia, para siempre. 16 Yo haré que tu descendencia sea como el polvo de la tierra. Si alguien puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia podrá ser contada. 17 Levántate, anda a lo largo y a lo ancho de la tierra, porque a ti te la daré."
18 Entonces Abram trasladó su tienda, se fue y moró en el encinar de Mamre, que está en Hebrón, y allí edificó un altar a Jehovah.
Abram rescata a Lot
14 Aconteció en los días de Amrafel rey de Sinar, de Arioc rey de Elasar, de Quedarlaomer rey de Elam, y de Tidal rey de Goím, 2 que éstos hicieron guerra contra Bera rey de Sodoma, Birsa rey de Gomorra, Sinab rey de Adma, Semeber rey de Zeboím, y el rey de Bela, la cual es Zoar. 3 Todos éstos se reunieron en el valle de Sidim, es decir, el mar Salado. 4 Doce años habían servido a Quedarlaomer, pero en el año 13 se rebelaron. 5 En el año 14 vinieron Quedarlaomer y los reyes que estaban con él, y derrotaron a los refaítas en Astarot-carnaim, a los zuzitas en Ham, a los emitas en Save-quiriataim, 6 y a los horeos en el monte Seír, hasta El-parán, que está junto al desierto. 7 Luego regresaron, llegaron a En-mispat, que es Cades, y devastaron todo el campo de los amalequitas y de los amorreos que habitaban en Hazezón-tamar.
8 Entonces salieron el rey de Sodoma, el rey de Gomorra, el rey de Adma, el rey de Zeboím y el rey de Bela, la cual es Zoar, y dispusieron la batalla contra ellos en el valle de Sidim; 9 a saber, contra Quedarlaomer rey de Elam, Tidal rey de Goím, Amrafel rey de Sinar y Arioc rey de Elasar: cuatro reyes contra cinco.
10 El valle de Sidim estaba lleno de pozos de brea. Y al huir los reyes de Sodoma y de Gomorra, cayeron en ellos, mientras que los demás huyeron a las montañas. 11 Los enemigos tomaron todos los bienes de Sodoma y de Gomorra, y todos sus alimentos, y se fueron. 12 También llevaron consigo a Lot, el hijo del hermano de Abram, junto con sus posesiones (porque Lot habitaba en Sodoma), y se fueron. 13 Pero uno de los que escaparon fue y lo contó a Abram el hebreo, que habitaba en el encinar de Mamre el amorreo, hermano de Escol y hermano de Aner, quienes eran aliados de Abram.
14 Cuando Abram oyó que su sobrino había sido tomado cautivo, reclutó a sus 318 criados nacidos en su casa, y los persiguió hasta Dan. 15 Los atacó de noche, él con sus siervos, los derrotó y los persiguió hasta Hoba, que está al norte de Damasco. 16 Así recobró todos los bienes y también recobró a su sobrino Lot, sus bienes, y también a las mujeres y a la gente.
Encuentro de Abram y Melquisedec
17 Cuando Abram volvía de derrotar a Quedarlaomer y a los reyes que estaban con él, el rey de Sodoma salió a su encuentro en el valle de Savé, que es el valle del Rey. 18 También Melquisedec, rey de Salem, quien era sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino 19 y le bendijo diciendo: "Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra. 20 Bendito sea el Dios Altísimo, que entregó a tus enemigos en tus manos."
Y Abram le dio a él el diezmo de todo.
Trato de Abram con el rey de Sodoma
21 Entonces el rey de Sodoma dijo a Abram:
-Dame las personas, y toma para ti los bienes.
22 Abram respondió al rey de Sodoma:
-He hecho votos a Jehovah, el Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra, 23 que no tomaré ni un hilo, ni la correa de un calzado, nada de todo lo que es tuyo, para que no digas después: "Yo enriquecí a Abram." 24 Yo no tomaré nada, excepto lo que han comido los jóvenes y la parte de los hombres que fueron conmigo: Aner, Escol y Mamre. Ellos sí tomarán su parte.
Pacto de Jehovah con Abram
15 Después de estas cosas vino la palabra de Jehovah a Abram en visión, diciendo:
-No temas, Abram. Yo soy tu escudo, y tu galardón será muy grande.
2 Abram respondió:
-Oh Señor Jehovah, ¿qué me has de dar? Pues continúo sin hijos, y el heredero de mi casa será Eliezer, de Damasco. 3 -Añadió Abram-: A mí no me has dado descendencia, y he aquí me heredará un criado nacido en mi casa.
4 Y he aquí que la palabra de Jehovah vino a él diciendo:
-No será éste el que te herede, sino que alguien que salga de tus entrañas será el que te herede.
5 Entonces lo llevó fuera y le dijo:
-Mira, por favor, al cielo y cuenta las estrellas, si acaso las puedes contar. -Y añadió-: Así será tu descendencia.
6 El creyó a Jehovah, y le fue contado por justicia. 7 Entonces le dijo:
-Yo soy Jehovah, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte esta tierra como posesión.
8 El respondió:
-Oh Señor Jehovah, ¿cómo sabré que yo la he de poseer?
9 Le respondió:
-Tráeme una vaquilla de tres años, una cabra de tres años, un carnero de tres años, una tórtola y un pichón.
10 El tomó todos estos animales, los partió por la mitad y puso cada mitad una frente a otra. Pero no partió las aves. 11 Entonces descendieron unos buitres sobre los cuerpos muertos, y Abram los ahuyentaba. 12 Pero cuando el sol estaba por ponerse, cayó sobre Abram un sueño profundo, y he aquí que se apoderó de él el terror de una gran oscuridad. 13 Entonces Dios dijo a Abram:
-Ten por cierto que tus descendientes serán extranjeros en una tierra que no será suya, y los esclavizarán y los oprimirán 400 años. 14 Pero yo también juzgaré a la nación a la cual servirán, y después de esto saldrán con grandes riquezas. 15 Pero tú irás a tus padres en paz y serás sepultado en buena vejez. 16 En la cuarta generación volverán acá, pues hasta ahora no ha llegado al colmo la maldad de los amorreos.
17 Y sucedió una vez que el sol se puso y hubo oscuridad que he aquí, apareció un horno humeante, y una antorcha ardiendo pasó por en medio de los animales divididos.
18 Aquel día Jehovah hizo un pacto con Abram diciendo:
-A tus descendientes daré esta tierra, desde el arroyo de Egipto hasta el gran río, el río Eufrates; 19 la tierra de los queneos, quenezeos, cadmoneos, 20 heteos, ferezeos, refaítas, 21 amorreos, cananeos, gergeseos y jebuseos.
Problemas de Agar y de Ismael
16 Sarai, mujer de Abram, no le daba hijos; pero ella tenía una sierva egipcia que se llamaba Agar. 2 Entonces Sarai dijo a Abram:
-He aquí que Jehovah me ha impedido concebir. Unete, por favor, a mi sierva; quizás yo tenga hijos por medio de ella.
Abram hizo caso de las palabras de Sarai. 3 Y Sarai su mujer tomó a Agar, su sierva egipcia, después de haber vivido diez años en la tierra de Canaán, y se la dio por mujer a Abram su marido. 4 Abram se unió a Agar, y ella concibió. Pero al ver que había concebido, empezó a mirar con desprecio a su señora. 5 Entonces Sarai dijo a Abram:
-Mi agravio recaiga sobre ti. Yo puse a mi sierva en tu seno; y ella, viéndose encinta, me mira con desprecio. Jehovah juzgue entre tú y yo.
6 Abram respondió a Sarai:
-He aquí, tu sierva está en tus manos. Haz con ella como te parezca bien.
Como Sarai la afligía, ella huyó de su presencia. 7 Pero el ángel de Jehovah la encontró en el desierto junto a un manantial de agua (el manantial que está en el camino de Shur), 8 y le dijo:
-Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes y a dónde vas?
Ella respondió:
-Huyo de la presencia de Sarai, mi señora.
9 El ángel de Jehovah le dijo:
-Vuelve a tu señora y sométete a su autoridad. 10 -Le dijo también el ángel de Jehovah-: Multiplicaré tanto tus descendientes, que no podrán ser contados a causa de su gran número. 11 -Le dijo además el ángel de Jehovah-: He aquí que has concebido y darás a luz un hijo. Y llamarás su nombre Ismael, porque Jehovah ha escuchado tu aflicción. 12 El será como un asno montés, un hombre cuya mano estará contra todos, y las manos de todos estarán contra él. Y habitará frente a todos sus hermanos.
13 Ella invocó el nombre de Jehovah, que hablaba con ella, y dijo:
-Tú eres un Dios que me ve.
Pues pensó: "¿Acaso no he visto aquí al que me ve?" 14 Por eso llamó al pozo Beer-lajai-roí. He aquí que está entre Cades y Bered.
15 Agar dio a luz un hijo a Abram, y Abram llamó el nombre de su hijo que le dio Agar, Ismael. 16 Abram tenía 86 años cuando Agar le dio a luz a Ismael.
El pacto y la circuncisión
17 Abram tenía 99 años cuando Jehovah se le apareció y le dijo:
-Yo soy el Dios Todopoderoso; camina delante de mí y sé perfecto. 2 Yo cumpliré mi pacto entre yo y tú, y te multiplicaré en gran manera.
3 Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él diciendo:
4 -He aquí que mi pacto es contigo: Tú serás padre de muchas naciones. 5 Ya no se llamará más tu nombre Abram; tu nombre será Abraham, pues te he constituido en padre de una multitud de naciones. 6 Yo te haré muy fecundo; de ti haré naciones, y reyes saldrán de ti. 7 Yo establezco mi pacto como pacto perpetuo entre yo y tú, y tu descendencia después de ti por sus generaciones, para ser tu Dios y el de tu descendencia después de ti. 8 Yo te daré en posesión perpetua, a ti y a tu descendencia después de ti, la tierra en que resides, toda la tierra de Canaán. Y yo seré su Dios.
9 Dios dijo de nuevo a Abraham:
-Pero tú guardarás mi pacto, tú y tus descendientes después de ti, a través de sus generaciones. 10 Este será mi pacto entre yo y vosotros que guardaréis tú y tus descendientes después de ti: Todo varón de entre vosotros será circuncidado. 11 Circuncidaréis vuestros prepucios, y esto será la señal del pacto entre yo y vosotros. 12 A los ocho días de nacido será circuncidado todo varón de entre vosotros, a través de vuestras generaciones; tanto el nacido en casa como el comprado con dinero a cualquier extranjero que no sea de tu descendencia. 13 Deberá ser circuncidado el nacido en tu casa y el comprado con tu dinero. Así estará mi pacto en vuestra carne como pacto perpetuo. 14 El hombre incircunciso, que no haya circuncidado su prepucio, esa persona será borrada de su pueblo, porque ha violado mi pacto.
Promesa del nacimiento de Isaac
15 Dios dijo también a Abraham:
-A Sarai tu mujer no la llamarás más Sarai; Sara será su nombre. 16 Yo la bendeciré y también te daré de ella un hijo. Sí, yo la bendeciré; ella será madre de naciones, y de ella procederán reyes de pueblos.
17 Entonces Abraham se postró sobre su rostro y se rió diciendo en su corazón: "¿A un hombre de 100 años le ha de nacer un hijo? ¿Y Sara, ya de 90 años, ha de dar a luz?" 18 Luego Abraham dijo a Dios:
-¡Ojalá Ismael viva delante de ti!
19 Y Dios respondió:
-Ciertamente Sara tu mujer te dará un hijo, y llamarás su nombre Isaac. Yo confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para su descendencia después de él. 20 Y en cuanto a Ismael, también te he oído: He aquí que le bendeciré, le haré fecundo y le multiplicaré en gran manera. El engendrará doce príncipes, y yo le constituiré en una gran nación. 21 Pero yo estableceré mi pacto con Isaac, que Sara te dará a luz por este tiempo, el próximo año.
Abraham aplica la circuncisión
22 Dios acabó de hablar con él y subió de donde estaba con Abraham. 23 Entonces Abraham tomó a Ismael su hijo, a todos los siervos nacidos en su casa y a todos los comprados con su dinero, a todo varón de las personas de la casa de Abraham; y aquel mismo día circuncidó el prepucio de ellos, como Dios le había dicho. 24 Abraham tenía 99 años cuando circuncidó su prepucio. 25 Su hijo Ismael tenía 13 años cuando fue circuncidado su prepucio. 26 En el mismo día fueron circuncidados Abraham e Ismael su hijo. 27 Fueron circuncidados con él todos los varones de su casa, tanto los siervos nacidos en su casa como los comprados con dinero a los extranjeros.
Nueva promesa del nacimiento de Isaac
18 Jehovah se apareció a Abraham en el encinar de Mamre, cuando él estaba sentado en la entrada de la tienda, en el pleno calor del día. 2 Alzó sus ojos y miró, y he aquí tres hombres que estaban de pie frente a él. Y al verlos, corrió desde la entrada de la tienda para recibirlos, y se postró a tierra. 3 Y dijo:
-Señor, si he hallado gracia ante tus ojos, por favor, no pases de largo a tu siervo. 4 Que se traiga un poco de agua para que lavéis vuestros pies y os recostéis debajo del árbol. 5 Yo traeré un pedazo de pan, y repondréis vuestras fuerzas y después proseguiréis; porque para esto habéis pasado cerca de vuestro siervo.
Ellos dijeron:
-Sí; haz así como dices.
6 Entonces Abraham fue de prisa a la tienda de Sara y le dijo:
-Toma rápidamente tres medidas de harina fina, amásala y prepara unas tortas.
7 Luego corrió Abraham a donde estaban las vacas y tomó un ternero tierno y bueno, y se lo dio al mozo; y éste se dio prisa para prepararlo. 8 Después tomó mantequilla, leche y el ternero que había preparado, y lo puso delante de ellos. Y mientras comían, él se quedó de pie junto a ellos debajo del árbol. 9 Ellos le preguntaron:
-¿Dónde está Sara tu mujer?
El respondió:
-Adentro, en la tienda.
10 Entonces dijo:
-Ciertamente volveré a ti después del tiempo que dura el embarazo, y he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo.
Sara escuchaba junto a la entrada de la tienda que estaba detrás de él. 11 Abraham y Sara eran ancianos, de edad avanzada. A Sara le había cesado ya la regla de las mujeres. 12 Y Sara se reía dentro de sí, diciendo: "Después que he envejecido, ¿tendré placer, siendo también anciano mi señor?" 13 Entonces Jehovah dijo a Abraham:
-¿Por qué se ríe Sara, diciendo: "¿Realmente he de dar a luz siendo vieja?" 14 ¿Acaso existe para Jehovah alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, después del tiempo que dura el embarazo, y Sara habrá tenido un hijo.
15 Entonces Sara, porque tuvo miedo, negó diciendo:
-No me he reído.
Pero él dijo:
-No, sino que sí te has reído.
Abraham pide por Sodoma y Gomorra
16 Los hombres se levantaron de allí y miraron hacia Sodoma. Abraham iba con ellos para despedirlos.
17 Entonces Jehovah dijo:
-¿He de encubrir a Abraham lo que voy a hacer, 18 habiendo de ser Abraham una nación grande y poderosa, y que en él han de ser benditas todas las naciones de la tierra? 19 Porque yo le he escogido y sé que mandará a sus hijos y a su casa después de él que guarden el camino de Jehovah, practicando la justicia y el derecho, para que Jehovah haga venir sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él. 20 - Además Jehovah dijo-: Ciertamente el clamor de Sodoma y de Gomorra es grande, y el pecado de ellos se ha agravado en extremo. 21 Descenderé, pues, para ver si han consumado su maldad, según el clamor que ha llegado hasta mí; y si no, lo sabré.
22 Los hombres partieron de allí y se fueron a Sodoma. Pero Abraham quedó todavía delante de Jehovah. 23 Entonces Abraham se acercó y dijo:
-¿Destruirás también al justo con el culpable? 24 Quizás haya cincuenta justos dentro de la ciudad; ¿la destruirás con todo y no perdonarás el lugar por causa de los cincuenta justos que estén dentro de ella? 25 Lejos esté de ti hacer tal cosa: hacer morir al justo con el culpable, y que el justo sea tratado como el culpable. ¡Lejos esté de ti! El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?
26 Entonces respondió Jehovah:
-Si hallo en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré todo el lugar en consideración a ellos.
27 Intervino Abraham y dijo:
-He aquí, ya que he comenzado a hablar con mi Señor, a pesar de que soy polvo y ceniza, 28 quizás falten cinco para ser cincuenta justos. ¿Destruirás por aquellos cinco toda la ciudad?
Le respondió:
-No la destruiré, si encuentro allí cuarenta y cinco.
29 Volvió a hablarle diciendo:
-Quizás se encuentren allí cuarenta . . .
Y respondió:
-No lo haré en consideración a los cuarenta.
30 Abraham le dijo:
-Por favor, no se enoje mi Señor si hablo: Quizás se encuentren allí treinta . . .
Y respondió:
-No lo haré, si encuentro allí treinta.
31 Y dijo:
-He aquí, ya que he empezado a hablar a mi Señor, quizás se encuentren allí veinte . . .
Y respondió:
-No la destruiré en consideración a los veinte.
32 Volvió a decir:
-Por favor, no se enoje mi Señor, si hablo sólo una vez más: Quizás se encuentren allí diez . . .
Y respondió:
-No la destruiré en consideración a los diez.
33 Y Jehovah se fue luego que acabó de hablar con Abraham. Y Abraham regresó a su lugar.
Lot y sus hijas son librados de la ruina
19 Los dos ángeles llegaron a Sodoma al anochecer. Lot estaba sentado junto a la puerta de Sodoma, y al verlos se levantó Lot para recibirlos postrándose a tierra. 2 Y les dijo:
-He aquí, señores míos, venid, por favor, a la casa de vuestro siervo; pasad la noche y lavaos vuestros pies. Por la mañana os levantaréis temprano y seguiréis vuestro camino.
Pero ellos respondieron:
-No, sino que pasaremos la noche en la calle.
3 Pero él les insistió mucho; así que fueron con él y entraron en su casa. El les preparó un banquete; hizo panes sin levadura y comieron. 4 Pero antes de que se acostasen, los hombres de la ciudad, los hombres de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo, rodearon la casa. 5 Y llamaron a Lot y le dijeron:
-¿Dónde están los hombres que vinieron a ti esta noche? Sácanoslos, para que los conozcamos.
6 Entonces Lot salió a ellos a la puerta, cerró la puerta detrás de sí 7 y dijo:
-¡Por favor, hermanos míos, no hagáis tal maldad! 8 He aquí tengo dos hijas que todavía no han conocido varón: Os las sacaré, pues, y haced con ellas como os parezca; sólo que no hagáis nada a estos hombres, porque para esto han venido a la sombra de mi techo.
9 Ellos respondieron:
-¡Quítate de ahí! -Y añadieron-: Este vino aquí para residir como forastero, ¿y ahora habrá de erigirse como juez? Ahora te haremos a ti más daño que a ellos.
Forcejeaban mucho contra el hombre, contra Lot, y se acercaron para romper la puerta. 10 Entonces los hombres extendieron las manos, metieron a Lot en la casa con ellos y cerraron la puerta. 11 Y a los hombres que estaban junto a la puerta de la casa, los hirieron con ceguera, desde el menor hasta el mayor, de modo que se fatigaban por hallar la puerta.
12 Aquellos hombres dijeron a Lot:
-¿Tienes aquí a alguien más? Yernos, hijos, hijas; cualquiera que tengas en la ciudad, sácalos de este lugar. 13 Porque vamos a destruir este lugar, por cuanto el clamor de ellos ha llegado a ser grande delante de Jehovah. Por eso Jehovah nos ha enviado para destruirlo.
14 Entonces salió Lot y habló a sus yernos, los que habían de casarse con sus hijas, y les dijo:
-¡Levantaos, salid de este lugar, porque Jehovah va a destruir la ciudad!
Pero a sus yernos les pareció que bromeaba. 15 Y al rayar el alba, los ángeles apremiaban a Lot, diciéndole:
-¡Levántate, toma a tu mujer y a tus dos hijas que están aquí, para que no seas destruido con el castigo de la ciudad!
16 Cuando se detenía, los hombres tomaron su mano, la mano de su mujer y las manos de sus dos hijas, por la misericordia de Jehovah para con él. Lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad. 17 Y después de haberlos sacado fuera, le dijeron:
-¡Escapa por tu vida! No mires atrás, ni te detengas en toda esta llanura. Escapa a la montaña, no sea que perezcas.
18 Lot le dijo:
-¡Por favor, no, señor mío! 19 He aquí que tu siervo ha hallado gracia ante tus ojos y has engrandecido tu misericordia que has mostrado conmigo dándome la vida. Pero yo no podré escapar a la montaña, no sea que me alcance el mal y muera. 20 He allí esa ciudad está cerca para escapar allá, y es pequeña. Deja que escape allá y salve mi vida. ¿Acaso no es pequeña?
21 Le respondió:
-He aquí que también te he atendido con respecto a este asunto. No destruiré la ciudad de la cual has hablado. 22 Date prisa y escapa allá. Nada podré hacer hasta que hayas llegado allí.
Por eso fue llamado el nombre de la ciudad Zoar.
23 El sol ya había salido sobre la tierra cuando Lot llegó a Zoar. 24 Entonces Jehovah hizo llover desde los cielos azufre y fuego de parte de Jehovah sobre Sodoma y Gomorra. 25 Y trastornó aquellas ciudades, toda la llanura con todos los habitantes de las ciudades y las plantas de la tierra. 26 Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se convirtió en una columna de sal.
27 Abraham se levantó muy de mañana, fue al lugar donde había estado delante de Jehovah 28 y miró hacia Sodoma y Gomorra, y hacia toda la tierra de la llanura. Y al mirar, he aquí que el humo subía de la tierra como el humo de un horno. 29 Y sucedió que cuando Dios destruyó las ciudades de la llanura, se acordó Dios de Abraham y sacó a Lot de en medio de la destrucción, al trastornar las ciudades donde Lot había estado.
Las hijas de Lot conciben de su padre
30 Lot tuvo miedo de permanecer en Zoar y se fue de allí a la región montañosa, junto con sus dos hijas. Y habitaba en una cueva con sus dos hijas. 31 Entonces la mayor dijo a la menor:
-Nuestro padre es viejo, y no queda ningún hombre en la tierra que se una a nosotras, como es la costumbre en toda la tierra. 32 Ven, demos de beber vino a nuestro padre, acostémonos con él y conservemos descendencia de nuestro padre.
33 Aquella noche dieron de beber vino a su padre. Luego entró la mayor y se acostó con su padre, pero él no se dio cuenta cuando ella se acostó ni cuando se levantó. 34 Y aconteció que al día siguiente la mayor dijo a la menor:
-He aquí yo me acosté anoche con mi padre. Démosle de beber vino también esta noche, y entra tú y acuéstate con él, y conservemos descendencia de nuestro padre.
35 También aquella noche dieron de beber vino a su padre. Luego fue la menor y se acostó con él, pero él no se dio cuenta cuando ella se acostó ni cuando se levantó. 36 Así concibieron de su padre las dos hijas de Lot. 37 La mayor dio a luz un hijo y llamó su nombre Moab, el cual es el padre de los moabitas, hasta hoy. 38 La menor dio a luz un hijo y llamó su nombre Ben-amí, el cual es el padre de los amonitas, hasta hoy.
Problemas de Abraham con Abimelec
20 Abraham partió de allí hacia la tierra del Néguev. Acampó entre Cades y Shur y residió en Gerar. 2 Abraham dijo de Sara su mujer: "Ella es mi hermana." Y Abimelec, rey de Gerar, mandó y tomó a Sara. 3 Pero Dios vino a Abimelec en sueños de noche y le dijo:
-He aquí que vas a morir por causa de la mujer que has tomado, la cual es casada.
4 Abimelec, quien todavía no se había acercado a ella, dijo:
-Señor, ¿acaso has de matar a la gente inocente? 5 ¿Acaso no me dijo él: "Ella es mi hermana", y ella también dijo: "El es mi hermano"? Con integridad de mi corazón y con limpieza de mis manos he hecho esto.
6 Dios le dijo en sueños:
-Yo también sé que con integridad de tu corazón has hecho esto. Yo también te detuve de pecar contra mí, y no te permití que la tocases. 7 Ahora pues, devuelve la mujer a su marido, porque él es profeta y orará por ti, y tú vivirás. Y si no la devuelves, ten por cierto que morirás irremisiblemente, tú y todos los tuyos.
8 Entonces Abimelec se levantó muy de mañana, llamó a todos sus servidores y dijo todas estas palabras a oídos de ellos. Y los hombres temieron mucho. 9 Después Abimelec llamó a Abraham y le preguntó:
-¿Qué nos has hecho? ¿En qué te he ofendido para que hayas traído sobre mí y sobre mi reino un pecado tan grande? Has hecho conmigo cosas que no debiste hacer. 10 -Dijo además Abimelec a Abraham-: ¿Qué has visto, para que hicieras esto?
11 Abraham respondió:
-Porque pensé: "Seguramente no hay temor de Dios en este lugar y me matarán por causa de mi mujer." 12 Y a la verdad, también es mi hermana. Ella es hija de mi padre, pero no de mi madre; así que la tomé por mujer. 13 Cuando Dios me hizo salir errante de la casa de mi padre, yo le dije a ella: "Este es el favor que tú me harás: En todos los lugares a los que lleguemos dirás de mí: ’El es mi hermano.’ "
14 Entonces Abimelec tomó ovejas y vacas, siervos y siervas; se los dio a Abraham y le devolvió a Sara su mujer. 15 Y le dijo Abimelec:
-He aquí mi tierra está delante de ti. Habita donde bien te parezca.
16 A Sara le dijo:
-He aquí que he dado 1.000 piezas de plata a tu hermano. He aquí que esto constituye para ti y para todos los que están contigo una venda a los ojos. Así eres totalmente vindicada.
17 Entonces Abraham oró a Dios, y Dios sanó a Abimelec y a su mujer y a sus siervas para que dieran a luz. 18 Porque Jehovah había cerrado por completo toda matriz en la casa de Abimelec a causa de Sara, mujer de Abraham.
Nacimiento de Isaac
21 Jehovah favoreció a Sara, como había dicho. Jehovah hizo con Sara como había prometido, 2 y ella concibió y dio a luz un hijo a Abraham en su vejez, en el tiempo que Dios le había indicado. 3 Abraham llamó el nombre de su hijo que le había nacido, y que Sara le había dado a luz, Isaac. 4 Y circuncidó Abraham a su hijo Isaac al octavo día, como Dios le había mandado. 5 Abraham tenía 100 años cuando le nació su hijo Isaac. 6 Entonces Sara dijo:
-Dios me ha hecho reír, y cualquiera que lo oiga se reirá conmigo. 7 -Y añadió-: ¿Quién le hubiera dicho a Abraham que Sara daría de mamar a hijos? Pues yo le he dado un hijo en su vejez.
8 El niño creció y fue destetado. Y Abraham hizo un gran banquete el día que Isaac fue destetado.
Abraham despide a Agar e Ismael
9 Sara vio al hijo de Agar la egipcia, que ésta le había dado a luz a Abraham, que se burlaba. 10 Por eso dijo a Abraham:
-Echa a esta sierva y a su hijo, pues el hijo de esta sierva no ha de heredar junto con mi hijo, con Isaac.
11 Estas palabras preocuparon muchísimo a Abraham, por causa de su hijo. 12 Entonces Dios dijo a Abraham:
-No te parezca mal lo referente al muchacho ni lo referente a tu sierva. En todo lo que te diga Sara, hazle caso, porque a través de Isaac será contada tu descendencia. 13 Pero también del hijo de la sierva haré una nación, porque es un descendiente tuyo.
14 Abraham se levantó muy de mañana, tomó pan y un odre de agua, y se lo dio a Agar, poniéndolo sobre el hombro de ella. Luego le entregó el muchacho y la despidió.
Ella partió y caminó errante por el desierto de Beerseba. 15 Y cuando se acabó el agua del odre, hizo recostar al muchacho debajo de un arbusto. 16 Luego fue y se sentó enfrente, alejándose como a un tiro de arco, porque pensó: "No quiero ver morir al muchacho." Ella se sentó enfrente, y alzando su voz lloró. 17 Entonces Dios escuchó la voz del muchacho, y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo y le dijo:
-¿Qué tienes, Agar? No temas, porque Dios ha oído la voz del muchacho, allí donde está. 18 Levántate, alza al muchacho y tómalo de la mano, porque de él haré una gran nación.
19 Entonces Dios abrió los ojos de ella, y vio un pozo de agua. Ella fue, llenó el odre de agua y dio de beber al muchacho. 20 Dios estaba con el muchacho, el cual creció y habitó en el desierto, y llegó a ser un tirador de arco. 21 Habitó en el desierto de Parán, y su madre tomó para él una mujer de la tierra de Egipto.
Alianza de Abraham y Abimelec
22 Aconteció en aquel tiempo que Abimelec junto con Ficol, jefe de su ejército, habló a Abraham diciendo:
-Dios está contigo en todo lo que haces. 23 Ahora pues, júrame aquí por Dios que no me engañarás ni a mí, ni a mis hijos, ni a mis nietos; sino que conforme a la bondad que yo he hecho contigo tú harás conmigo y con la tierra en la que vienes residiendo.
24 Abraham respondió:
-Sí, lo juro.
25 Entonces Abraham se quejó a Abimelec acerca de un pozo de agua que los siervos de Abimelec le habían quitado. 26 Abimelec respondió:
-No sé quién haya hecho esto. Tú no me lo hiciste saber, ni yo lo había oído hasta ahora.
27 Entonces Abraham tomó ovejas y vacas, y se las dio a Abimelec; e hicieron ambos una alianza. 28 Luego Abraham apartó del rebaño siete corderas. 29 Y Abimelec preguntó a Abraham:
-¿Qué significan estas siete corderas que has puesto aparte?
30 Y él respondió:
-Toma estas siete corderas de mi mano para que me sirvan de testimonio de que yo cavé este pozo.
31 Por eso él llamó a aquel lugar Beerseba, porque allí juraron ambos. 32 Así hicieron una alianza en Beerseba. Luego se levantaron Abimelec y Ficol, jefe de su ejército, y regresaron a la tierra de los filisteos.
33 Abraham plantó un árbol de tamarisco en Beerseba e invocó allí el nombre de Jehovah, el Dios eterno. 34 Y residió Abraham en la tierra de los filisteos por mucho tiempo.
Dios prueba la fe de Abraham
22 Aconteció después de estas cosas que Dios probó a Abraham, diciéndole:
-Abraham.
El respondió:
-Heme aquí.
2 Y le dijo:
-Toma a tu hijo, a tu único, a Isaac a quien amas. Vé a la tierra de Moriah y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.
3 Abraham se levantó muy de mañana. Enalbardó su asno, tomó consigo a dos de sus siervos jóvenes y a Isaac su hijo. Partió leña para el holocausto, y levantándose, fue al lugar que Dios le dijo. 4 Al tercer día Abraham alzó sus ojos y divisó el lugar de lejos. 5 Entonces Abraham dijo a sus siervos:
-Esperad aquí con el asno. Yo y el muchacho iremos hasta allá, adoraremos y volveremos a vosotros.
6 Abraham tomó la leña del holocausto y la puso sobre Isaac su hijo. El tomó en la mano el fuego y el cuchillo, y se fueron los dos juntos.
7 Entonces Isaac dijo a Abraham su padre:
-Padre mío . . .
Y él respondió:
-Heme aquí, hijo mío.
Le dijo:
-He aquí el fuego y la leña, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?
8 Abraham respondió:
-Dios mismo proveerá el cordero para el holocausto, hijo mío.
E iban los dos juntos. 9 Cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, Abraham edificó allí un altar. Arregló la leña, ató a Isaac su hijo y lo puso sobre el altar encima de la leña. 10 Abraham extendió su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. 11 Entonces el ángel de Jehovah llamó desde el cielo diciendo:
-¡Abraham! ¡Abraham!
El respondió:
-Heme aquí.
12 Y le dijo:
-No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada, porque ahora conozco que temes a Dios, ya que no me has rehusado tu hijo, tu único.
13 Entonces Abraham alzó la vista y miró, y he aquí que detrás de sí estaba un carnero trabado por sus cuernos en un matorral. Abraham fue, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. 14 Abraham llamó el nombre de aquel lugar Jehovah-yireh. Por eso se dice hasta hoy: "En el monte de Jehovah será provisto."
15 El ángel de Jehovah llamó por segunda vez a Abraham desde el cielo, 16 y le dijo:
-He jurado por mí mismo, dice Jehovah, que porque has hecho esto y no me has rehusado tu hijo, tu único, 17 de cierto te bendeciré y en gran manera multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está en la orilla del mar. Tu descendencia poseerá las ciudades de sus enemigos. 18 En tu descendencia serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste mi voz.
19 Abraham regresó a sus siervos, y levantándose se fueron juntos a Beerseba. Y Abraham habitó en Beerseba.
Descendientes de Nacor
20 Aconteció después de estas cosas que le informaron a Abraham, diciendo: "He aquí que también Milca le ha dado a luz hijos a Nacor tu hermano: 21 Uz su primogénito, su hermano Buz, Quemuel padre de Aram, 22 Quesed, Hazo, Pildas, Jidlaf y Betuel. 23 (Betuel engendró a Rebeca.)"
Milca dio a luz estos ocho hijos a Nacor, hermano de Abraham. 24 Y su concubina, que se llamaba Reúma, dio a luz también a Tébaj, a Gajam, a Tajas y a Maaca.
Sara es sepultada en Macpela
23 La vida de Sara fue de 127 años; éstos fueron los años de Sara. 2 Sara murió en Quiriat-arba, es decir, Hebrón, en la tierra de Canaán, y Abraham vino a hacer duelo por Sara y a llorarla.
3 Abraham se levantó de delante de su difunta y se fue para hablar con los hijos de Het. Y les dijo:
4 -Yo soy forastero y advenedizo entre vosotros. Permitidme tener entre vosotros una propiedad para sepultura, y que sepulte allí a mi difunta.
5 Los hijos de Het respondieron a Abraham diciéndole:
6 -Escúchanos, señor nuestro: Tú eres un príncipe de Dios entre nosotros. Sepulta a tu difunta en el mejor de nuestros sepulcros. Ninguno de nosotros te negará su sepulcro para que sepultes a tu difunta.
7 Pero Abraham se levantó, e inclinándose ante el pueblo de aquella tierra, los hijos de Het, 8 habló con ellos diciendo:
-Si tenéis a bien que yo sepulte allí a mi difunta, escuchadme e interceded por mí ante Efrón hijo de Zojar, 9 para que me dé la cueva de Macpela que está en el extremo de su campo. Que por su justo precio me la dé como propiedad para sepultura en medio de vosotros.
10 Efrón estaba sentado entre los hijos de Het. Y Efrón el heteo respondió a Abraham en presencia de los hijos de Het y de todos cuantos entraban por las puertas de la ciudad, diciendo:
11 -No, señor mío. Escúchame: Yo te doy el campo y te doy la cueva que hay en él. En presencia de los hijos de mi pueblo te lo doy; sepulta a tu difunta.
12 Pero Abraham se inclinó ante el pueblo de la tierra. 13 Y respondió a Efrón en presencia del pueblo de la tierra, diciendo:
-Más bien, te ruego que me escuches: Yo te daré dinero por el campo. Tómamelo, y yo sepultaré allí a mi difunta.
14 Efrón respondió a Abraham diciéndole:
15 -Señor mío, escúchame: La tierra vale 400 siclos de plata. ¿Qué es esto entre tú y yo? Sepulta, pues, a tu difunta.
16 Entonces Abraham escuchó a Efrón, y en presencia de los hijos de Het, pesó para Efrón la plata que éste le dijo: 400 siclos de plata de buena ley entre mercaderes. 17 Así el campo de Efrón que estaba en Macpela, frente a Mamre, tanto el campo como la cueva que había en él, junto con todos los árboles que había en el campo y en sus contornos, pasó 18 a ser propiedad de Abraham, en presencia de los hijos de Het, de todos los que entraban por las puertas de su ciudad. 19 Después de esto, Abraham sepultó a Sara su mujer en la cueva del campo en Macpela, frente a Mamre, es decir, Hebrón, en la tierra de Canaán. 20 Así Abraham adquirió de los hijos de Het el campo y la cueva que había en él, como una propiedad para sepultura.
Rebeca llega a ser esposa de Isaac
24 Abraham era ya anciano y muy avanzado en años, y Jehovah había bendecido a Abraham en todo. 2 Entonces Abraham dijo a un siervo suyo, el más viejo de su casa y que administraba todo lo que tenía:
-Por favor, pon tu mano debajo de mi muslo, 3 y te haré jurar por Jehovah, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás para mi hijo una mujer de las hijas de los cananeos entre los cuales habito. 4 Más bien, irás a mi tierra, a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo Isaac.
5 Su siervo le respondió:
-Quizás la mujer no quiera venir conmigo a esta tierra. ¿He de hacer volver a tu hijo a la tierra de donde saliste?
6 Abraham le dijo:
-Guárdate, no sea que hagas volver a mi hijo allá. 7 Jehovah, Dios de los cielos, que me tomó de la casa de mi padre y de la tierra de mi nacimiento, y que me habló y me juró diciendo: "A tu descendencia daré esta tierra", él enviará su ángel delante de ti, y tú tomarás de allí una mujer para mi hijo. 8 Pero si la mujer no quiere venir contigo, tú quedarás libre de este juramento mío. Solamente que no hagas volver allá a mi hijo.
9 Entonces el siervo puso su mano debajo del muslo de Abraham su señor, y le juró sobre este asunto. 10 Y el siervo tomó diez de los camellos de su señor, y se fue llevando consigo toda clase de cosas preciadas de su señor. Partió y se fue a Siria mesopotámica, a la ciudad de Nacor, 11 e hizo arrodillar los camellos fuera de la ciudad, junto a un pozo de agua. Era la hora del atardecer, cuando las jóvenes salían para sacar agua. 12 Y dijo:
-Oh Jehovah, Dios de mi señor Abraham, por favor, haz que hoy ocurra algo en mi presencia. Muestra bondad para mi señor Abraham. 13 He aquí que yo estoy junto al manantial de agua, y las hijas de los hombres de la ciudad vendrán para sacar agua. 14 Sea, pues, que la joven a quien yo diga: "Por favor, baja tu cántaro para que yo beba", y ella responda: "Bebe tú, y también daré de beber a tus camellos"; sea ella la que tú has destinado para tu siervo, para Isaac. En esto conoceré que has tenido misericordia de mi señor.
15 Y aconteció que cuando él aún no había acabado de hablar, he aquí que con su cántaro sobre el hombro, venía Rebeca, que le había nacido a Betuel, hijo de Milca, mujer de Nacor, hermano de Abraham. 16 La joven era muy hermosa; era virgen, a quien ningún hombre había conocido. Ella descendió al manantial, llenó su cántaro y subía. 17 Entonces el siervo corrió hacia ella y le dijo:
-Por favor, dame de beber un poco de agua de tu cántaro.
18 Y ella respondió:
-Bebe, señor mío.
Se apresuró a bajar su cántaro a su mano y le dio de beber. 19 Cuando acabó de darle de beber, agregó:
-También sacaré agua para tus camellos, hasta que acaben de beber.
20 Se dio prisa, vació su cántaro en el abrevadero y corrió otra vez al pozo para sacar agua. Y sacó para todos sus camellos. 21 El hombre la observaba en silencio para saber si Jehovah había dado éxito a su viaje o no. 22 Cuando los camellos acabaron de beber, el hombre le obsequió un pendiente de oro que pesaba medio siclo y dos brazaletes de oro para sus brazos, que pesaban diez siclos. 23 Y le preguntó:
-¿De quién eres hija? Dime, por favor, ¿habrá lugar en la casa de tu padre donde podamos alojarnos?
24 Ella respondió:
-Yo soy hija de Betuel, hijo de Milca, el cual ella dio a luz a Nacor. 25 -Y añadió-: También en nuestra casa hay paja y mucho forraje, y lugar para alojarse.
26 Entonces el hombre se inclinó y adoró a Jehovah 27 diciendo:
-¡Bendito sea Jehovah, Dios de mi señor Abraham, que no apartó de mi señor su misericordia y su verdad! En el camino Jehovah me guió hacia la casa de los hermanos de mi señor.
28 La joven corrió y contó estas cosas en la casa de su madre. 29 Rebeca tenía un hermano que se llamaba Labán, el cual corrió afuera hacia el hombre, hacia el manantial. 30 Sucedió que cuando vio el pendiente y los brazaletes en las manos de su hermana, y oyó las palabras de su hermana Rebeca, que decía: "Así me habló aquel hombre", vino a él, y he aquí que él estaba junto a los camellos, al lado del manantial. 31 Y le dijo:
-Ven, bendito de Jehovah. ¿Por qué estás ahí fuera? Yo he preparado la casa y el lugar para los camellos.
32 Entonces el hombre fue a la casa. Labán descargó los camellos y les dio paja y forraje. Luego trajo agua para lavar los pies de él y los pies de los hombres que venían con él. 33 También puso comida delante de él, pero él dijo:
-No comeré hasta que haya dicho lo que tengo que decir.
Labán le dijo:
-Habla.
34 Entonces dijo:
-Yo soy siervo de Abraham. 35 Jehovah ha bendecido mucho a mi señor, y él se ha enriquecido. Le ha dado ovejas, vacas, plata, oro, siervos, siervas, camellos y asnos. 36 Y Sara, mujer de mi señor, dio a luz en su vejez un hijo a mi señor, quien le ha dado a él todo lo que tiene. 37 Y mi señor me hizo jurar diciendo: "No tomarás mujer para mi hijo de entre las hijas de los cananeos en cuya tierra habito. 38 Más bien, irás a la casa de mi padre, a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo." 39 Yo dije a mi señor: "Quizás la mujer no quiera venir conmigo." 40 Entonces me respondió: "Jehovah, en cuya presencia he caminado, enviará su ángel contigo, y él dará éxito a tu viaje. Tú tomarás una mujer para mi hijo, de mi familia, de la casa de mi padre. 41 Entonces, cuando hayas llegado a mi familia, quedarás libre de mi juramento; y aunque no te la den, también quedarás libre de mi juramento."
42 »Llegué, pues, hoy al manantial y dije: "Jehovah, Dios de mi señor Abraham, por favor, si has de dar éxito a mi viaje en el cual ando, 43 he aquí que yo estoy junto al manantial de agua. Que la joven que venga para sacar agua y a quien yo diga: ’Por favor, dame de beber un poco de agua de tu cántaro’, 44 y ella me responda: ’Bebe tú, y también sacaré agua para tus camellos’, que sea ella la mujer que Jehovah ha destinado para el hijo de mi señor." 45 Y antes que acabase de hablar en mi corazón, he aquí que Rebeca venía con su cántaro sobre su hombro. Luego descendió al manantial y sacó agua. Entonces le dije: "Por favor, dame de beber." 46 Y ella bajó rápidamente su cántaro de encima de su hombro y dijo: "Bebe tú, y también daré de beber a tus camellos." Yo bebí, y ella también dio de beber a mis camellos. 47 Entonces le pregunté: "¿De quién eres hija?" Y ella respondió: "Soy hija de Betuel hijo de Nacor, que le dio a luz Milca." Yo puse el pendiente en su nariz y los brazaletes en sus brazos. 48 Y me incliné y adoré a Jehovah. Bendije a Jehovah, Dios de mi señor Abraham, que me guió por el camino acertado para tomar la hija del hermano de mi señor, para su hijo. 49 Ahora pues, si vosotros vais a mostrar misericordia y verdad para con mi señor, declarádmelo. Si no, declarádmelo también, y yo me iré a la derecha o a la izquierda.
50 Entonces Labán y Betuel respondieron diciendo:
-¡De Jehovah procede esto! No podemos decirte si es malo o si es bueno. 51 He aquí que Rebeca está delante de ti; tómala y vete. Sea ella la mujer del hijo de tu señor, como ha dicho Jehovah.
52 Y aconteció que cuando el siervo de Abraham oyó sus palabras, se postró a tierra delante de Jehovah. 53 Luego sacó objetos de plata, objetos de oro y vestidos, y se los dio a Rebeca. También dio obsequios preciosos a su hermano y a su madre. 54 Después comieron y bebieron él y los hombres que habían venido con él, y pasaron la noche. Y levantándose de mañana, dijo:
-Permitidme regresar a mi señor.
55 Entonces respondieron su hermano y su madre:
-Que la joven espere siquiera unos diez días más con nosotros, y después irá.
56 Pero él les dijo:
-No me hagáis demorar; ya que Jehovah ha dado éxito a mi viaje, dejadme ir para que vaya a mi señor.
57 Ellos le respondieron:
-Llamemos a la joven y preguntémosle lo que piensa.
58 Llamaron a Rebeca y le preguntaron:
-¿Irás tú con este hombre?
Ella les respondió:
-Sí, iré.
59 Entonces dejaron ir a Rebeca su hermana, a su nodriza, al siervo de Abraham y a sus hombres. 60 Y bendijeron a Rebeca diciéndole:
-Tú eres nuestra hermana. Que seas madre de millares de decenas de millares. Que tus descendientes posean las ciudades de sus enemigos.
61 Entonces se levantaron Rebeca y sus criadas, subieron a los camellos y siguieron al hombre. El siervo tomó a Rebeca y se fue.
62 Aconteció que Isaac venía del pozo Beer-lajai-roí, porque habitaba en el Néguev. 63 Hacia el atardecer Isaac había salido al campo para meditar, y alzando sus ojos miró, y he aquí unos camellos que venían. 64 También Rebeca alzó sus ojos, vio a Isaac y descendió del camello. 65 Porque había preguntado al siervo: "¿Quién es ese hombre que viene por el campo hacia nosotros?", y el siervo había respondido: "El es mi señor." Entonces ella tomó el velo y se cubrió.
66 El siervo contó a Isaac todo lo que había hecho. 67 Luego Isaac la introdujo en la tienda de Sara, su madre, y tomó a Rebeca, que vino a ser su mujer; y él la amó. Así se consoló Isaac después de la muerte de su madre.
Otros descendientes de Abraham
25 Abraham tomó otra mujer cuyo nombre era Quetura. 2 Ella le dio a luz a Zimrán, a Jocsán, a Medán, a Madián, a Isbac y a Súaj. 3 Jocsán engendró a Seba y a Dedán. Los hijos de Dedán fueron los asureos, los letusitas y los leumitas. 4 Los hijos de Madián fueron: Efa, Efer, Hanoc, Abida y Eldaa. Todos éstos fueron hijos de Quetura.
5 Abraham dio a Isaac todo lo que tenía, 6 pero a los hijos de sus concubinas les dio obsequios. Y mientras él vivía, los apartó de su hijo Isaac, enviándolos al este, a la tierra del oriente.
Abraham es sepultado en Macpela
7 Los años de la vida de Abraham fueron 175. 8 Y falleció Abraham en buena vejez, anciano y lleno de años, y fue reunido a su pueblo. 9 Sus hijos Isaac e Ismael lo sepultaron en la cueva de Macpela, en el campo que perteneciera a Efrón hijo de Zojar el heteo, que está frente a Mamre, 10 campo que Abraham había comprado a los hijos de Het. Allí fue sepultado Abraham con Sara su mujer.
11 Sucedió después de la muerte de Abraham, que Dios bendijo a su hijo Isaac. Y habitaba Isaac junto al pozo de Beer-lajai-roí.
Descendientes de Ismael
12 Estos son los descendientes de Ismael hijo de Abraham, que le dio a luz Agar la egipcia, sierva de Sara. 13 Estos son los nombres de los hijos de Ismael, por sus nombres, según sus descendientes: El primogénito de Ismael fue Nebayot. Después nacieron Quedar, Adbeel, Mibsam, 14 Misma, Duma, Masá, 15 Hadad, Tema, Jetur, Nafis y Quedema. 16 Estos fueron los hijos de Ismael y sus nombres según sus aldeas y campamentos: doce jefes según sus naciones.
17 Los años de la vida de Ismael fueron 137, y falleció y fue reunido a su pueblo. 18 Y sus descendientes habitaron desde Havila hasta Shur, que está frente a Egipto, en dirección de Asur.
Se estableció, pues, frente a todos sus hermanos.
Nacimiento de Esaú y de Jacob
19 Esta es la historia de Isaac hijo de Abraham. Abraham engendró a Isaac. 20 Isaac tenía 40 años cuando tomó por mujer a Rebeca hija de Betuel el arameo, de Padan-aram, y hermana de Labán el arameo.
21 Isaac rogó a Jehovah por su mujer, que era estéril. Jehovah accedió a su ruego, y Rebeca su mujer concibió.
22 Como los hijos se empujaban dentro de ella, dijo:
-Si es así, ¿para qué he de vivir?
Ella fue a consultar a Jehovah, 23 y Jehovah le dijo:
-Dos naciones hay en tu vientre, y dos pueblos que estarán separados desde tus entrañas. Un pueblo será más fuerte que el otro, y el mayor servirá al menor.
24 Cuando se cumplió el tiempo de dar a luz, he aquí que había mellizos en su vientre. 25 Y salió el primero, rojizo y todo velludo como una túnica de pieles, y llamaron su nombre Esaú. 26 Después salió su hermano, con su mano asida al talón de Esaú, y llamaron su nombre Jacob. Isaac tenía 60 años de edad cuando ella los dio a luz.
Jacob compra la primogenitura de Esaú
27 Los niños crecieron, y Esaú llegó a ser experto en la caza, hombre del campo. Jacob, por su lado, era hombre tranquilo y solía permanecer en las tiendas. 28 Isaac prefería a Esaú, porque comía de su caza; pero Rebeca prefería a Jacob.
29 Cierto día Jacob preparó un guisado. Y cuando Esaú volvía del campo, cansado, 30 dijo a Jacob:
-Por favor, invítame a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado.
Por eso fue llamado su nombre Edom. 31 Y Jacob respondió:
-Véndeme primero tu primogenitura.
32 Entonces Esaú dijo:
-He aquí que yo me voy a morir; ¿de qué, pues, me servirá la primogenitura?
33 Dijo Jacob:
-¡Júramelo ahora!
El se lo juró y vendió a Jacob su primogenitura. 34 Entonces Jacob dio a Esaú pan y guisado de lentejas. El comió y bebió, y levantándose, se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.
Jehovah confirma su pacto a Isaac
26 Hubo hambre en el país, además de la primera que hubo en los días de Abraham. E Isaac se dirigió a Abimelec, rey de los filisteos, en Gerar. 2 Y se le apareció Jehovah y le dijo:
-No desciendas a Egipto. Habita en la tierra que yo te diré. 3 Reside en esta tierra. Yo estaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tus descendientes os daré todas estas tierras. Así cumpliré el juramento que hice a tu padre Abraham. 4 Yo multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras. Y en tu descendencia serán benditas todas las naciones de la tierra, 5 porque Abraham obedeció mi voz y guardó mi ordenanza, mis mandamientos, mis estatutos y mis instrucciones.
Problemas de Isaac con Abimelec
6 Habitó, pues, Isaac en Gerar. 7 Y los hombres de aquel lugar le preguntaron acerca de su mujer. El respondió:
-Es mi hermana.
Tuvo miedo de decir: "Es mi mujer", pues pensó: "No sea que los hombres del lugar me maten a causa de Rebeca." Porque ella era hermosa.
8 Sucedió después de estar allí muchos días, que Abimelec, rey de los filisteos, miró por una ventana y vio a Isaac que acariciaba a Rebeca su mujer. 9 Entonces Abimelec llamó a Isaac y le dijo:
-¡He aquí, de veras ella es tu mujer! ¿Por qué, pues, dijiste: "Es mi hermana"?
Isaac le respondió:
-Es que pensé que quizás moriría a causa de ella.
10 Abimelec le dijo:
-¿Por qué nos has hecho esto? Por poco pudiera haber dormido alguno del pueblo con tu mujer, y hubieras traído sobre nosotros culpabilidad.
11 Entonces Abimelec dio órdenes a todo el pueblo diciendo:
-El que toque a este hombre o a su mujer, morirá irremisiblemente.
Isaac prospera en Gerar
12 Isaac sembró en aquella tierra, y aquel año obtuvo ciento por uno. Jehovah lo bendijo, 13 y el hombre se enriqueció y continuó enriqueciéndose hasta llegar a ser muy rico. 14 Tenía rebaños de ovejas, hatos de vacas y abundancia de siervos, de modo que los filisteos le tenían envidia. 15 Los filisteos cegaron y llenaron de tierra todos los pozos que habían abierto los siervos de su padre Abraham, en sus días. 16 Entonces Abimelec dijo a Isaac:
-Aléjate de nosotros, porque te has hecho más poderoso que nosotros.
17 Isaac se fue de allí, asentó sus tiendas junto al arroyo de Gerar y habitó allí. 18 Isaac volvió a abrir los pozos de agua que habían abierto en los días de Abraham su padre y que los filisteos habían cegado después de la muerte de Abraham. Y él los llamó con los mismos nombres con que su padre los había llamado. 19 Después los siervos de Isaac cavaron en el valle y descubrieron un pozo de aguas vivas. 20 Y los pastores de Gerar contendieron con los pastores de Isaac, diciendo:
-El agua es nuestra.
Por eso llamó al pozo Esec, porque allí riñeron con él. 21 Abrieron otro pozo, y también contendieron por él. Y llamó su nombre Sitna. 22 Se alejó de allí y abrió otro pozo, y no contendieron por él. El llamó su nombre Rejobot diciendo:
-Porque ahora Jehovah nos ha hecho ensanchar, y seremos fecundos en la tierra.
Alianza de Isaac y Abimelec
23 De allí fue a Beerseba. 24 Y aquella noche se le apareció Jehovah y le dijo:
-Yo soy el Dios de tu padre Abraham; no temas, porque yo estoy contigo. Yo te bendeciré y multiplicaré tu descendencia por amor de mi siervo Abraham.
25 El edificó allí un altar, invocó el nombre de Jehovah e instaló allí su tienda. También allí los siervos de Isaac excavaron un pozo.
26 Entonces fue a él Abimelec, desde Gerar, acompañado por Ajuzat, amigo suyo, y Ficol, jefe de su ejército. 27 E Isaac les dijo:
-¿Por qué venís a mí, vosotros que me habéis aborrecido y me habéis echado de en medio de vosotros?
28 Ellos respondieron:
-Claramente hemos visto que Jehovah está contigo y dijimos: "Por favor, haya un juramento solemne entre nosotros, entre tú y nosotros." Hagamos una alianza contigo 29 de que no nos harás daño, como nosotros no te hemos tocado y como sólo te hemos hecho bien y te despedimos en paz. Tú eres ahora bendito de Jehovah.
30 Entonces él les hizo un banquete, y comieron y bebieron. 31 Después se levantaron temprano, e hicieron juramento el uno al otro. Luego Isaac los despidió, y ellos se alejaron de él en paz.
32 Aconteció que aquel mismo día vinieron los siervos de Isaac y le dieron noticias acerca del pozo que habían excavado. Y le dijeron:
-¡Hemos hallado agua!
33 El lo llamó Seba. Por esta razón el nombre de la ciudad es Beerseba hasta el día de hoy.
34 Cuando Esaú tenía 40 años, tomó por mujer a Judit hija de Beeri el heteo, y a Basemat hija de Elón el heteo. 35 Estas fueron amargura de espíritu para Isaac y Rebeca.
Jacob usurpa la bendición de Esaú
27 Aconteció que cuando Isaac había envejecido, sus ojos se debilitaron, y no podía ver. Entonces llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo:
-Hijo mío.
El respondió:
-Heme aquí.
2 Le dijo:
-He aquí, yo ya soy viejo y no sé el día de mi muerte. 3 Toma, pues, ahora tu equipo, tu aljaba y tu arco, y vé al campo a cazar algo para mí. 4 Luego hazme un potaje como a mí me gusta. Tráemelo para que coma, y yo te bendiga antes que muera.
5 Rebeca estaba escuchando cuando Isaac hablaba a su hijo Esaú. Cuando Esaú fue al campo para cazar lo que había de traer, 6 Rebeca habló a su hijo Jacob diciendo:
-He aquí, he oído a tu padre que hablaba con tu hermano Esaú, diciendo: 7 "Caza para mí y hazme un potaje para que coma y te bendiga en presencia de Jehovah, antes de mi muerte." 8 Ahora pues, hijo mío, obedéceme en lo que te mando: 9 Vé al rebaño y tráeme de allí dos buenos cabritos; y yo haré con ellos un potaje para tu padre, como a él le gusta. 10 Tú se lo llevarás a tu padre; y comerá, para que te bendiga antes de su muerte.
11 Jacob dijo a Rebeca su madre:
-He aquí que Esaú mi hermano es hombre velludo, y yo soy lampiño. 12 Quizás me palpe mi padre y me tenga por un farsante, y traiga sobre mí una maldición en vez de una bendición.
13 Su madre le respondió:
-Hijo mío, sobre mí recaiga tu maldición. Tú solamente obedéceme; vé y tráemelos.
14 Entonces él fue, tomó los cabritos y se los trajo a su madre. Y ella hizo un potaje como le gustaba a su padre. 15 Luego Rebeca tomó la ropa más preciada de Esaú, su hijo mayor, que ella tenía en casa, y vistió a Jacob, su hijo menor. 16 Y puso las pieles de los cabritos sobre las manos y sobre el cuello, donde no tenía vello. 17 Luego puso el potaje y el pan, que había preparado, en las manos de Jacob su hijo. 18 Y él fue a su padre y le dijo:
-Padre mío.
El respondió:
-Heme aquí. ¿Quién eres, hijo mío?
19 Jacob respondió a su padre:
-Yo soy Esaú, tu primogénito. He hecho lo que me dijiste. Por favor, levántate, siéntate y come de mi caza, para que tú me bendigas.
20 Entonces Isaac preguntó a su hijo:
-¿Cómo es que pudiste hallarla tan pronto, hijo mío?
El respondió:
-Porque Jehovah tu Dios hizo que se encontrase delante de mí.
21 E Isaac dijo a Jacob:
-Por favor, acércate y te palparé, hijo mío, a ver si tú eres mi hijo Esaú, o no.
22 Jacob se acercó a su padre Isaac, quien le palpó y dijo:
-La voz es la voz de Jacob, pero las manos son las manos de Esaú.
23 No lo pudo reconocer, porque sus manos parecían tan velludas como las manos de su hermano Esaú, y lo bendijo. 24 Le preguntó:
-¿Eres tú realmente mi hijo Esaú?
El respondió:
-Sí, yo soy.
25 Le dijo:
-Acércamela; comeré de la caza de mi hijo, para que yo te bendiga.
Jacob se la acercó, e Isaac comió. Le trajo también vino, y bebió. 26 Entonces le dijo su padre Isaac:
-Acércate, por favor, y bésame, hijo mío.
27 El se acercó y lo besó. Y al percibir Isaac el olor de su ropa, lo bendijo diciendo:
-He aquí, el olor de mi hijo
es como el olor del campo
que Jehovah ha bendecido.
28 Dios te dé del rocío del cielo
y de lo más preciado de la tierra:
trigo y vino en abundancia.
29 Que los pueblos te sirvan,
y las naciones se postren ante ti.
Sé señor de tus hermanos,
y póstrense ante ti los hijos de tu madre.
Sean malditos los que te maldigan,
y benditos los que te bendigan.
30 Y sucedió luego que Isaac había terminado de bendecir a Jacob, y cuando apenas había salido Jacob de la presencia de su padre Isaac, que su hermano Esaú llegó de cazar. 31 El también hizo un potaje, lo llevó a su padre y le dijo:
-Levántate, padre mío, y come de la caza de tu hijo, para que tú me bendigas.
32 Entonces su padre Isaac le preguntó:
-¿Quién eres tú?
El respondió.
-Yo soy Esaú, tu hijo primogénito.
33 Isaac se estremeció fuertemente y dijo:
-¿Quién, pues, es el que vino aquí, que cazó y me trajo de comer, y yo comí de todo antes de que tú vinieses? ¡Yo lo bendije, y será bendito!
34 Cuando Esaú oyó las palabras de su padre, profirió un grito fuerte y muy amargo. Y dijo a su padre:
-¡Bendíceme también a mí, padre mío!
35 El dijo:
-Tu hermano vino con engaño y se llevó tu bendición.
36 El respondió:
-¿No es cierto que llamaron su nombre Jacob? Pues ya me ha suplantado estas dos veces: Se llevó mi primogenitura, y he aquí que ahora también se ha llevado mi bendición. -Y añadió-: ¿No te queda una bendición para mí?
37 Isaac respondió y dijo a Esaú:
-He aquí, yo lo he puesto por señor tuyo, y le he dado como siervos a todos sus hermanos. Le he provisto de trigo y de vino. ¿Qué, pues, haré por ti, hijo mío?
38 Esaú dijo a su padre:
-¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? ¡Bendíceme también a mí, padre mío!
Y Esaú alzó su voz y lloró. 39 Entonces respondió Isaac su padre y le dijo:
-He aquí, será favorecido el lugar que habites
con los más preciados productos de la tierra
y con el rocío del cielo arriba.
40 De tu espada vivirás
y a tu hermano servirás.
Pero sucederá que cuando adquieras dominio,
romperás su yugo de sobre tu cuello.
Esaú planea matar a Jacob
41 Esaú aborreció a Jacob por la bendición con que le había bendecido su padre, y dijo en su corazón: "Se acercan los días de duelo por mi padre; entonces yo mataré a mi hermano Jacob."
42 Fueron dichas a Rebeca las palabras de Esaú, su hijo mayor. Ella envió a llamar a Jacob, su hijo menor, y le dijo:
-He aquí que Esaú tu hermano planea vengarse de ti, matándote. 43 Ahora pues, hijo mío, obedéceme: Levántate y huye a mi hermano Labán, en Harán. 44 Pasa con él algún tiempo, hasta que el enojo de tu hermano se aplaque, 45 hasta que se aplaque la ira de tu hermano contra ti y se olvide de lo que le has hecho. Entonces yo mandaré a traerte de allá. ¿Por qué habré de ser privada de vosotros dos en un solo día?
Jacob huye a Padan-aram
46 Rebeca dijo a Isaac:
-Estoy hastiada de vivir por causa de las mujeres heteas: Si Jacob toma esposa de entre las mujeres heteas, de las mujeres de esta tierra, como éstas, ¿para qué quiero la vida?
28 Entonces Isaac llamó a Jacob, lo bendijo y le mandó diciendo:
-No tomes esposa de entre las mujeres de Canaán. 2 Levántate, vé a Padan-aram, a la casa de Betuel, padre de tu madre, y toma allí mujer de las hijas de Labán, hermano de tu madre. 3 Que el Dios Todopoderoso te bendiga, te haga fecundo y te multiplique hasta que llegues a ser multitud de pueblos. 4 Que él te dé la bendición de Abraham, lo mismo que a tu descendencia, para que poseas la tierra en que habitas, la cual Dios ha dado a Abraham.
5 Así envió Isaac a Jacob, quien fue a Padan-aram, a Labán hijo de Betuel el arameo, hermano de Rebeca, madre de Jacob y de Esaú.
6 Esaú vio que Isaac había bendecido a Jacob y que le había enviado a Padan-aram para tomar allí mujer para sí. Vio también que cuando lo bendijo, le mandó diciendo: "No tomes esposa de entre las mujeres de Canaán", 7 Jacob había obedecido a su padre y a su madre, y se había ido a Padan-aram. 8 Asimismo, vio Esaú que las mujeres de Canaán le parecían mal a Isaac su padre. 9 Entonces él también se fue a Ismael y tomó para sí por mujer a Majalat hija de Ismael, hijo de Abraham, hermana de Nebayot, además de las otras mujeres que tenía.
Jehovah confirma su pacto a Jacob
10 Jacob partió de Beerseba y se fue hacia Harán. 11 Y llegó a cierto lugar y pasó allí la noche, porque el sol ya se había puesto. Tomó una de las piedras de aquel lugar, la puso como cabecera y se acostó en aquel lugar. 12 Entonces soñó, y he aquí una escalera puesta en la tierra, cuya parte superior alcanzaba el cielo. He aquí que los ángeles de Dios subían y descendían por ella. 13 Y he aquí que Jehovah estaba en lo alto de ella y dijo:
-Yo soy Jehovah, el Dios de tu padre Abraham y el Dios de Isaac. La tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. 14 Tus descendientes serán como el polvo de la tierra. Te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur, y en ti y en tu descendencia serán benditas todas las familias de la tierra. 15 He aquí que yo estoy contigo; yo te guardaré por dondequiera que vayas y te haré volver a esta tierra. No te abandonaré hasta que haya hecho lo que te he dicho.
16 Jacob despertó de su sueño y dijo:
-¡Ciertamente Jehovah está presente en este lugar, y yo no lo sabía!
17 El tuvo miedo y dijo:
-¡Cuán temible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios y puerta del cielo.
18 Jacob se levantó muy de mañana, tomó la piedra que había puesto como cabecera, la puso como memorial y derramó aceite sobre ella. 19 Y llamó el nombre de aquel lugar Betel, aunque el nombre antiguo de la ciudad era Luz.
20 Jacob también hizo un voto diciendo:
-Si Dios está conmigo y me guarda en este viaje que realizo, si me da pan para comer y vestido para vestir, 21 y yo vuelvo en paz a la casa de mi padre, Jehovah será mi Dios. 22 Esta piedra que he puesto como memorial será una casa de Dios, y de todo lo que me des, sin falta apartaré el diezmo para ti.
Encuentro de Jacob con Raquel
29 Jacob emprendió su camino y llegó a la tierra de los orientales. 2 Entonces vio un pozo en el campo, y he aquí que tres rebaños de ovejas estaban recostados cerca del mismo, porque de aquel pozo daban de beber a los rebaños. Había una gran piedra sobre la boca del pozo. 3 Y cuando eran reunidos allí todos los rebaños, los pastores removían la piedra que estaba sobre la boca del pozo y daban de beber a los rebaños. Luego volvían a colocar la piedra en su lugar sobre la boca del pozo. 4 Entonces Jacob dijo a los pastores:
-Hermanos míos, ¿de dónde sois vosotros?
Ellos le respondieron:
-Somos de Harán.
5 El les preguntó:
-¿Conocéis a Labán hijo de Nacor?
Ellos le respondieron:
-Sí, lo conocemos.
6 El les dijo:
-¿Está bien?
Ellos le respondieron:
-Está bien. Y he aquí que su hija Raquel viene con el rebaño.
7 El dijo:
-He aquí que todavía es temprano; todavía no es tiempo de reunir todo el rebaño. Dad de beber a las ovejas e id a apacentarlas.
8 Ellos le respondieron:
-No podemos, hasta que se reúnan todos los rebaños y sea removida la piedra de encima de la boca del pozo, para que demos de beber a las ovejas.
9 Estando él aún hablando con ellos, llegó Raquel con el rebaño de su padre, porque ella era la pastora. 10 Y sucedió que al ver Jacob a Raquel hija de Labán, hermano de su madre, y al rebaño de Labán, hermano de su madre, se acercó Jacob y removió la piedra que estaba sobre la boca del pozo y dio de beber al rebaño de Labán, hermano de su madre.
11 Jacob besó a Raquel, y alzando su voz lloró. 12 Jacob dijo a Raquel que él era pariente de su padre y que era hijo de Rebeca. Y ella corrió y dio las noticias a su padre. 13 En cuanto Labán oyó las noticias sobre Jacob, hijo de su hermana, corrió a recibirlo, lo abrazó, lo besó y lo llevó a su casa. El contó a Labán todas estas cosas, 14 y Labán le dijo:
-¡Ciertamente eres hueso mío y carne mía!
Y permaneció con él durante un mes entero.
Jacob se casa con Lea y con Raquel
15 Entonces dijo Labán a Jacob:
-¿Por ser mi sobrino, me has de servir de balde? Declárame cuál será tu salario.
16 Labán tenía dos hijas: El nombre de la mayor era Lea, y el nombre de la menor, Raquel. 17 Los ojos de Lea eran tiernos, pero Raquel tenía una bella figura y un hermoso semblante. 18 Y Jacob, que se había enamorado de Raquel, dijo:
-Yo trabajaré para ti siete años por Raquel, tu hija menor.
19 Labán respondió:
-Mejor es que te la dé a ti que dársela a otro hombre. Quédate conmigo.
20 Así trabajó Jacob por Raquel siete años, los cuales le parecieron como unos pocos días, porque la amaba. 21 Entonces Jacob dijo a Labán:
-Entrégame mi mujer para que conviva con ella, porque mi plazo se ha cumplido.
22 Entonces Labán reunió a todos los hombres de aquel lugar e hizo un banquete. 23 Y sucedió que en la noche tomó a su hija Lea y se la trajo, y él se unió a ella. 24 (Labán dio su sierva Zilpa a su hija Lea, como sierva.) 25 Y al llegar la mañana, ¡he aquí que era Lea! Entonces él dijo a Labán:
-¿Por qué me has hecho esto? ¿No he trabajado para ti por Raquel? ¿Por qué, pues, me has engañado?
26 Y Labán respondió:
-No se acostumbra en nuestro lugar dar la menor antes que la mayor. 27 Cumple la semana de ésta, y después se te dará también la otra por el trabajo que harás para mí durante otros siete años.
28 Jacob lo hizo así; y después de cumplir esa semana, Labán le dio también a su hija Raquel por mujer. 29 (Labán dio su sierva Bilha a su hija Raquel, como sierva.) 30 Jacob se unió también a Raquel, y la amó más que a Lea. Y trabajó para Labán otros siete años.
Nacimiento de los hijos de Jacob
31 Viendo Jehovah que Lea era menospreciada, le concedió hijos. Pero Raquel era estéril.
32 Lea concibió y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Rubén, pues dijo: "Porque Jehovah ha visto mi aflicción, ciertamente ahora me amará mi marido."
33 Concibió otra vez y dio a luz un hijo, y dijo: "Porque Jehovah ha oído que yo era menospreciada, me ha dado también éste." Y llamó su nombre Simeón.
34 Concibió otra vez y dio a luz un hijo, y dijo: "Ahora esta vez mi marido se sentirá ligado a mí, porque le he dado tres hijos." Por eso llamó su nombre Leví.
35 Concibió otra vez y dio a luz un hijo, y dijo: "Esta vez alabaré a Jehovah." Por eso llamó su nombre Judá. Y dejó de dar a luz.
30 Viendo Raquel que ella no daba hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana y decía a Jacob:
-¡Dame hijos; o si no, me muero!
2 Entonces se encendió la ira de Jacob contra Raquel, y le dijo:
-¿Estoy yo en lugar de Dios, que te privó del fruto de tu vientre?
3 Ella le dijo:
-He aquí mi sierva Bilha. Unete a ella, y que dé a luz sobre mis rodillas, para que así yo también tenga hijos por medio de ella.
4 Le dio a Bilha su sierva por mujer, y Jacob se unió a ella. 5 Y Bilha concibió y le dio a luz un hijo a Jacob. 6 Entonces Raquel dijo: "Dios me ha hecho justicia; también ha escuchado mi voz y me ha dado un hijo." Por eso llamó su nombre Dan.
7 Concibió otra vez Bilha, sierva de Raquel, y dio a luz un segundo hijo a Jacob. 8 Raquel dijo: "¡Grandes conflictos he tenido con mi hermana, y de veras he vencido!" Y llamó su nombre Neftalí.
9 Viendo Lea que había dejado de dar a luz, tomó a Zilpa su sierva y se la dio a Jacob por mujer. 10 Zilpa, sierva de Lea, le dio a luz un hijo a Jacob. 11 Y Lea dijo: "¡Qué afortunada!" Y llamó su nombre Gad.
12 Zilpa, sierva de Lea, dio a luz un segundo hijo a Jacob. 13 Y dijo Lea: "¡Qué felicidad la mía! Ahora las mujeres me llamarán feliz." Y llamó su nombre Aser.
14 Rubén fue al campo en el tiempo de la siega del trigo, halló mandrágoras y se las llevó a Lea su madre. Y Raquel dijo a Lea:
-Por favor, dame algunas de las mandrágoras de tu hijo.
15 Ella respondió:
-¿Te parece poco que hayas tomado a mi marido para que te quieras tomar también las mandrágoras de mi hijo?
Y Raquel dijo:
-Entonces que duerma contigo esta noche a cambio de las mandrágoras de tu hijo.
16 Cuando Jacob volvía del campo al atardecer, Lea salió a su encuentro y le dijo:
-¡Haz de unirte a mí, porque ciertamente yo te he alquilado a cambio de las mandrágoras de mi hijo!
El durmió con ella aquella noche. 17 Y Dios escuchó a Lea, y ella concibió y dio a luz un quinto hijo a Jacob. 18 Y Lea dijo: "Dios me ha dado mi recompensa, porque di mi sierva a mi marido." Y llamó su nombre Isacar.
19 Lea concibió otra vez y dio a luz un sexto hijo a Jacob. 20 Y dijo Lea: "Dios me ha dado un buen regalo. Ahora me honrará mi marido, porque le he dado seis hijos." Y llamó su nombre Zabulón. 21 Después dio a luz una hija y llamó su nombre Dina.
22 Entonces se acordó Dios de Raquel. La escuchó y le dio hijos. 23 Ella concibió y dio a luz un hijo, y dijo: "Dios ha quitado mi afrenta." 24 Y llamó su nombre José, diciendo: "¡Jehovah me añada otro hijo!"
Jacob prospera a expensas de Labán
25 Y aconteció que cuando Raquel dio a luz a José, Jacob dijo a Labán:
-Déjame ir a mi lugar, a mi tierra. 26 Dame mis mujeres y mis hijos por quienes he trabajado para ti, y déjame ir. Tú conoces el trabajo que yo he realizado para ti.
27 Labán le respondió:
-Por favor, si he hallado gracia ante tus ojos . . . He visto que Jehovah me ha bendecido por tu causa. 28 - Y añadió-: Señálame tu salario, y yo te lo pagaré.
29 El respondió:
-Tú sabes cómo he trabajado para ti y cómo ha estado tu ganado conmigo. 30 Pues poco tenías antes de que yo viniera, y ha crecido abundantemente. Jehovah te ha bendecido con mi llegada. Ahora, ¿cuándo he de trabajar yo también por mi propia casa?
31 El le preguntó:
-¿Qué te daré?
Jacob respondió:
-No me des nada. Pero si haces para mí lo siguiente, volveré a apacentar y a cuidar tus ovejas: 32 Yo pasaré hoy en medio de todo tu rebaño, poniendo aparte toda oveja pintada o salpicada de diversos colores y todo cordero de color oscuro; y de entre las cabras las salpicadas de diversos colores y las pintadas. Eso será mi salario. 33 Así será constatada mi honradez en el futuro, cuando tomes en cuenta mi salario: Toda cabra que no sea pintada o salpicada y toda oveja que no sea de color oscuro, que esté conmigo, será considerada como robada.
34 Labán dijo:
-¡Bien! Que sea como tú dices.
35 Aquel día Labán apartó los machos cabríos listados o pintados, todas las cabras pintadas o salpicadas de diversos colores, todo lo que tenía en sí algo de blanco y todos los corderos de color oscuro; y los entregó en manos de sus hijos. 36 Estableció una distancia de unos tres días de camino entre sí y Jacob, pero Jacob debía apacentar las otras ovejas de Labán.
37 Entonces Jacob tomó varas verdes de álamo, de avellano y de castaño, y descortezó en ellas mondaduras blancas, descubriendo la parte blanca de las varas. 38 Después puso las varas que había descortezado frente a las ovejas, en las pilas de los abrevaderos de agua donde iban a beber las ovejas, porque éstas se apareaban allí cuando iban a beber. 39 Las ovejas se apareaban delante de las varas, y después parían corderos listados, pintados y salpicados de diversos colores. 40 Entonces Jacob apartaba los corderos y dirigía la vista del rebaño hacia lo listado y a todos los que en el rebaño de Labán eran de color oscuro. Así hizo para sí un rebaño propio, y no los ponía con el rebaño de Labán. 41 Y sucedía que cada vez que se apareaban los animales robustos, Jacob ponía las varas delante de ellos, en las pilas, para que se aparearan mirando las varas. 42 Pero cuando venían los animales débiles, no ponía las varas. De este modo, los débiles eran para Labán, y los robustos para Jacob. 43 Así prosperó muchísimo el hombre; y tuvo muchas ovejas, siervas, siervos, camellos y asnos.
Jacob parte secretamente para Canaán
31 Jacob escuchó las palabras de los hijos de Labán, que decían: "Jacob ha tomado todo lo que era de nuestro padre; de lo que era de nuestro padre ha adquirido toda esta riqueza." 2 Observaba también Jacob la mirada de Labán, y he aquí que ya no era para con él como antes. 3 Entonces Jehovah dijo a Jacob:
-Vuelve a la tierra de tus padres, a tu parentela, y yo estaré contigo.
4 Jacob mandó llamar a Raquel y a Lea al campo donde estaban sus ovejas, 5 y les dijo:
-Veo que la mirada de vuestro padre ya no es para conmigo como era antes. Pero el Dios de mi padre ha estado conmigo. 6 Vosotras sabéis que he trabajado para vuestro padre con todas mis fuerzas, 7 y que vuestro padre me ha engañado y que ha cambiado mi salario diez veces. Pero Dios no le ha permitido que me hiciera daño. 8 Si él decía: "Los pintados serán tu salario", entonces todas las ovejas parían pintados. Y si decía: "Los listados serán tu salario", entonces todas las ovejas parían listados. 9 Así Dios quitó el ganado de vuestro padre y me lo dio a mí. 10 Y sucedió que en el tiempo en que se apareaban las ovejas, alcé mis ojos y vi en sueños que los machos que cubrían a las hembras eran listados, pintados y jaspeados. 11 Entonces el ángel de Jehovah me dijo en sueños: "Jacob." Yo dije: "Heme aquí." 12 Y él dijo: "Por favor, alza tus ojos y mira cómo todos los machos que cubren a las ovejas son listados, pintados y jaspeados; porque yo he visto todo lo que Labán te ha hecho. 13 Yo soy el Dios de Betel, donde tú ungiste la piedra y me hiciste un voto. Levántate, sal de esta tierra y vuelve a la tierra de tu nacimiento."
14 Raquel y Lea le respondieron diciendo:
-¿Acaso tenemos todavía parte o heredad en la casa de nuestro padre? 15 ¿No nos considera él ya como extrañas, puesto que nos vendió y se ha comido del todo nuestro precio? 16 Toda la riqueza que Dios ha quitado a nuestro padre es nuestra y de nuestros hijos. Ahora pues, haz todo lo que Dios te ha dicho.
17 Entonces Jacob se levantó e hizo subir a sus mujeres y a sus hijos sobre los camellos. 18 Luego condujo todo su ganado y todas las posesiones que había adquirido, el ganado de su propiedad que había adquirido en Padan-aram, para ir a su padre Isaac en la tierra de Canaán. 19 Labán se había ido a esquilar sus ovejas, y Raquel hurtó los ídolos de su padre. 20 Además Jacob engañó a Labán el arameo al no decirle que se iba.
Labán persigue y alcanza a Jacob
21 Huyó, pues, Jacob con todo lo que tenía. Y levantándose cruzó el Río y se dirigió a la región montañosa de Galaad. 22 Al tercer día le informaron a Labán que Jacob había huido. 23 Entonces tomó consigo a sus parientes y fue tras él en el camino, por siete días, y lo alcanzó en la región montañosa de Galaad. 24 Pero aquella noche Dios vino en sueños a Labán el arameo, y le dijo: "Ten cuidado, no sea que hables a Jacob bruscamente."
25 Alcanzó, pues, Labán a Jacob, quien había instalado su tienda en el monte. Y Labán también instaló sus tiendas en el monte Galaad.
Jacob y Labán se reconcilian
26 Entonces Labán dijo a Jacob:
-¿Qué has hecho? ¡Me has engañado al traer a mis hijas como cautivas de guerra! 27 ¿Por qué has huido a escondidas, engañándome, sin avisarme? Yo te habría despedido con alegría y cantares, con tamborín y con arpa. 28 Ni siquiera me has dado la oportunidad de besar a mis hijos y a mis hijas. Ahora pues, has actuado locamente. 29 Yo tengo poder para haceros mal, pero el Dios de tu padre me habló anoche diciendo: "Ten cuidado, no sea que hables a Jacob bruscamente." 30 Y ya que te ibas definitivamente porque tenías tanta nostalgia por la casa de tu padre, ¿por qué me has robado mis dioses?
31 Jacob respondió a Labán y dijo:
-Yo tuve miedo, pensando que quizás me arrebatarías a tus hijas. 32 La persona en cuyo poder halles tus dioses, que muera. Reconoce en presencia de nuestros parientes lo que yo tenga que sea tuyo, y llévatelo.
Jacob no sabía que era Raquel quien los había robado. 33 Entró, pues, Labán en la tienda de Jacob, en la tienda de Lea y en las tiendas de las dos siervas, y no los halló. Saliendo de la tienda de Lea, fue a la tienda de Raquel. 34 Pero Raquel había tomado los ídolos, los había puesto en la montura de un camello y se había sentado encima de ellos. Labán, pues, rebuscó toda la tienda y no los halló. 35 Entonces ella dijo a su padre:
-No se enoje mi señor porque no pueda levantarme delante de ti, pues estoy con la regla de las mujeres.
Buscó, pues, los ídolos, pero no los encontró.
36 Entonces Jacob se enojó y recriminó a Labán; respondió Jacob y dijo a Labán:
-¿Cuál es mi transgresión? ¿Cuál es mi pecado para que me hayas perseguido con tanto ardor? 37 Ya que has rebuscado todas mis cosas, ¿qué has hallado de todas las cosas de tu casa? Ponlo aquí delante de mis parientes y de los tuyos, para que ellos juzguen entre nosotros dos. 38 Estos veinte años que he estado contigo nunca han abortado tus ovejas ni tus cabras; ni yo comí ningún carnero de tu rebaño. 39 Jamás te traje los restos del animal despedazado; yo pagaba el daño. Lo robado, tanto de día como de noche, tú lo reclamabas de mi mano. 40 De día me consumía el calor, y de noche la helada; hasta el sueño huía de mis ojos. 41 Así he pasado veinte años en tu casa: catorce años trabajé por tus dos hijas y seis por tu ganado; y tú has cambiado mi salario diez veces. 42 Si el Dios de mi padre, el Dios de Abraham y el Temor de Isaac, no estuviera conmigo, de cierto me dejarías ir ahora sin nada. Pero Dios ha visto mi aflicción y el duro trabajo de mis manos; por eso te reprendió anoche.
43 Labán respondió y dijo a Jacob:
-Las hijas son mis hijas, los hijos son mis hijos y las ovejas son mis ovejas. ¡Todo lo que tú ves es mío! ¿Qué puedo hacer hoy a estas hijas mías o a sus hijos que ellas han dado a luz? 44 Ven, pues, ahora, hagamos un pacto entre tú y yo, y sirva de testimonio entre tú y yo.
45 Entonces Jacob tomó una piedra y la erigió como memorial. 46 Y Jacob dijo a sus parientes:
-Recoged piedras.
Ellos tomaron piedras e hicieron un montón, y comieron allí junto al montón. 47 Labán lo llamó Yegar-sahaduta; y Jacob lo llamó Galed. 48 Y Labán dijo:
-Este montón es hoy testigo entre tú y yo.
Por eso llamó su nombre Galed 49 o Mizpa, pues dijo:
-Vigile Jehovah entre tú y yo, cuando nos apartemos el uno del otro. 50 Si tú maltratas a mis hijas, o si tomas otras mujeres además de mis hijas, aunque nadie esté con nosotros, recuerda que Dios es testigo entre tú y yo. 51 -Además, Labán dijo a Jacob-: He aquí este montón, y he aquí el memorial que he levantado entre tú y yo. 52 Testigo sea este montón, y testigo sea el memorial, que ni yo pasaré de este montón hacia ti, ni tú pasarás de este montón y de este memorial hacia mí, para mal. 53 El Dios de Abraham, Dios de Nacor y Dios de sus padres juzgue entre nosotros.
Jacob juró por el Temor de Isaac, su padre. 54 Entonces Jacob ofreció un sacrificio en el monte y llamó a sus parientes a comer. Ellos comieron y pasaron aquella noche en el monte. 55 Y levantándose muy de mañana, Labán besó a sus hijos y a sus hijas, y los bendijo. Luego partió Labán y regresó a su lugar.
Jacob teme el reencuentro con Esaú
32 1 Jacob continuó su camino, y le salieron al encuentro unos ángeles de Dios. 2 Cuando los vio, Jacob dijo:
-¡Este es un campamento de Dios!
Y llamó el nombre de aquel lugar Majanaim. 3 Después Jacob envió mensajeros delante de sí a su hermano Esaú, a la tierra de Seír, en los campos de Edom. 4 Y les mandó diciendo:
-Así diréis a mi señor Esaú: "Así dice tu siervo Jacob: ’He residido con Labán, con quien he permanecido hasta ahora. 5 Tengo vacas, asnos, ovejas, siervos y siervas; y envío a decírselo a mi señor, para hallar gracia ante sus ojos.’ "
6 Los mensajeros volvieron a Jacob, y dijeron:
-Fuimos a tu hermano Esaú. El también viene a recibirte acompañado de 400 hombres.
7 Entonces Jacob tuvo mucho temor y se angustió. Luego dividió en dos campamentos la gente que tenía consigo, así como las ovejas, las vacas y los camellos, 8 pues dijo: "Si Esaú viene contra un campamento y lo ataca, el otro campamento podrá escapar." 9 Luego dijo Jacob:
-Dios de mi padre Abraham, Dios de mi padre Isaac, oh Jehovah, que me dijiste: "Vuelve a tu tierra y a tu parentela, y yo te prosperaré", 10 yo no soy digno de todas las misericordias y de toda la fidelidad con que has actuado para con tu siervo. Con sólo mi cayado pasé este Jordán, y ahora tengo dos campamentos. 11 Líbrame, por favor, de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque le temo. No sea que venga y me mate a la madre junto con los hijos. 12 Tú has dicho: "Yo te prosperaré y haré que tu descendencia sea como la arena del mar, que por ser tan numerosa no se puede contar."
Jacob envía presentes a Esaú
13 Jacob pasó allí aquella noche, y tomó de lo que tenía a mano un presente para su hermano Esaú: 14 200 cabras y 20 machos cabríos, 200 ovejas y 20 carneros, 15 30 camellas que estaban dando de mamar y sus crías, 40 vacas y 10 toros, 20 asnas y 10 borriquillos. 16 Entregó cada rebaño a sus siervos por separado, y les dijo:
-Id delante de mí guardando cierta distancia entre rebaño y rebaño.
17 Mandó al primero diciendo:
-Cuando Esaú mi hermano te encuentre y te pregunte diciendo: "¿De quién eres tú? ¿Y adónde vas? ¿De quién es eso que llevas delante de ti?", 18 le dirás: "De tu siervo Jacob; es un presente que envía a mi señor Esaú. Y he aquí que él también viene detrás de nosotros."
19 Mandó también al segundo, al tercero, y a todos los que iban detrás de los rebaños, diciendo:
-Así hablaréis a Esaú cuando lo encontréis. 20 También le diréis: "He aquí que tu siervo Jacob viene detrás de nosotros."
Pues pensó: "Apaciguaré su ira con el presente que va delante de mí, para que después pueda yo verle; quizás él me acepte."
21 Jacob hizo pasar el presente delante de sí, y él se quedó a pasar aquella noche en el campamento. 22 Pero levantándose aquella noche, tomó a sus dos mujeres, a sus dos siervas y a sus once hijos, y pasó el vado del Jaboc. 23 Los tomó y los hizo cruzar el río junto con todo lo que tenía.
Jacob y el ángel en Peniel
24 Jacob se quedó solo, y un hombre luchó con él hasta que rayaba el alba. 25 Como vio que no podía con Jacob, le tocó en el encaje de la cadera, y el encaje de la cadera se le dislocó mientras luchaba con él. 26 Entonces el hombre le dijo:
-¡Déjame ir, porque ya raya el alba!
Y le respondió:
-No te dejaré, si no me bendices.
27 El le dijo:
-¿Cuál es tu nombre?
Y él respondió:
-Jacob.
28 El le dijo:
-No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has contendido con Dios y con los hombres, y has prevalecido.
29 Entonces Jacob le preguntó diciendo:
-Dime, por favor, ¿cuál es tu nombre?
Y él respondió:
-¿Por qué preguntas por mi nombre?
Y lo bendijo allí.
30 Jacob llamó el nombre de aquel lugar Peniel, diciendo: "Porque vi a Dios cara a cara y salí con vida." 31 El sol salió cuando él había partido de Peniel, y cojeaba de su cadera. 32 Por eso los hijos de Israel no comen hasta el día de hoy el tendón del muslo, que está en el encaje de la cadera, porque tocó a Jacob en el encaje de la cadera, en el tendón del muslo.
Reencuentro de Jacob y Esaú
33 Alzando Jacob sus ojos miró, y he aquí que Esaú venía con los 400 hombres. Entonces él repartió sus hijos entre Lea, Raquel y sus dos siervas. 2 Puso a las siervas y a sus hijos delante, después a Lea y a sus hijos, y al final a Raquel y a José. 3 El mismo pasó delante de ellos y se postró en tierra siete veces, hasta que se acercó a su hermano.
4 Esaú corrió a su encuentro, le abrazó, se echó sobre su cuello y le besó. Y lloraron. 5 Alzó sus ojos, vio a las mujeres y a los niños y preguntó:
-¿Quiénes son éstos para ti?
Y él respondió:
-Son los hijos que Dios, en su gracia, ha dado a tu siervo.
6 Entonces se acercaron las siervas y sus hijos, y se postraron. 7 También se acercaron Lea y sus hijos, y se postraron. Finalmente se acercaron José y Raquel, y se postraron.
8 Entonces Esaú le preguntó:
-¿Cuál es el propósito de todos esos grupos que he encontrado?
Y él respondió:
-Hallar gracia ante los ojos de mi señor.
9 Esaú le dijo:
-Yo tengo suficiente, hermano mío; sea para ti lo que es tuyo.
10 Y Jacob respondió:
-No, por favor. Si he hallado gracia ante tus ojos, toma mi presente de mis manos, pues el ver tu cara ha sido como si hubiera visto el rostro de Dios, y me has mostrado tu favor. 11 Acepta, pues, mi presente que te ha sido traído, pues Dios me ha favorecido, porque tengo de todo.
El insistió, y Esaú lo aceptó. 12 Luego éste dijo:
-¡Vamos, partamos! Yo te acompañaré.
13 Jacob le dijo:
-Mi señor sabe que los niños son tiernos y que tengo a mi cuidado ovejas y vacas que están criando. Si se los fatiga, en un día morirá todo el rebaño. 14 Por favor, pase mi señor delante de su siervo. Yo avanzaré como convenga, al paso del ganado que va delante de mí y al paso de los niños, hasta que alcance a mi señor, en Seír.
15 Esaú dijo:
-Permite que deje contigo algunos de los hombres que están conmigo.
Y él dijo:
-¿Para qué esto? Sólo que halle yo gracia ante los ojos de mi señor.
16 Aquel día regresó Esaú por su camino a Seír.
Jacob llega a Siquem
17 Entonces Jacob se dirigió a Sucot y edificó allí una casa para sí. Hizo también cabañas para su ganado, por eso llamó el nombre de aquel lugar Sucot.
18 Al volver de Padan-aram, Jacob llegó en paz a la ciudad de Siquem, en la tierra de Canaán, y acampó frente a la ciudad. 19 Y la parte del campo donde instaló su tienda compró de manos de los hijos de Hamor, el padre de Siquem, por la suma de 100 piezas de dinero. 20 Allí levantó un altar y llamó su nombre El-Elohei-Israel.
Siquem viola a Dina
34 Entonces Dina, la hija que Lea había dado a luz a Jacob, salió para ver a las jóvenes del lugar. 2 Y la vio Siquem, el hijo de Hamor el heveo, príncipe de aquella tierra. El la tomó, se acostó con ella y la violó. 3 Pero se sintió ligado a Dina hija de Jacob; se enamoró de la joven y habló al corazón de ella. 4 Y Siquem habló con Hamor su padre, diciendo:
-Tómame a esta joven por mujer.
Los hermanos de Dina toman venganza
5 Cuando Jacob oyó que Siquem había mancillado a Dina, su hija, sus hijos estaban en el campo con su ganado. Por ello Jacob calló hasta que ellos regresaran. 6 Entonces Hamor, padre de Siquem, fue para hablar con Jacob.
7 Cuando los hijos de Jacob lo supieron, regresaron del campo. Los hombres se indignaron y se enfurecieron mucho, porque él había cometido una vileza en Israel, acostándose con la hija de Jacob, cosa que no se debía haber hecho.
8 Hamor habló con ellos y les dijo:
-Mi hijo Siquem se siente atraído por vuestra hija. Os ruego que se la deis por mujer. 9 Por favor, emparentad con nosotros. Dadnos vuestras hijas, y tomad vosotros las nuestras. 10 Habitad con nosotros; la tierra está delante de vosotros. Habitad en ella, negociad y estableceos en ella.
11 También Siquem dijo al padre y a los hermanos de ella:
-Halle yo gracia ante vuestros ojos, y os daré lo que me pidáis. 12 Aumentad a cuenta mía el precio matrimonial y muchos regalos. Yo os daré cuánto me pidáis, pero dadme la joven por mujer.
13 Los hijos de Jacob respondieron a Siquem y a su padre Hamor, hablando con engaño, porque Siquem había violado a Dina, la hermana de ellos. 14 Les dijeron:
-No podemos hacer eso de dar nuestra hermana a un hombre incircunciso, porque entre nosotros eso es una abominación. 15 Sólo con esta condición accederemos: que seáis como nosotros, al circuncidarse todos vuestros varones. 16 Entonces os daremos nuestras hijas, y tomaremos nosotros las vuestras. Habitaremos con vosotros y seremos un solo pueblo. 17 Pero si no nos hacéis caso en circuncidaros, tomaremos a nuestra hermana y nos iremos.
18 Sus palabras parecieron bien a Hamor y a su hijo Siquem. 19 No tardó el joven en hacerlo, porque la hija de Jacob le había gustado. Además, él era el más distinguido de toda la casa de su padre. 20 Entonces Hamor y su hijo Siquem fueron a la puerta de la ciudad y hablaron a los hombres de la ciudad, diciendo:
21 -Estos hombres son pacíficos para con nosotros. Que habiten ellos en la tierra y que negocien en ella, pues he aquí la tierra es amplia para ellos también. Nosotros tomaremos sus hijas por mujeres y les daremos nuestras hijas. 22 Pero con esta condición accederán estos hombres para habitar con nosotros, de modo que seamos un solo pueblo: que se circuncide todo varón de entre nosotros, así como ellos son circuncidados. 23 Sus rebaños, sus posesiones y todo su ganado, ¿no serán así nuestros? Sólo accedamos a su condición, y ellos habitarán con nosotros.
24 Todos los que salían por las puertas de la ciudad hicieron caso a Hamor y a su hijo Siquem. Circuncidaron a todo varón, a cuantos salían por las puertas de la ciudad. 25 Pero sucedió que al tercer día, cuando ellos aún sentían dolor, dos de los hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada, fueron contra la ciudad que estaba desprevenida y mataron a todo varón. 26 También mataron a filo de espada a Hamor y a su hijo Siquem, y tomando a Dina de la casa de Siquem, se fueron. 27 Y los hijos de Jacob pasaron sobre los muertos y saquearon la ciudad, porque habían mancillado a su hermana. 28 Tomaron sus ovejas, sus vacas, sus asnos, lo que había en la ciudad y lo que había en el campo. 29 Llevaron cautivos a todos sus niños y a sus mujeres, y saquearon todos sus bienes y todo lo que había en las casas. 30 Entonces Jacob dijo a Simeón y a Leví:
-Me habéis arruinado, haciendo que yo sea odioso entre los habitantes de esta tierra, entre los cananeos y los ferezeos. Teniendo yo pocos hombres, se juntarán contra mí, me herirán y me destruirán a mí y a mi casa.
31 Y ellos respondieron:
-¿Había de tratar él a nuestra hermana como a una prostituta?
Jacob regresa a Betel
35 Entonces Dios dijo a Jacob:
-Levántate, sube a Betel y quédate allí. Haz allí un altar a Dios, que se te apareció cuando huías de tu hermano Esaú.
2 Entonces Jacob dijo a su familia y a todos los que le acompañaban:
-Quitad los dioses extraños que hay entre vosotros. Purificaos y cambiad vuestros vestidos. 3 Levantémonos y subamos a Betel; allí haré un altar a Dios, que me respondió en el día de mi angustia y ha estado conmigo en el camino que he andado.
4 Así entregaron a Jacob todos los dioses extraños que tenían en su poder, y los aretes de sus orejas, y Jacob los escondió al pie de la encina que había junto a Siquem. 5 Cuando partieron, el terror de Dios se apoderó de los habitantes de las ciudades de sus alrededores, y no persiguieron a los hijos de Jacob.
6 Jacob y toda la gente que le acompañaba llegaron a Luz, es decir, a Betel, en la tierra de Canaán, 7 y allí edificó un altar. Llamó al lugar El-betel, porque allí se le había revelado Dios cuando huía de su hermano.
8 Entonces murió Débora, nodriza de Rebeca, y fue sepultada al pie de Betel, debajo de una encina, la cual fue llamada Alón-bacut.
Jehovah ratifica su pacto a Jacob
9 Dios se apareció otra vez a Jacob después de haber regresado de Padan-aram, y le bendijo. 10 Le dijo Dios: "Tu nombre es Jacob, pero no se llamará más tu nombre Jacob. Tu nombre será Israel." Y llamó su nombre Israel. 11 También le dijo Dios: "Yo soy el Dios Todopoderoso. Sé fecundo y multiplícate. De ti procederán una nación y un conjunto de naciones; reyes saldrán de tus lomos. 12 La tierra que he dado a Abraham y a Isaac, te la daré a ti; a tus descendientes después de ti, les daré la tierra."
13 Dios se apartó de él, del lugar donde había hablado con él. 14 Entonces Jacob erigió una piedra en el lugar donde Dios había hablado con él, una piedra memorial. Sobre ella derramó una libación, y echó sobre ella aceite. 15 Jacob llamó Betel al lugar donde Dios había hablado con él.
Raquel muere al nacer Benjamín
16 Partieron de Betel, y faltando aún cierta distancia para llegar a Efrata, Raquel dio a luz tras un parto muy difícil. 17 Y aconteció que como había dificultad en su parto, le dijo la partera:
-No temas, porque también tendrás este hijo.
18 Pero sucedió que al dar el último suspiro (porque murió), llamó el nombre de su hijo Benoní. Pero su padre lo llamó Benjamín.
19 Así murió Raquel y fue sepultada en el camino de Efrata, es decir, Belén. 20 Jacob puso sobre su sepulcro una piedra memorial. Este es el memorial del sepulcro de Raquel hasta hoy.
Rubén y la concubina de su padre
21 Israel partió e instaló su tienda más allá de Migdal-eder. 22 Y sucedió mientras habitaba Israel en aquella tierra, que Rubén fue y se acostó con Bilha, concubina de su padre. Y lo llegó a saber Israel.
Los doce hijos de Israel
Ahora bien, los hijos de Israel fueron doce:
23 Los hijos de Lea: Rubén, el primogénito de Jacob, Simeón, Leví, Judá, Isacar y Zabulón.
24 Los hijos de Raquel: José y Benjamín.
25 Los hijos de Bilha, sierva de Raquel: Dan y Neftalí.
26 Los hijos de Zilpa, sierva de Lea: Gad y Aser.
Estos fueron los hijos de Jacob que le nacieron en Padan-aram.
Muerte de Isaac
27 Entonces Jacob fue a Isaac su padre, a Mamre, a Quiriat-arba, es decir, Hebrón, donde habían habitado Abraham e Isaac.
28 Fueron 180 los años de Isaac. 29 E Isaac falleció y fue reunido con su pueblo, anciano y lleno de años. Y sus hijos Jacob y Esaú lo sepultaron.
Los descendientes de Esaú
36 Estos son los descendientes de Esaú, el cual es Edom. 2 Esaú tomó a sus esposas de entre las mujeres de Canaán: a Ada hija de Elón el heteo, a Oholibama hija de Aná, hijo de Zibeón el heveo, 3 y a Basemat hija de Ismael, hermana de Nebayot.
4 De Esaú, Ada dio a luz a Elifaz; Basemat dio a luz a Reuel, 5 y Oholibama dio a luz a Jeús, a Jalam y a Coré. Estos son los hijos de Esaú que le nacieron en la tierra de Canaán.
6 Esaú tomó a sus mujeres, a sus hijos, a sus hijas, a todas las personas de su casa, sus rebaños, su ganado y todas las posesiones que había adquirido en la tierra de Canaán, y se fue a una tierra, lejos de Jacob su hermano; 7 porque los bienes de ellos eran muchos, y no podían habitar juntos. Tampoco podía mantenerlos la tierra en que habitaban, a causa de sus ganados. 8 Así habitó Esaú en la región montañosa de Seír. Esaú es Edom.
9 Estos fueron los descendientes de Esaú, padre de los edomitas, en la región montañosa de Seír; 10 éstos son los nombres de los hijos de Esaú: Elifaz, hijo de Ada, mujer de Esaú; Reuel, hijo de Basemat, mujer de Esaú.
11 Los hijos de Elifaz fueron: Temán, Omar, Zefo, Gatam y Quenaz. 12 Timna fue concubina de Elifaz hijo de Esaú, y ella le dio a luz a Amalec. Estos fueron los hijos de Ada, mujer de Esaú.
13 Los hijos de Reuel fueron: Najat, Zéraj, Sama y Miza. Estos fueron los hijos de Basemat, mujer de Esaú.
14 Los hijos de Oholibama, mujer de Esaú e hija de Aná, hijo de Zibeón, que ella dio a luz de Esaú, fueron: Jeús, Jalam y Coré.
15 Estos fueron los jefes de entre los hijos de Esaú:
Los hijos de Elifaz, primogénito de Esaú, fueron: los jefes Temán, Omar, Zefo, Quenaz, 16 Coré, Gatam y Amalec. Estos fueron los jefes de Elifaz en la tierra de Edom, los cuales fueron hijos de Ada.
17 Estos fueron los hijos de Reuel hijo de Esaú: los jefes Najat, Zéraj, Sama y Miza. Estos fueron los jefes de la línea de Reuel en la tierra de Edom. Estos hijos le nacieron a Basemat, mujer de Esaú.
18 Estos fueron los hijos de Oholibama, mujer de Esaú: los jefes Jeús, Jalam y Coré. Estos fueron los jefes que nacieron a Oholibama, mujer de Esaú, hija de Aná.
19 Estos fueron, pues, los hijos de Esaú, el cual es Edom; y éstos fueron sus jefes.
Los descendientes de Seír el horeo
20 Estos fueron los hijos de Seír el horeo, habitantes de aquella tierra: Lotán, Sobal, Zibeón, Aná, 21 Disón, Ezer y Disán. Estos fueron los jefes de los horeos, hijos de Seír, en la tierra de Edom.
22 Los hijos de Lotán fueron Hori y Hemam. Timna fue hermana de Lotán.
23 Los hijos de Sobal fueron: Alván, Manajat, Ebal, Sefo y Onam.
24 Los hijos de Zibeón fueron Ayías y Aná. Este Aná fue el que descubrió las aguas termales en el desierto, cuando apacentaba los asnos de su padre Zibeón.
25 Los hijos de Aná fueron Disón y Oholibama hija de Aná.
26 Los hijos de Disón fueron: Hemdán, Esbán, Itrán y Querán.
27 Los hijos de Ezer fueron: Bilhán, Zaaván y Acán.
28 Los hijos de Disán fueron Uz y Arán.
29 Estos fueron los jefes de los horeos: los jefes Lotán, Sobal, Zibeón, Aná, 30 Disón, Ezer Y Disán. Ellos fueron los jefes de los horeos, según sus jefaturas en la tierra de Seír.
La monarquía temprana en Edom
31 Estos fueron los reyes que reinaron en la tierra de Edom, antes que hubiese rey de los hijos de Israel:
32 Bela hijo de Beor reinó en Edom. El nombre de su ciudad fue Dinaba.
33 Murió Bela, y reinó en su lugar Jobab hijo de Zéraj, de Bosra.
34 Murió Jobab, y reinó en su lugar Husam, de la tierra de los temanitas.
35 Murió Husam, y reinó en su lugar Hadad hijo de Bedad, el que derrotó a Madián en el campo de Moab. El nombre de su ciudad fue Avit.
36 Murió Hadad, y reinó en su lugar Samla, de Masreca.
37 Murió Samla, y reinó en su lugar Saúl, de Rejobot, que está junto al Río.
38 Murió Saúl, y reinó en su lugar Baal-janán hijo de Acbor.
39 Murió Baal-janán hijo de Acbor, y reinó en su lugar Hadad. El nombre de su ciudad fue Pau, y el nombre de su mujer fue Mehetabel, hija de Matred, hija de Mezaab.
Jefes del clan de Esaú
40 Estos fueron los nombres de los jefes de Esaú, según sus familias, sus localidades y sus nombres: los jefes Timna, Alva, Jetet, 41 Oholibama, Ela, Pinón, 42 Quenaz, Temán, Mibzar, 43 Magdiel e Iram. Estos fueron los jefes de Edom, según las áreas de la tierra de su posesión. Este es Esaú, padre de los edomitas.
37 Jacob se estableció en la tierra donde había residido su padre, en la tierra de Canaán. 2 Esta es la historia de la familia de Jacob:
Los sueños de José
José, siendo de 17 años, apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha y los hijos de Zilpa, mujeres de su padre. Y José informaba a su padre de la mala fama de ellos. 3 Israel amaba a José más que a todos sus otros hijos porque le había nacido en la vejez, y le hizo una túnica de diversos colores. 4 Al ver sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos ellos, le aborrecían y no podían hablarle pacíficamente.
5 José tuvo un sueño y lo contó a sus hermanos, quienes llegaron a aborrecerle todavía más. 6 Les dijo:
-Por favor, escuchad lo que he soñado: 7 He aquí que atábamos gavillas en medio del campo. Y mi gavilla se levantaba y se mantenía erguida, mientras que vuestras gavillas la rodeaban y se inclinaban ante la mía.
8 Sus hermanos le respondieron:
-¿Has de reinar tú sobre nosotros y nos has de dominar?
Y le aborrecieron todavía más a causa de sus sueños y de sus palabras. 9 Entonces tuvo otro sueño y lo contó a sus hermanos, diciendo:
-He aquí, he tenido otro sueño: que el sol, la luna y once estrellas se inclinaban ante mí.
10 El contó este sueño a su padre y a sus hermanos, pero su padre le reprendió diciendo:
-¿Qué sueño es éste que has tenido? ¿Hemos de venir yo, tu madre y tus hermanos a postrarnos a tierra ante ti?
11 Sus hermanos le tenían envidia, pero su padre guardaba en mente el asunto.
Sus hermanos planean matar a José
12 Sus hermanos fueron a apacentar las ovejas de su padre cerca de Siquem, 13 e Israel dijo a José:
-Tus hermanos apacientan las ovejas cerca de Siquem. Ven, te enviaré a ellos.
Y él le respondió:
-Heme aquí.
14 El le dijo:
-Anda, por favor, y mira cómo están tus hermanos y cómo están las ovejas, y tráeme la respuesta.
Lo envió desde el valle de Hebrón, y él llegó a Siquem. 15 Andando él extraviado por el campo, un hombre lo encontró. Y aquel hombre le preguntó diciendo:
-¿Qué buscas?
16 Y él respondió:
-Busco a mis hermanos. Dime, por favor, dónde están apacentando.
17 Aquel hombre le respondió:
-Ya se han ido de aquí. Yo les oí decir: "Vámonos a Dotán."
Entonces José fue tras sus hermanos y los encontró en Dotán. 18 Cuando ellos lo vieron desde lejos, antes de que se acercase, actuaron engañosamente contra él para matarle. 19 Se dijeron el uno al otro:
-¡Ahí viene el de los sueños! 20 Ahora pues, venid; matémoslo y echémoslo en una cisterna. Después diremos: "Alguna mala fiera lo devoró." ¡Veamos en qué van a parar sus sueños!
21 Cuando Rubén oyó esto, lo libró de sus manos diciendo:
-No le quitemos la vida. 22 -Y Rubén añadió-: No derraméis sangre. Echadlo en esta cisterna que está en el desierto, pero no pongáis la mano sobre él.
Era para librarlo de sus manos a fin de hacerlo volver a su padre.
José es vendido y llevado a Egipto
23 Sucedió que cuando José llegó hasta sus hermanos, ellos despojaron a José de su túnica, la túnica de diversos colores que llevaba puesta. 24 Lo tomaron y lo echaron en la cisterna. Pero la cisterna estaba vacía, sin agua. 25 Después se sentaron a comer, y alzando los ojos miraron, y he aquí que una caravana de ismaelitas venía de Galaad con sus camellos cargados de perfumes, bálsamo y mirra para llevarlos a Egipto. 26 Entonces Judá dijo a sus hermanos:
-¿Qué provecho hay en matar a nuestro hermano y en encubrir su sangre? 27 Venid, vendámoslo a los ismaelitas. No pongamos nuestra mano sobre él, porque es nuestro hermano, nuestra carne.
Sus hermanos estuvieron de acuerdo con él. 28 Y cuando pasaban los mercaderes madianitas, sacaron a José, subiéndolo de la cisterna, y lo vendieron a los ismaelitas por 20 piezas de plata. Estos se llevaron a José a Egipto.
Ocultan a Jacob lo sucedido a José
29 Cuando Rubén volvió a la cisterna y no halló a José allí, rasgó sus vestiduras. 30 Volvió a sus hermanos y les dijo:
-¡El joven ha desaparecido! Y yo, ¿a dónde iré?
31 Entonces ellos tomaron la túnica de José, degollaron un cabrito del rebaño y empaparon la túnica en la sangre. 32 Después enviaron la túnica de diversos colores, la trajeron a su padre y le dijeron:
-Esto hemos encontrado. Reconoce, pues, si es o no la túnica de tu hijo.
33 El la reconoció y exclamó:
-¡Es la túnica de mi hijo! ¡Alguna mala fiera lo ha devorado! ¡Ciertamente José ha sido despedazado!
34 Entonces Jacob rasgó sus vestiduras, se cubrió con cilicio y guardó duelo por su hijo muchos días. 35 Todos sus hijos y todas sus hijas fueron para consolarle, pero él rehusó ser consolado. Y decía:
-¡Enlutado descenderé hasta mi hijo, al Seol!
Y su padre lo lloraba.
36 Pero los madianitas lo vendieron en Egipto a Potifar, funcionario del faraón, capitán de la guardia.
Judá y Tamar
38 Aconteció en aquel tiempo que Judá dejó a sus hermanos y se dirigió a residir con un hombre adulamita que se llamaba Jira. 2 Judá vio allí a la hija de un hombre cananeo llamado Súa, y la tomó y se unió a ella. 3 Ella concibió y dio a luz un hijo, y él llamó su nombre Er. 4 Ella concibió otra vez y dio a luz otro hijo, y ella llamó su nombre Onán. 5 Volvió a concebir y dio a luz otro hijo, y ella llamó su nombre Sela. El estaba en Quezib cuando ella lo dio a luz.
6 Judá tomó una mujer para Er, su primogénito; ésta se llamaba Tamar. 7 Pero Er, el primogénito de Judá, era malo ante los ojos de Jehovah, y Jehovah le quitó la vida. 8 Entonces Judá dijo a Onán:
-Unete a la mujer de tu hermano; cumple así con ella tu deber de cuñado, y levanta descendencia a tu hermano.
9 Pero sabiendo Onán que el hijo que le naciera no sería considerado suyo, sucedía que cada vez que se unía a la mujer de su hermano, vertía en tierra para no dar descendencia a su hermano. 10 Pero lo que hacía era malo ante los ojos de Jehovah, y también a él le quitó la vida. 11 Entonces habló Judá a Tamar su nuera, diciendo:
-Permanece viuda en la casa de tu padre hasta que crezca mi hijo Sela.
Porque pensaba: "No sea que muera él también como sus hermanos."
Y Tamar se fue y permaneció en la casa de su padre.
12 Pasados muchos años, murió Bat-súa, la mujer de Judá. Cuando Judá se había consolado, subió a Timnat, a los esquiladores de sus ovejas, él y su amigo Jira el adulamita. 13 Y avisaron a Tamar diciendo:
-He aquí que tu suegro sube a Timnat a esquilar sus ovejas.
14 Entonces ella se quitó su vestido de viudez, se cubrió con un velo, se envolvió con un manto y se sentó a la entrada de Enaim, que está junto al camino de Timnat, porque veía que Sela había crecido, pero que ella no le había sido dada por mujer. 15 Entonces la vio Judá y pensó que era una prostituta, porque había cubierto su cara. 16 Y se apartó del camino hacia ella y le dijo:
-Por favor, deja que me una a ti.
Pues no sabía que ella era su nuera. Y ella dijo:
-¿Qué me darás si te unes a mí?
17 El respondió:
-Yo te enviaré un cabrito del rebaño.
Ella le dijo:
-Tienes que darme una prenda hasta que me lo envíes.
18 Y él le dijo:
-¿Qué prenda te daré?
Ella le respondió:
-Tu anillo, tu cordón y el bastón que llevas en la mano.
El se los dio y se unió a ella, y ella concibió de él.
19 Luego ella se levantó y se fue. Después se quitó el velo que tenía sobre sí y se vistió de nuevo con su vestido de viudez. 20 Judá envió el cabrito del rebaño por medio de su amigo el adulamita, para que recuperase la prenda de mano de la mujer, pero él no la halló. 21 Entonces preguntó a los hombres de aquel lugar diciendo:
-¿Dónde está la prostituta de Enaim, junto al camino?
Ellos le dijeron:
-Aquí no hay ninguna prostituta.
22 El se volvió a Judá y dijo:
-No la he hallado. También los hombres del lugar dijeron: "Aquí no hay ninguna prostituta."
23 Y Judá dijo:
-¡Que se quede con la prenda! No seamos objeto de burla. He aquí yo le he enviado este cabrito, pero tú no la has hallado.
24 Aconteció que después de unos tres meses le informaron a Judá diciendo:
-Tu nuera Tamar ha cometido adulterio y está encinta a consecuencia del adulterio.
Y Judá dijo:
-¡Sacadla, y que sea quemada!
25 Cuando era sacada, ella envió a decir a su suegro:
-Del hombre a quien pertenecen estas cosas estoy encinta. -Y añadió-: Mira, pues, de quién son estas cosas: el anillo, el cordón y el bastón.
26 Entonces Judá los reconoció y dijo:
-Más justa es ella que yo, porque no se la he dado a mi hijo Sela.
Y no volvió a tener relaciones con ella.
27 Aconteció que al tiempo de dar a luz, he aquí que había mellizos en el vientre de Tamar. 28 Y cuando ella daba a luz, sucedió que uno de ellos sacó la mano. La partera la tomó y ató a su mano un hilo rojo diciendo:
-¡Este salió primero!
29 Pero sucedió que cuando él volvió a meter la mano, he aquí salió su hermano. Y ella exclamó:
-¡Cómo te abriste brecha!
Y llamó su nombre Fares. 30 Después salió su hermano, el que tenía en su mano el hilo rojo, y llamó su nombre Zéraj.
José como administrador de Potifar
39 Llevado José a Egipto, Potifar, un hombre egipcio, funcionario del faraón y capitán de la guardia, lo compró de mano de los ismaelitas que lo habían llevado allá. 2 Pero Jehovah estuvo con José, y el hombre tuvo éxito. El estaba en la casa de su señor, el egipcio, 3 quien vio que Jehovah estaba con él y que todo lo que él hacía, Jehovah lo hacía prosperar en su mano. 4 Así halló José gracia ante los ojos de Potifar y le servía. Potifar le puso a cargo de su casa y entregó en su poder todo lo que tenía. 5 Y sucedió que desde que le puso a cargo de su casa y de todo lo que tenía, Jehovah bendijo la casa del egipcio por causa de José. Y la bendición de Jehovah estaba sobre todo lo que tenía, tanto en la casa como en el campo. 6 El dejó todo lo que tenía en mano de José, y teniéndole a él no se preocupaba de nada, excepto del pan que comía.
La mujer de Potifar calumnia a José
José era de bella presencia y de hermoso semblante. 7 Y sucedió después de estas cosas, que la mujer de su señor puso sus ojos en José y le dijo:
-Acuéstate conmigo.
8 El rehusó y dijo a la mujer de su señor:
-He aquí que mi señor, teniéndome a mí, no se preocupa de nada de cuanto hay en la casa. Ha puesto en mis manos todo cuanto tiene. 9 No hay otro superior a mí en esta casa; y ninguna cosa se ha reservado, sino a ti, porque eres su mujer. ¿Cómo, pues, haría yo esta gran maldad y pecaría contra Dios?
10 Sucedió que ella insistía a José día tras día, pero éste no le hacía caso para acostarse con ella, ni para estar con ella. 11 Y sucedió que él entró un día en la casa para hacer su trabajo, y ninguno de los hombres de la casa estaba allí en casa. 12 Entonces ella le agarró por su manto, diciendo:
-Acuéstate conmigo.
Pero él dejó su manto en las manos de ella, se escapó y salió afuera. 13 Y aconteció que al ver ella que el manto había quedado en sus manos y que él había escapado afuera, 14 llamó a los de su casa y les habló diciendo:
-¡Mirad, nos han traído un hebreo para que se burle de nosotros! Vino a mí para acostarse conmigo, pero yo grité a gran voz. 15 Y él, viendo que yo alzaba la voz y gritaba, dejó a mi lado su manto, se escapó y salió afuera.
16 Ella puso junto a sí el manto de José hasta que su señor volvió a casa. 17 Entonces ella le repitió a él las mismas palabras diciendo:
-El esclavo hebreo que nos trajiste vino a mí para burlarse de mí. 18 Pero cuando yo alcé la voz y grité, él dejó su manto a mi lado y escapó afuera.
José es metido en la cárcel
19 Sucedió que cuando su señor oyó las palabras que le hablaba su mujer, diciendo: "Así me ha tratado tu esclavo", se encendió su furor. 20 Tomó su señor a José y lo metió en la cárcel, en el lugar donde estaban los presos del rey, y José se quedó allí en la cárcel.
21 Pero Jehovah estaba con José; le extendió su misericordia y le dio gracia ante los ojos del encargado de la cárcel. 22 El encargado de la cárcel entregó en manos de José a todos los presos que había en la cárcel; y todo lo que hacían allí, José lo dirigía. 23 El encargado de la cárcel no se preocupaba de nada de lo que estaba en sus manos, porque Jehovah estaba con José. Lo que él hacía, Jehovah lo prosperaba.
José interpreta sueños en la cárcel
40 Aconteció después de estas cosas que el copero y el panadero del rey de Egipto ofendieron a su señor, el rey de Egipto. 2 El faraón se enfureció contra sus dos funcionarios, el jefe de los coperos y el jefe de los panaderos, 3 y los puso bajo custodia en la casa del capitán de la guardia, en la cárcel donde José estaba preso. 4 El capitán de la guardia se los encargó a José, y él les servía.
Estuvieron algunos días bajo custodia. 5 Y en una misma noche ambos, el copero y el panadero del rey de Egipto que estaban presos en la cárcel, tuvieron un sueño; cada uno su propio sueño, y cada sueño con su propia interpretación.
6 Por la mañana José vino a ellos y los vio, y he aquí que ellos estaban tristes. 7 Preguntó a los funcionarios del faraón que estaban con él bajo custodia en la casa de su señor, diciendo:
-¿Por qué están tristes vuestras caras hoy?
8 Ellos le dijeron:
-Hemos tenido un sueño, y no hay quien nos lo interprete.
Entonces José les dijo:
-¿Acaso no son de Dios las interpretaciones? Por favor, contádmelo a mí.
9 Entonces el jefe de los coperos contó su sueño a José, diciendo:
-En mi sueño veía delante de mí una vid. 10 En la vid había tres ramas. Parecía que ella brotaba, florecía y sus racimos de uvas maduraban. 11 La copa del faraón estaba en mi mano, y yo tomaba las uvas, las exprimía en la copa del faraón y ponía la copa en la mano del faraón.
12 Y José le respondió:
-Esta es su interpretación: Las tres ramas son tres días. 13 Dentro de tres días el faraón te hará levantar cabeza y te restituirá a tu puesto. Volverás a poner la copa en la mano del faraón, como solías hacerlo anteriormente, cuando eras su copero. 14 Pero cuando te vaya bien, acuérdate tú de mí. Por favor, actúa con misericordia para conmigo; haz mención de mí al faraón y hazme sacar de esta casa. 15 Porque yo fui secuestrado de la tierra de los hebreos, y nada he hecho aquí para que me pusieran en la cárcel.
16 Viendo el jefe de los panaderos que la interpretación había sido favorable, dijo a José:
-También yo soñaba que había tres cestas de pan blanco sobre mi cabeza. 17 En la cesta superior había toda clase de manjares de pastelería para el faraón, pero las aves se los comían de la cesta que estaba sobre mi cabeza.
18 Entonces José respondió:
-Esta es su interpretación: Las tres cestas son tres días. 19 Dentro de tres días el faraón quitará tu cabeza de encima de ti. Te hará colgar en la horca, y las aves comerán tus carnes.
20 Y sucedió que al tercer día fue el cumpleaños del faraón, y él dio un banquete a todos sus servidores. Entonces levantó la cabeza del jefe de los coperos y la cabeza del jefe de los panaderos, en medio de sus servidores. 21 Al jefe de los coperos lo restituyó en su cargo de copero, y éste volvió a poner la copa en la mano del faraón. 22 Pero hizo ahorcar al jefe de los panaderos, como José les había interpretado. 23 Sin embargo, el jefe de los coperos no se acordó de José, sino que se olvidó de él.
José interpreta los sueños del faraón
41 Aconteció después de dos años completos que el faraón tuvo un sueño: He aquí que él estaba de pie junto al Nilo; 2 y del Nilo subían siete vacas de hermoso aspecto y gordas de carne, y pacían entre los juncos. 3 Pero he aquí que otras siete vacas salían del Nilo, detrás de ellas, de mal aspecto y flacas de carne. Estas se pusieron junto a las otras vacas a la orilla del Nilo. 4 Entonces las vacas de mal aspecto y flacas de carne devoraron a las siete vacas de hermoso aspecto y gordas. Y el faraón se despertó.
5 Se durmió de nuevo y soñó por segunda vez; y he aquí que siete espigas subieron de un solo tallo, gruesas y hermosas. 6 Pero he aquí que detrás de ellas brotaron otras siete espigas delgadas y quemadas por el viento del oriente. 7 Entonces las espigas delgadas devoraron a las siete espigas gruesas y llenas. El faraón se despertó, y he aquí que había sido un sueño.
8 Sucedió que por la mañana su espíritu estaba perturbado, por lo que mandó llamar a todos los magos de Egipto y a todos sus sabios. El faraón les contó sus sueños, pero no había quien se los interpretase al faraón. 9 Entonces el jefe de los coperos habló al faraón diciendo:
-Ahora haré mención de una falta mía. 10 El faraón se enojó contra sus siervos y me echó en la cárcel de la casa del capitán de la guardia, junto con el jefe de los panaderos. 11 En una misma noche él y yo tuvimos un sueño, y cada sueño tenía su propia interpretación. 12 Y estaba allí con nosotros un joven hebreo, esclavo del capitán de la guardia. Se lo contamos, y él interpretó nuestros sueños; a cada uno le interpretó su propio sueño. 13 Y aconteció que tal como él nos lo interpretó, así sucedió: A mí el faraón me restableció en mi puesto y al otro lo hizo colgar.
14 Entonces el faraón mandó llamar a José, y le hicieron salir apresuradamente de la cárcel. Se afeitó, se cambió de ropa y vino al faraón. 15 Entonces el faraón dijo a José:
-He tenido un sueño, y no hay quien me lo interprete. Pero he oído hablar de ti, que escuchas sueños y los interpretas.
16 José respondió al faraón diciendo:
-No está en mí. Dios responderá para el bienestar del faraón.
17 Entonces el faraón dijo a José:
-En mi sueño yo estaba de pie a la orilla del Nilo. 18 Y he aquí que del Nilo salían siete vacas gordas de carne y de hermoso aspecto, y pacían entre los juncos. 19 Pero he aquí que otras siete vacas subían detrás de ellas, delgadas, de muy feo aspecto y flacas de carne. Jamás he visto otras tan feas como aquéllas en toda la tierra de Egipto. 20 Entonces las vacas flacas y feas devoraron a las siete primeras vacas gordas. 21 Estas entraron en su interior, pero no parecía que hubiesen entrado en ellas, porque su apariencia seguía siendo tan mala como al comienzo. Y me desperté. 22 Vi también en mi sueño siete espigas que subieron de un solo tallo, llenas y hermosas. 23 Pero he aquí que detrás de ellas brotaron otras siete espigas, secas, delgadas y quemadas por el viento del oriente. 24 Entonces las espigas delgadas devoraron a las siete espigas hermosas. Se lo he contado a los magos, pero no hay quien me lo interprete.
25 Entonces José respondió al faraón:
-El sueño del faraón es uno solo. Dios ha mostrado al faraón lo que va a hacer: 26 Las siete vacas hermosas son siete años; y las siete espigas hermosas también son siete años. Se trata de un mismo sueño. 27 Las siete vacas flacas y feas que salían detrás de las primeras son siete años, y las siete espigas delgadas y quemadas por el viento del oriente son siete años de hambre. 28 Como dije al faraón, Dios ha mostrado al faraón lo que va a hacer. 29 He aquí que vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto, 30 pero después de ellos vendrán siete años de hambre. Toda la abundancia anterior será olvidada en la tierra de Egipto. El hambre consumirá la tierra, 31 y aquella abundancia pasará desapercibida en la tierra, debido al hambre que vendrá después, porque será muy grave. 32 El hecho de que el sueño del faraón haya sucedido dos veces significa que la cosa está firmemente decidida de parte de Dios, y que Dios se apresura a ejecutarla.
33 »Por tanto, provéase el faraón de un hombre entendido y sabio y póngalo a cargo de la tierra de Egipto. 34 Haga esto el faraón: Ponga funcionarios a cargo del país que recauden la quinta parte del producto de la tierra de Egipto durante los siete años de abundancia. 35 Que ellos acumulen todos los alimentos de estos años buenos que vienen, que almacenen el trigo bajo la supervisión del faraón, y que los guarden en las ciudades para sustento. 36 Sean guardados los alimentos como reserva para el país, para los siete años de hambre que vendrán sobre la tierra de Egipto. Así el país no será arruinado por el hambre.
José es hecho señor de todo Egipto
37 El plan le pareció bien al faraón y a todos sus servidores. 38 Entonces el faraón dijo a sus servidores:
-¿Podremos hallar otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?
39 El faraón dijo a José:
-Puesto que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay nadie tan entendido ni sabio como tú. 40 Tú estarás a cargo de mi casa, y todo mi pueblo será gobernado bajo tus órdenes. Solamente en el trono seré yo superior a ti. 41 -El faraón dijo además a José-: He aquí, yo te pongo a cargo de toda la tierra de Egipto.
42 Entonces el faraón se quitó el anillo de su mano y lo puso en la mano de José. Le vistió con vestiduras de lino fino y puso un collar de oro en su cuello. 43 Luego lo hizo subir en su segundo carro, y proclamaban delante de él: "¡Doblad la rodilla!" Así lo puso a cargo de toda la tierra de Egipto, 44 y el faraón dijo a José:
-Yo soy el faraón, y sin tu autorización ninguno alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto.
45 El faraón llamó a José Zafenat-panéaj, y le dio por mujer a Asenat hija de Potifera, sacerdote de On. Y José salió a recorrer toda la tierra de Egipto.
46 José tenía 30 años cuando empezó a servir al faraón, rey de Egipto. Saliendo José de la presencia del faraón, recorrió toda la tierra de Egipto. 47 La tierra produjo a montones en aquellos siete años de abundancia. 48 El juntó todas las provisiones de aquellos siete años en la tierra de Egipto y almacenó los alimentos en las ciudades, llevando a cada ciudad las provisiones de los campos cercanos. 49 José acumuló trigo como la arena del mar, tantísimo que dejó de calcularlo, porque era incalculable.
50 Antes del primer año de hambre, le nacieron a José dos hijos, los cuales le dio a luz Asenat hija de Potifera, sacerdote de On. 51 José llamó el nombre del primogénito Manasés, porque dijo: "Dios me ha hecho olvidar todo mi sufrimiento y toda la casa de mi padre." 52 Al segundo lo llamó Efraín, porque dijo: "Dios me ha hecho fecundo en la tierra de mi aflicción."
Comienzo de los años de hambre
53 Se terminaron los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto, 54 y comenzaron a llegar los siete años de hambre, tal como José había anunciado. Había hambre en todos los países, pero en toda la tierra de Egipto había qué comer. 55 Pero cuando el hambre se sentía en toda la tierra de Egipto, el pueblo clamaba al faraón por alimentos. Entonces el faraón dijo a todos los egipcios: "Id a José y haced lo que él os diga."
56 El hambre se extendió a todos los rincones del país. Entonces José abrió todos los depósitos de grano y vendía provisiones a los egipcios, porque el hambre se había intensificado en la tierra de Egipto. 57 También de todos los países venían a Egipto para comprar provisiones a José, porque el hambre se había intensificado en toda la tierra.
Los hijos de Jacob acuden a Egipto
42 Viendo Jacob que había provisiones en Egipto, dijo a sus hijos:
-¿Por qué os estáis mirando unos a otros? 2 -Y añadió-: He aquí, he oído que en Egipto hay provisiones. Descended allá y comprad para nosotros de allí, para que vivamos y no muramos.
3 Diez de los hermanos de José descendieron a comprar trigo en Egipto. 4 Pero Jacob no envió con sus hermanos a Benjamín, hermano de José, porque dijo:
-No suceda que le acontezca alguna desgracia.
5 Fueron, pues, los hijos de Israel entre los que iban a comprar provisiones, porque había hambre en la tierra de Canaán. 6 Y José era el gobernador de la tierra, el que vendía provisiones a todos los pueblos de la tierra. Entonces llegaron los hermanos de José y se postraron ante él con el rostro a tierra. 7 Y al ver José a sus hermanos los reconoció, pero simuló serles extraño y les habló con dureza. Luego les preguntó:
-¿De dónde habéis venido?
Ellos le respondieron:
-De la tierra de Canaán, para comprar alimentos.
8 José reconoció a sus hermanos, pero ellos no le reconocieron a él. 9 Entonces José se acordó de los sueños que había tenido acerca de ellos y les dijo:
-¡Sois espías! Para ver los lugares desprotegidos del país habéis venido.
10 Ellos le respondieron:
-No, señor nuestro. Tus siervos hemos venido para comprar alimentos. 11 Todos nosotros somos hijos de un mismo hombre. Somos hombres honestos; tus siervos no somos espías.
12 El les dijo:
-No, sino que para ver los lugares desprotegidos del país habéis venido.
13 Ellos respondieron:
-Tus siervos somos doce hermanos, hijos de un mismo hombre de la tierra de Canaán; pero el menor se ha quedado ahora con nuestro padre, y el otro ya no está con nosotros.
14 José les dijo:
-Eso es lo que he dicho al afirmar que sois espías. 15 En esto seréis probados: ¡Vive el faraón que no saldréis de aquí, sino cuando venga aquí vuestro hermano menor! 16 Enviad a uno de vosotros y que traiga a vuestro hermano, y vosotros quedad presos. Así se comprobarán vuestras palabras, si la verdad está en vosotros. Y si no, ¡vive el faraón, que sois espías!
17 Los puso en la cárcel por tres días, 18 y al tercer día José les dijo:
-Haced esto y viviréis. Yo temo a Dios. 19 Si sois hombres honestos, quede preso en vuestra celda uno de vuestros hermanos. El resto id, llevad las provisiones para saciar el hambre de vuestras casas. 20 Pero habéis de traerme a vuestro hermano menor. Así serán verificadas vuestras palabras, y no moriréis.
Ellos lo hicieron así. 21 Y se decían el uno al otro:
-Verdaderamente somos culpables con respecto a nuestro hermano, pues a pesar de ver la angustia de su alma cuando nos pedía compasión, no le escuchamos. Por eso ha venido sobre nosotros esta desgracia.
22 Entonces Rubén les respondió diciendo:
-¿No os hablé yo, diciendo: "No pequéis contra el muchacho", y no me escuchasteis? He aquí, también su sangre nos es demandada.
23 Ellos no sabían que José les entendía, porque él hablaba con ellos por medio de un intérprete. 24 Y apartándose de ellos, lloró. Después volvió a ellos y les habló; y tomando de entre ellos a Simeón, lo tomó preso a la vista de ellos. 25 Después José ordenó que llenaran sus costales de trigo y que a cada uno le devolviesen su dinero, colocándolo en su costal. También ordenó que les diesen comida para el camino. Y así se hizo con ellos.
Benjamín es llevado a Egipto
26 Ellos pusieron sus provisiones sobre sus asnos y se fueron de allí. 27 Pero al abrir uno de ellos su costal en la posada, para dar comida a su asno, vio su dinero en la boca de su costal, 28 y dijo a sus hermanos:
-¡Mi dinero me ha sido devuelto! ¡He aquí, está en mi costal!
Se les sobresaltó el corazón y temblando se dijeron unos a otros:
-¿Qué es esto que nos ha hecho Dios?
29 Habiendo venido a Jacob su padre, en la tierra de Canaán, le contaron todo lo que les había acontecido, diciendo:
30 -Aquel hombre, el señor de la tierra, nos habló con dureza y nos tomó por espías del país. 31 Nosotros le dijimos: "Somos hombres honestos; no somos espías. 32 Somos doce hermanos, hijos de un mismo padre; uno ya no está con nosotros, y el menor está hoy con nuestro padre en la tierra de Canaán." 33 Y aquel hombre, el señor de la tierra, nos dijo: "En esto conoceré si sois hombres honestos: Dejad conmigo a uno de vuestros hermanos, tomad provisiones para saciar el hambre de vuestras casas e id. 34 Pero traedme a vuestro hermano, el menor, para que yo sepa que no sois espías sino hombres honestos. Entonces os devolveré a vuestro hermano, y podréis negociar en el país."
35 Y aconteció que al vaciar ellos sus costales, he aquí en el costal de cada uno estaba su bolsa de dinero. Al ver ellos y su padre las bolsas de dinero, tuvieron temor. 36 Entonces Jacob su padre les dijo:
-Vosotros me estáis privando de mis hijos: José ya no está con nosotros, ni Simeón tampoco. Y ahora os llevaréis a Benjamín. ¡Contra mí son todas estas cosas!
37 Rubén habló a su padre diciendo:
-Haz morir a mis dos hijos si no te lo traigo de vuelta. Entrégalo en mi mano, que yo te lo traeré de vuelta.
38 Y él dijo:
-No irá mi hijo con vosotros; pues su hermano está muerto, y sólo éste me ha quedado. Si le aconteciera alguna desgracia en el camino por donde vais, haríais descender mis canas con dolor a la sepultura.
43 El hambre era grande en la tierra. 2 Y aconteció que cuando acabaron de consumir las provisiones que trajeron de Egipto, les dijo su padre:
-Volved y comprad para nosotros un poco de alimento.
3 Y Judá le respondió diciendo:
-Aquel hombre nos advirtió enfáticamente diciendo: "No veréis mi cara a no ser que vuestro hermano esté con vosotros." 4 Si dejas ir a nuestro hermano con nosotros, iremos y te compraremos alimentos. 5 Pero si no lo dejas ir, no iremos; porque aquel hombre nos dijo: "No veréis mi cara a no ser que traigáis a vuestro hermano con vosotros."
6 Y dijo Israel:
-¿Por qué me habéis hecho tanto mal, declarándole a aquel hombre que teníais otro hermano?
7 Ellos respondieron:
-Aquel hombre nos preguntó expresamente por nosotros y por nuestra familia, diciendo: "¿Vive aún vuestro padre? ¿Tenéis algún otro hermano?" Nosotros respondimos conforme a estas preguntas. ¿Cómo podíamos saber que nos iba a decir: "Haced venir a vuestro hermano"?
8 Entonces Judá dijo a Israel su padre:
-Deja ir al muchacho conmigo. Así nos levantaremos e iremos, para que vivamos y no muramos nosotros, tú y nuestros niños pequeños. 9 Yo saldré como fiador. A mí me pedirás cuentas de él. Si no te lo traigo y lo pongo delante de ti, seré ante ti el culpable para siempre. 10 Si no nos hubiéramos detenido, ahora ya habríamos vuelto dos veces.
11 Entonces Israel su padre les respondió:
-Si tiene que ser así, haced esto: Tomad de lo mejor del país en vuestros equipajes y llevadlo a aquel hombre como un presente: un poco de bálsamo, algo de miel, perfumes, mirra, nueces y almendras. 12 Tomad con vosotros el doble del dinero, y devolved personalmente el dinero que os fue devuelto en la boca de vuestros costales; quizás fue un error. 13 Tomad también a vuestro hermano. Levantaos y volved a aquel hombre. 14 ¡Que el Dios Todopoderoso os conceda hallar misericordia delante de aquel hombre, y libere a vuestro otro hermano y a Benjamín! Y si yo he de ser privado de mis hijos, que lo sea.
15 Entonces los hombres tomaron el presente. Tomaron también con ellos el doble del dinero, y a Benjamín. Se levantaron y descendieron a Egipto, y se presentaron ante José.
Los hijos de Jacob en casa de José
16 Cuando José vio a Benjamín con ellos, dijo al administrador de su casa:
-Lleva a esos hombres a casa. Mata un animal y prepáralo, porque estos hombres comerán conmigo al mediodía.
17 El hombre hizo como dijo José y llevó a los hombres a la casa de José. 18 Los hombres tuvieron temor cuando fueron llevados a la casa de José, y decían:
-Por el dinero que fue devuelto en nuestros costales la primera vez nos han traído aquí, para buscar ocasión contra nosotros, para caer sobre nosotros y tomarnos como esclavos, junto con nuestros asnos.
19 Entonces se acercaron al administrador de la casa de José y le hablaron a la entrada de la casa, 20 diciendo:
-¡Por favor, señor mío! Nosotros en verdad vinimos la primera vez para comprar alimentos. 21 Y aconteció que cuando llegamos a la posada, abrimos nuestros costales, y he aquí el dinero de cada uno estaba en la boca de su costal: nuestro dinero en su justo valor. Lo hemos traído de vuelta con nosotros. 22 También hemos traído más dinero con nosotros para comprar alimentos. Nosotros no sabemos quién puso nuestro dinero en nuestros costales.
23 El respondió:
-Paz a vosotros; no temáis. Vuestro Dios, el Dios de vuestro padre, os puso el tesoro en vuestros costales, puesto que vuestro dinero llegó a mi poder.
Luego les sacó a Simeón. 24 Así que el hombre llevó a los hombres a la casa de José. Les dio agua, y ellos se lavaron los pies. Luego dio forraje a sus asnos. 25 Por su parte, ellos prepararon el presente mientras José venía al mediodía, porque habían oído que iban a comer allí.
26 Cuando José llegó a casa, ellos le llevaron el presente que habían traído personalmente a la casa y se postraron a tierra ante él. 27 El les preguntó cómo estaban y les dijo:
-Vuestro padre, el anciano que mencionasteis, ¿está bien? ¿Vive todavía?
28 Ellos respondieron:
-Tu siervo, nuestro padre, está bien. El vive todavía.
Ellos se inclinaron ante él y se postraron. 29 Y alzando sus ojos, él vio a su hermano Benjamín, hijo de su madre. Y les preguntó:
-¿Es éste vuestro hermano menor de quien me habíais hablado? -Y añadió-: Dios tenga misericordia de ti, hijo mío.
30 Entonces José se dio prisa, porque se conmovió profundamente a causa de su hermano y estuvo a punto de llorar. Entró en su habitación y lloró allí. 31 Luego se lavó la cara, salió fuera y conteniéndose dijo:
-Servid la comida.
32 A José le sirvieron aparte. Y sirvieron por separado a ellos y a los egipcios que habían de comer allí, pues los egipcios no pueden comer con los hebreos, porque esto a los egipcios les es una abominación.
33 Se sentaron en su presencia de esta manera: el primogénito de acuerdo con su rango hasta el más jóven de acuerdo con su edad. Y los hombres se miraban atónitos unos a otros. 34 El tomó porciones de delante de sí para ellos, e hizo que la porción de Benjamín fuese cinco veces mayor que la de los demás. También bebieron y se alegraron con él.
José toma prisionero a Benjamín
44 Después ordenó José al administrador de su casa diciendo:
-Llena de alimentos los costales de estos hombres, todo lo que puedan llevar. Pon el dinero de cada uno en la boca de su costal. 2 Pon también mi copa, la copa de plata, en la boca del costal del menor, junto con el dinero de su trigo.
El hizo como le dijo José. 3 Cuando rayó el alba, fueron despedidos los hombres con sus asnos. 4 Cuando ellos habían salido de la ciudad y antes de que se alejaran mucho, José dijo al que estaba a cargo de su casa:
-Levántate y sigue a esos hombres. Cuando los alcances, diles: "¿Por qué habéis pagado mal por bien? ¿Por qué me habéis robado la copa de plata? 5 ¿No es ésta la copa que mi señor usa para beber y por la que suele adivinar? Habéis actuado mal al hacer esto."
6 Cuando él los alcanzó, les repitió estas palabras; 7 y ellos le respondieron:
-¿Por qué dice mi señor tales cosas? ¡Tus siervos jamás harían tal cosa! 8 Si el dinero que hallamos en la boca de nuestros costales te lo volvimos a traer desde la tierra de Canaán, ¿cómo, pues, íbamos a robar plata u oro de la casa de tu señor? 9 Aquel de tus siervos en cuyo poder sea hallada la copa, que muera; y nosotros seremos esclavos de mi señor.
10 El dijo:
-Sea también ahora conforme a lo que decís: Aquel en cuyo poder se halle será mi esclavo. Los demás quedaréis libres.
11 Entonces ellos se apresuraron a bajar a tierra cada uno su costal, y cada uno abrió su costal. 12 El buscó, comenzando por el del mayor y terminando por el del menor, y la copa fue hallada en el costal de Benjamín. 13 Ellos rasgaron sus vestiduras, y después de cargar cada cual su asno, volvieron a la ciudad.
14 Judá vino con sus hermanos a la casa de José, quien aún estaba allí, y se postraron a tierra ante él. 15 Y José les dijo:
-¿Qué es esto que habéis hecho? ¿No sabéis que un hombre como yo ciertamente sabe adivinar?
16 Entonces dijo Judá:
-¿Qué podemos decir a mi señor? ¿Qué hablaremos? ¿Con qué nos justificaremos? Dios ha descubierto la culpa de tus siervos. He aquí, somos esclavos de mi señor, tanto nosotros como aquel en cuyo poder fue hallada la copa.
17 El respondió:
-¡Nunca haga yo tal cosa! Aquel en cuyo poder fue hallada la copa será mi esclavo. Los demás volveos en paz a vuestro padre.
Judá sale como fiador por Benjamín
18 Entonces Judá se acercó a él y le dijo:
-¡Ay, señor mío! Permite que hable tu siervo una palabra a oídos de mi señor. No se encienda tu ira contra tu siervo, puesto que tú eres como el mismo faraón. 19 Mi señor preguntó a sus siervos diciendo: "¿Tenéis padre o hermano?" 20 Y nosotros respondimos a mi señor: "Tenemos un padre anciano y un muchacho pequeño que le nació en su vejez. Un hermano suyo murió. Sólo él ha quedado de su madre, y su padre lo ama." 21 Tú dijiste a tus siervos: "Traédmelo para que lo vea." 22 Y nosotros dijimos a mi señor: "El joven no puede dejar a su padre; porque si le deja, su padre morirá." 23 Y dijiste a tus siervos: "Si vuestro hermano menor no viene con vosotros, no veréis más mi cara."
24 »Aconteció, pues, que cuando fuimos a tu siervo, mi padre, le contamos las palabras de mi señor. 25 Y nuestro padre dijo: "Volved a comprarnos un poco más de alimentos." 26 Nosotros respondimos: "No podemos ir, a menos que nuestro hermano menor vaya con nosotros. Porque no podemos ver la cara de aquel hombre si nuestro hermano menor no está con nosotros." 27 Entonces tu siervo, mi padre, nos dijo: "Vosotros sabéis que mi mujer me dio dos hijos, 28 y que uno de ellos partió de mi presencia y pienso que de cierto fue despedazado, pues hasta ahora no lo he vuelto a ver. 29 Si tomáis también a éste de mi presencia y le acontece alguna desgracia, haréis descender mis canas con aflicción a la sepultura."
30 »Ahora pues, cuando llegue yo a tu siervo, mi padre, si el joven no está conmigo, como su vida está tan ligada a la de él, 31 sucederá que cuando vea que no está con nosotros el muchacho, morirá. Así tus siervos habremos hecho descender las canas de tu siervo, nuestro padre, con dolor, a la sepultura. 32 Como tu siervo salió por fiador del joven ante mi padre, diciendo: "Si no te lo traigo de vuelta, entonces yo seré culpable ante mi padre para siempre", 33 permite ahora que tu siervo quede como esclavo de mi señor en lugar del muchacho, y que el muchacho regrese con sus hermanos. 34 Porque, ¿cómo volveré yo a mi padre si el muchacho no está conmigo? ¡No podré, para no ver la desgracia que sobrevendrá a mi padre!
José se da a conocer a sus hermanos
45 José ya no podía contenerse más delante de todos los que estaban en su presencia, y gritó:
-¡Que salgan todos de mi presencia!
Nadie quedó con él cuando se dio a conocer a sus hermanos. 2 Entonces se puso a llorar a gritos, y lo oyeron los egipcios. Y fue oído también en la casa del faraón. 3 José dijo a sus hermanos:
-Yo soy José. ¿Vive aún mi padre?
Sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban aterrados delante de él. 4 Entonces José dijo a sus hermanos:
-Acercaos a mí, por favor.
Ellos se acercaron, y él les dijo:
-Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto. 5 Ahora pues, no os entristezcáis ni os pese el haberme vendido acá, porque para preservación de vida me ha enviado Dios delante de vosotros. 6 Ya han transcurrido dos años de hambre en medio de la tierra, y todavía quedan cinco años en que no habrá ni siembra ni siega. 7 Pero Dios me ha enviado delante de vosotros para preservaros posteridad en la tierra, y para daros vida mediante una gran liberación. 8 Así que no me enviasteis vosotros acá, sino Dios, que me ha puesto como protector del faraón, como señor de toda su casa y como gobernador de toda la tierra de Egipto.
9 » Apresuraos, id a mi padre y decidle: "Así dice tu hijo José: ’Dios me ha puesto como señor de todo Egipto. Ven a mí; no te detengas. 10 Habitarás en la zona de Gosén, y estarás cerca de mí, tú, tus hijos, los hijos de tus hijos, tus rebaños, tus vacas y todo lo que tienes. 11 Allí proveeré para ti, pues todavía faltan cinco años de hambre; para que no perezcáis de necesidad tú, tu casa y todo lo que tienes.’ "
12 »He aquí que vuestros ojos y los ojos de mi hermano Benjamín ven que es mi boca la que os habla. 13 Informad a mi padre acerca de toda mi gloria en Egipto y de todo lo que habéis visto. Apresuraos y traed a mi padre acá.
14 Entonces se echó sobre el cuello de Benjamín su hermano y lloró. También Benjamín lloró sobre su cuello. 15 Besó a todos sus hermanos y lloró sobre ellos. Después de esto, sus hermanos hablaron con él.
El faraón llama a Jacob a Egipto
16 Se oyó la noticia en el palacio del faraón: "Los hermanos de José han venido." Esto agradó al faraón y a sus servidores, 17 y el faraón dijo a José:
-Di a tus hermanos: "Haced lo siguiente: Cargad vuestros animales y volved a la tierra de Canaán. 18 Tomad a vuestro padre y a vuestras familias y venid a mí. Yo os daré lo mejor de la tierra de Egipto, y comeréis sus productos más preciados." 19 Y tú dales la orden siguiente: "Haced esto: Tomad de la tierra de Egipto carretas para vuestros niños y para vuestras mujeres. Y tomad a vuestro padre y venid. 20 No echéis de menos vuestras pertenencias, porque lo mejor de toda la tierra de Egipto será vuestro."
21 Así lo hicieron los hijos de Israel. José les dio carretas, conforme a las órdenes del faraón, y les dio provisiones para el camino. 22 A cada uno de ellos les dio un vestido nuevo; y a Benjamín le dio 300 piezas de plata y 5 vestidos nuevos. 23 Para su padre envió lo siguiente: 10 asnos cargados de lo mejor de Egipto y 10 asnas cargadas de trigo, pan y otros alimentos para su padre, para el camino. 24 Cuando despidió a sus hermanos, y ellos se iban, José les dijo:
-No riñáis en el camino.
Jacob y su familia van a Egipto
25 Subieron de Egipto y llegaron a la tierra de Canaán, a su padre Jacob. 26 Y le dieron la noticia diciendo:
-¡José vive aún! El es el gobernador de toda la tierra de Egipto.
Pero él se quedó pasmado, porque no les podía creer. 27 Ellos le contaron todas las cosas que José les había dicho. Y al ver las carretas que José enviaba para llevarlo, el espíritu de Jacob su padre revivió. 28 Entonces dijo Israel:
-Basta. ¡José, mi hijo, vive todavía! Iré y le veré antes de que yo muera.
46 Así partió Israel con todo lo que tenía y llegó a Beerseba, donde ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac. 2 Y Dios habló a Israel en visiones de noche y le dijo:
-Jacob, Jacob.
Y él respondió:
-Heme aquí.
3 Le dijo:
-Yo soy Dios, el Dios de tu padre. No temas descender a Egipto, porque allí yo haré de ti una gran nación. 4 Yo descenderé contigo a Egipto y ciertamente yo también te haré subir de allí. Y la mano de José cerrará tus ojos.
5 Partió Jacob de Beerseba, y los hijos de Israel hicieron subir a su padre Jacob, a sus niños y a sus mujeres en las carretas que el faraón había enviado para llevarlo. 6 Tomaron también sus ganados y sus posesiones que habían adquirido en la tierra de Canaán. Fueron a Egipto Jacob y toda su descendencia con él. 7 Llevó consigo a Egipto a toda su descendencia: a sus hijos y a los hijos de sus hijos, a sus hijas y a las hijas de sus hijos.
Lista de los que entraron en Egipto
8 Estos son los nombres de los hijos de Israel que entraron en Egipto: Jacob y sus hijos:
Rubén, el primogénito de Jacob; 9 y los hijos de Rubén: Hanoc, Falú, Hesrón y Carmi. 10 Los hijos de Simeón: Jemuel, Jamín, Ohad, Jaquín, Zojar y Saúl, hijo de la cananea. 11 Los hijos de Leví: Gersón, Cohat y Merari. 12 Los hijos de Judá: Er, Onán, Sela, Fares y Zéraj. (Er y Onán habían muerto en la tierra de Canaán.) Los hijos de Fares fueron Hesrón y Hamul. 13 Los hijos de Isacar: Tola, Fúa, Jasub y Simrón. 14 Los hijos de Zabulón: Sered, Elón y Yajleel. 15 Estos fueron los hijos de Lea, que dio a luz a Jacob en Padan-aram, y su hija Dina. El total de las personas de sus hijos y de sus hijas era treinta y tres.
16 Los hijos de Gad: Zifión, Hagui, Suni, Ezbón, Eri, Arodi y Areli. 17 Los hijos de Aser: Imna, Isva, Isvi, Bería y su hermana Sera. Los hijos de Bería fueron Heber y Malquiel. 18 Estos fueron los hijos de Zilpa, sierva que Labán dio a su hija Lea, y que dio a luz estos hijos a Jacob: dieciséis personas.
19 Los hijos de Raquel, mujer de Jacob, fueron José y Benjamín. 20 A José le nacieron, en la tierra de Egipto, Manasés y Efraín, que le dio a luz Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On. 21 Los hijos de Benjamín fueron: Bela, Bequer, Asbel, Gera, Naamán, Eji, Ros, Mupim, Hupim y Ard. 22 Estos fueron los hijos de Raquel que le nacieron a Jacob: catorce personas en total.
23 Los hijos de Dan: Husim. 24 Los hijos de Neftalí: Yajzeel, Guni, Jezer y Silem. 25 Estos fueron los hijos de Bilha, la que Labán dio a su hija Raquel, y dio a luz estos hijos a Jacob: siete personas en total.
26 Todas las personas que fueron con Jacob a Egipto, sus descendientes directos, sin contar las mujeres de los hijos de Jacob, todas las personas fueron sesenta y seis. 27 Los hijos de José que le nacieron en Egipto, fueron dos; así todos los miembros de la familia de Jacob que entraron en Egipto fueron setenta.
Reencuentro de José con su padre
28 Entonces Jacob envió a Judá delante de él a llamar a José para que viniese a encontrarle en Gosén. Mientras tanto, ellos llegaron a la tierra de Gosén. 29 José hizo preparar su carro y fue a Gosén para recibir a Israel su padre. El se dio a conocer, y echándose sobre su cuello lloró mucho tiempo sobre su cuello. 30 Entonces Israel dijo a José:
-¡Ahora ya puedo morir, puesto que he visto tu cara, y que vives todavía!
31 Después José dijo a sus hermanos y a la familia de su padre:
-Subiré y lo haré saber al faraón. Le diré: "Mis hermanos y la familia de mi padre que estaban en la tierra de Canaán han venido a mí. 32 Los hombres son pastores de ovejas, porque poseen ganados. Han traído sus ovejas y sus vacas y todo lo que tienen." 33 Cuando el faraón os llame y os diga: "¿Cuál es vuestro oficio?", 34 entonces le diréis: "Tus siervos hemos sido hombres de ganadería desde nuestra juventud hasta ahora, lo mismo nosotros que nuestros padres." Esto diréis para que habitéis en la tierra de Gosén, porque los egipcios abominan a todo pastor de ovejas.
Jacob en presencia del faraón
47 José fue y lo hizo saber al faraón diciendo:
-Mi padre y mis hermanos, con sus ovejas y sus vacas y todo lo que tienen, han venido de la tierra de Canaán, y he aquí que están en la tierra de Gosén.
2 Luego tomó a cinco de entre sus hermanos y los presentó ante el faraón. 3 Y el faraón preguntó a sus hermanos:
-¿Cuál es vuestro oficio?
Ellos respondieron al faraón:
-Tus siervos somos pastores de ovejas, lo mismo nosotros que nuestros padres. 4 -Dijeron, además, al faraón-: Hemos venido para residir en esta tierra, porque no hay pasto para las ovejas de tus siervos y el hambre en la tierra de Canaán es grave. Por eso, permite que tus siervos habiten en la tierra de Gosén.
5 Entonces el faraón habló a José diciendo:
-Tu padre y tus hermanos han venido a ti; 6 la tierra de Egipto está delante de ti. En lo mejor de la tierra haz habitar a tu padre y a tus hermanos; habiten en la tierra de Gosén. Y si juzgas que hay entre ellos hombres aptos, ponlos como mayorales de mi ganado.
7 Después José trajo a su padre Jacob y se lo presentó al faraón. Jacob bendijo al faraón. 8 Y el faraón preguntó a Jacob:
-¿Cuántos años tienes?
9 Y Jacob respondió al faraón:
-Los años de mi peregrinación son 130 años. Pocos y malos son los años de mi vida, y no alcanzan al número de los años de la vida de mis padres en su peregrinación.
10 Jacob bendijo al faraón; después salió de su presencia. 11 Así José hizo habitar a su padre y a sus hermanos, y les dio posesión en la tierra de Egipto, en lo mejor de la tierra, en la tierra de Ramesés, como mandó el faraón. 12 Y José proveía de alimentos a su padre, a sus hermanos y a toda la casa de su padre, según el número de los niños pequeños.
Política administrativa de José
13 Ya no había alimentos en toda la tierra; y el hambre se había agravado, por lo que desfallecía de hambre tanto la tierra de Egipto como la tierra de Canaán. 14 Entonces José recaudó todo el dinero que se hallaba en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán, a cambio de los alimentos que le compraban, y trajo José el dinero al palacio del faraón. 15 Y cuando se acabó el dinero en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán, todo Egipto vino a José diciendo:
-Danos de comer. ¿Por qué hemos de morir en tu presencia por habérsenos terminado el dinero?
16 José les dijo:
-Dad vuestros ganados. Si se os ha terminado el dinero, yo os daré alimentos a cambio de vuestros ganados.
17 Ellos llevaron sus ganados a José. Y José les dio alimentos a cambio de los caballos, el ganado ovejuno, el ganado vacuno y los asnos. Aquel año les proveyó alimento a cambio de todos sus ganados. 18 Cuando se acabó aquel año, fueron a él el segundo año y le dijeron:
-No necesitamos encubrir a nuestro señor que se ha acabado el dinero y que el ganado ya es de nuestro señor. Nada ha quedado delante de nuestro señor, excepto nuestros cuerpos y nuestras tierras. 19 ¿Por qué hemos de perecer en tu presencia, tanto nosotros como nuestras tierras? Cómpranos a nosotros y nuestras tierras a cambio de alimentos, y nosotros y nuestras tierras seremos siervos del faraón. Sólo danos semillas para que sobrevivamos y no muramos, y que la tierra no quede desolada.
20 Así compró José toda la tierra de Egipto para el faraón, porque los egipcios vendieron cada uno su tierra, ya que el hambre se había agravado sobre ellos. Así la tierra vino a ser del faraón. 21 Y él redujo al pueblo a servidumbre, desde un extremo a otro del territorio de Egipto. 22 Solamente no compró la tierra de los sacerdotes, porque los sacerdotes tenían ración de parte del faraón. Como ellos comían de la ración que les daba el faraón, por eso no tuvieron que vender sus tierras.
23 Entonces José dijo al pueblo:
-He aquí, hoy os he comprado, para el faraón, a vosotros y vuestras tierras. Aquí tenéis semilla; sembrad la tierra. 24 Y sucederá que de los productos daréis la quinta parte al faraón. Las cuatro partes serán vuestras para sembrar las tierras, para vuestro sustento, para los que están en vuestras casas y para que coman vuestros niños.
25 Ellos respondieron:
-¡Nos has dado la vida! Hallemos gracia ante los ojos de nuestro señor y seremos siervos del faraón.
26 Entonces José instituyó como ley en la tierra de Egipto, hasta el día de hoy, que la quinta parte pertenece al faraón. Solamente la tierra de los sacerdotes no llegó a ser del faraón.
Jacob pide ser sepultado en Canaán
27 Habitó, pues, Israel en la tierra de Egipto, en la tierra de Gosén, y se establecieron en ella. Allí fueron fecundos y se multiplicaron mucho. 28 Jacob vivió en la tierra de Egipto 17 años; y los días de Jacob, los años de su vida, fueron 147 años. 29 Cuando se acercó el día de la muerte de Israel, éste llamó a su hijo José y le dijo:
-Si he hallado gracia ante tus ojos, por favor, pon tu mano debajo de mi muslo y muéstrame misericordia y verdad; te ruego que no me sepultes en Egipto, 30 sino que cuando repose con mis padres, me llevarás de Egipto y me sepultarás en el sepulcro de ellos.
José respondió:
-Yo haré como tú dices.
31 Y él dijo:
-¡Júramelo!
El se lo juró. Entonces Israel se postró sobre la cabecera de la cama.
Jacob bendice a los hijos de José
48 Sucedió que después de estas cosas se le informó a José: "He aquí, tu padre está enfermo." Entonces él tomó consigo a sus dos hijos, Manasés y Efraín. 2 Y se lo comunicaron a Jacob diciendo:
-He aquí que tu hijo José ha venido a ti.
Entonces Israel se esforzó y se sentó sobre la cama. 3 Y Jacob dijo a José:
-El Dios Todopoderoso se me apareció en Luz, en la tierra de Canaán y me bendijo 4 diciéndome: "He aquí, yo te haré fecundo y te multiplicaré, y haré que llegues a ser una multitud de naciones. Yo daré esta tierra como posesión perpetua a tu descendencia después de ti." 5 Y ahora, tus dos hijos, Efraín y Manasés, que te nacieron en la tierra de Egipto antes de que yo viniese a ti en la tierra de Egipto, serán míos; como Rubén y Simeón serán míos. 6 Pero tus descendientes que engendres después de ellos serán tuyos, y en sus heredades serán llamados según el nombre de sus hermanos. 7 Porque cuando yo venía de Padan-aram, se me murió Raquel en la tierra de Canaán, en el camino, a corta distancia de Efrata; y allí la sepulté en el camino de Efrata, es decir, de Belén.
8 Entonces Israel vio a los hijos de José y preguntó:
-¿Quiénes son éstos?
9 José respondió a su padre:
-Son mis hijos, que Dios me ha dado aquí.
Y él dijo:
-Por favor, acércamelos para que los bendiga.
10 Los ojos de Israel estaban tan debilitados por la vejez que no podía ver. Hizo, pues, que ellos se acercaran a él; y él los besó y los abrazó. 11 Y dijo Israel a José:
-Yo no esperaba ver tu cara, ¡y he aquí que Dios me ha hecho ver también a tus hijos!
12 Entonces José los apartó de entre sus rodillas, y se postró con su rostro a tierra. 13 Luego tomó José a ambos: a Efraín a su derecha (a la izquierda de Israel), y a Manasés a su izquierda (a la derecha de Israel); y los acercó a él. 14 Luego Israel extendió su mano derecha y la puso sobre la cabeza de Efraín, que era el menor, y su izquierda la puso sobre la cabeza de Manasés, cruzando sus manos a propósito, a pesar de que el primogénito era Manasés. 15 Y bendijo a José diciendo:
-El Dios en cuya presencia
anduvieron mis padres Abraham e Isaac,
el Dios que me pastorea
desde que nací hasta el día de hoy,
16 el Angel que me redime de todo mal,
bendiga a estos jóvenes.
Sean ellos llamados por mi nombre
y por los nombres de mis padres Abraham e Isaac,
y multiplíquense abundantemente en medio de la tierra.
17 Al ver José que su padre ponía su mano derecha sobre la cabeza de Efraín, le pareció mal, y tomó la mano de su padre para pasarla de la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés. 18 José dijo a su padre:
-Así no, padre mío, porque éste es el primogénito. Pon tu diestra sobre su cabeza.
19 Pero su padre rehusó y dijo:
-Lo sé, hijo mío, lo sé. También él llegará a ser un pueblo y también será engrandecido. Pero su hermano menor será más grande que él, y sus descendientes llegarán a ser una multitud de naciones.
20 Y los bendijo aquel día diciendo:
-Israel bendecirá en vuestro nombre, diciendo: "Dios te haga como a Efraín y como a Manasés."
Así nombró a Efraín antes que a Manasés. 21 Luego Israel dijo a José:
-He aquí yo estoy a punto de morir, pero Dios estará con vosotros y os hará volver a la tierra de vuestros padres. 22 Yo te doy a ti una parte más que a tus hermanos, la cual yo tomé de mano del amorreo con mi espada y con mi arco.
Jacob bendice a sus hijos
49 Entonces Jacob llamó a sus hijos y les dijo:
"Reuníos, y os declararé
lo que os ha de acontecer en los días postreros.
2 Reuníos y escuchad, hijos de Jacob;
escuchad a vuestro padre Israel:
3 "Rubén, mi primogénito:
Tú eres mi fortaleza y el principio de mi vigor;
principal en dignidad y principal en poder.
4 Porque fuiste inestable como el agua,
no serás el principal.
Porque subiste a la cama de tu padre,
y al subir a mi lecho lo profanaste.
5 "Simeón y Leví son hermanos;
sus armas son instrumentos de violencia.
6 No participe mi alma en su consejo,
ni mi honor se adhiera a su asamblea.
Porque en su furor mataron hombres,
y en su desenfreno lisiaron bueyes.
7 Maldito sea su furor, porque fue fiero,
y su ira, porque fue cruel.
Yo los dispersaré en Jacob,
y los esparciré en Israel.
8 "Judá, tus hermanos te alabarán.
Tu mano estará sobre el cuello de tus enemigos,
y los hijos de tu padre se postrarán
ante ti.
9 Eres un cachorro de león, oh Judá;
vuelves de cazar, hijo mío.
Se agacha y se recuesta cual león;
y como leona, ¿quién lo despertará?
10 El cetro no será quitado de Judá,
ni la vara de autoridad de entre sus pies,
hasta que venga Siloh;
y le obedecerán los pueblos.
11 Atando a la vid su borriquillo
y a la cepa la cría de su asna,
lava en vino su vestidura
y en sangre de uvas su manto.
12 Sus ojos están brillantes por el vino,
y sus dientes blancos por la leche.
13 "Zabulón habitará las costas de los mares.
Será puerto de navíos,
y su extremo llegará hasta Sidón.
14 "Isacar es un asno de fuertes huesos,
echado entre dos alforjas.
15 Vio que el lugar de descanso era bueno
y que la tierra era placentera,
e inclinó sus hombros para cargar
y se sometió al tributo laboral.
16 "Dan juzgará a su pueblo
como una de las tribus de Israel.
17 Dan será como serpiente junto al camino,
como víbora junto al sendero,
que muerde los cascos del caballo
de modo que su jinete caiga hacia atrás.
18 "¡Espero tu salvación, oh Jehovah!
19 "Gad: Un batallón lo atacará;
pero él les atacará por su espalda.
20 "Aser: Sus alimentos son suculentos;
él producirá manjares dignos de un rey.
21 "Neftalí es una venada suelta
que tendrá hermosos venaditos.
22 "José es un retoño fructífero,
retoño fructífero junto a un manantial;
sus ramas trepan sobre el muro.
23 Los arqueros le causaron amargura;
le fueron hostiles los flecheros.
24 Pero su arco permaneció firme,
y sus brazos se hicieron ágiles,
por las manos del Fuerte de Jacob;
por el nombre del Pastor, la Roca de Israel;
25 por el Dios de tu padre, el cual te ayudará;
y por el Todopoderoso, quien te bendecirá:
con bendiciones del cielo arriba,
con bendiciones del océano que se extiende abajo;
con bendiciones de los senos y de la matriz.
26 Las bendiciones de tu padre
sobrepasan a las de las montañas eternas,
y a los deleites de las colinas antiguas.
Sean sobre la cabeza de José,
sobre la coronilla del príncipe de sus hermanos.
27 "Benjamín es un lobo rapaz:
Por la mañana come la presa,
y al atardecer reparte el botín."
28 Todos éstos llegaron a ser las doce tribus de Israel, y esto fue lo que su padre les dijo al bendecirlos; a cada uno lo bendijo con su respectiva bendición.
Jacob es sepultado en Macpela
29 Luego les mandó diciendo: "Yo voy a ser reunido con mi pueblo. Sepultadme con mis padres en la cueva que está en el campo de Efrón el heteo; 30 en la cueva que está en el campo de Macpela, frente a Mamre, en la tierra de Canaán, la cual compró Abraham a Efrón el heteo, junto con el campo, para posesión de sepultura. 31 Allí sepultaron a Abraham y a Sara su mujer, allí sepultaron a Isaac y a Rebeca su mujer, y allí sepulté yo a Lea. 32 El campo y la cueva que está en él fueron adquiridos de los hijos de Het."
33 Cuando acabó de dar instrucciones a sus hijos, recogió sus pies en la cama y expiró. Y fue reunido con sus padres.
50 Entonces José se echó sobre la cara de su padre, lloró sobre él y lo besó. 2 José mandó a sus servidores, los médicos, que embalsamaran a su padre, y los médicos embalsamaron a Israel. 3 Cumplieron con él cuarenta días, tiempo que duraba el proceso de embalsamamiento, y los egipcios guardaron luto por él setenta días. 4 Y pasados los días de su duelo, José habló a los de la casa del faraón diciendo:
-Si he hallado gracia ante vuestros ojos, por favor, haced llegar a oídos del faraón lo siguiente: 5 "Mi padre me hizo jurar diciendo: ’He aquí, que yo voy a morir; en el sepulcro que cavé para mí en la tierra de Canaán, allí me sepultarás.’ Permite, pues, que suba yo ahora, sepulte a mi padre y regrese."
6 El faraón le respondió:
-Sube y sepulta a tu padre, como él te hizo jurar.
7 Entonces José subió a sepultar a su padre. Y con él subieron todos los servidores del faraón, los dignatarios de su corte y todos los dignatarios de la tierra de Egipto, 8 toda la familia de José, sus hermanos y la familia de su padre. Solamente dejaron en la tierra de Gosén a sus niños, sus ovejas y sus vacas. 9 Subieron también con él carros y gente de a caballo, formando un numeroso cortejo.
10 Llegaron hasta la era de Atad, que estaba al otro lado del Jordán, y allí tuvieron una lamentación grande y muy fuerte. José hizo duelo por su padre durante siete días.
11 Al ver los habitantes de la tierra, los cananeos, el duelo en la era de Atad, dijeron: "¡Grande es este duelo de los egipcios!" Por eso fue llamado Abel-mizraim el nombre de ese lugar, que está al otro lado del Jordán.
12 Hicieron, pues, sus hijos con él, según les había mandado Jacob. 13 Sus hijos lo llevaron a la tierra de Canaán y lo sepultaron en la cueva del campo de Macpela, frente a Mamre, la cual, junto con el campo, Abraham había comprado a Efrón el heteo, como una propiedad para sepultura.
José consuela a sus hermanos
14 Después que había sepultado a su padre, José volvió a Egipto junto con sus hermanos y todos los que fueron con él para sepultar a su padre. 15 Y viendo los hermanos de José que su padre había muerto, dijeron:
-Quizás José nos tenga rencor y nos devuelva todo el mal que le ocasionamos.
16 Y enviaron a decir a José:
-Tu padre nos mandó antes de su muerte que te dijéramos: 17 "Así diréis a José: ’Por favor, perdona la maldad de tus hermanos y su pecado, porque te trataron mal.’ " Por eso, te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre.
José lloró mientras le hablaban. 18 Entonces lloraron también sus hermanos, y postrándose delante de él le dijeron:
-Aquí nos tienes como siervos tuyos.
19 Pero José les respondió:
-No temáis. ¿Estoy yo acaso en el lugar de Dios? 20 Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo encaminó para bien, para hacer lo que vemos hoy: mantener con vida a un pueblo numeroso. 21 Ahora pues, no tengáis miedo. Yo os sustentaré a vosotros y a vuestros hijos.
Así les confortó y les habló al corazón.
José muere en Egipto
22 José se quedó en Egipto con la familia de su padre. José vivió 110 años, 23 y vio José a los hijos de Efraín hasta la tercera generación. También cuando nacieron los hijos de Maquir hijo de Manasés fueron puestos sobre las rodillas de José.
24 Luego José dijo a sus hermanos:
-Yo voy a morir, pero Dios ciertamente os visitará con su favor y os hará subir de esta tierra a la tierra que juró dar a Abraham, a Isaac y a Jacob.
25 Entonces José hizo jurar a los hijos de Israel, diciendo:
-Ciertamente Dios vendrá en vuestra ayuda; entonces vosotros haréis llevar de aquí mis restos.
26 José murió a la edad de 110 años, y lo embalsamaron y lo pusieron en un ataúd en Egipto.